CD. VICTORIA, TAM.- Con cinco regiones culturales claramente definidas, y el rastro de las poblaciones prehispánicas más antiguas, Tamaulipas goza de un patrimonio histórico relevante que necesita ser preservado y difundido.
No solo porque los pueblos merecen conocer sus orígenes y el camino que han recorrido, también porque esa tarea puede convertirse en una oportunidad de desarrollo económico.
El arqueólogo Gustavo Ramirez Castilla -desde 1997 llegó a Tamaulipas para recorrer la entidad de punta a punta y desentrañar la historia que yace bajo su territorio- ocupa actualmente la Dirección de Patrimonio Cultural e Histórico del Instituto Tamaulipeco para la Cultura y las Artes, advierte que en el estado hay muchas tareas pendientes, pero también mucho potencial para hacer crecer una “economía cultural” que permita a las comunidades obtener ingresos de su riqueza histórica.
“A Tamaulipas todo ha llegado tarde, fue el último territorio en ser colonizado por los españoles, mientras que el centro del país se dominó en 1519, ahí empezó el establecimiento de la colonia, aquí se logró hacer hasta 1750 con Escandón, o sea prácticamente un cuarto de milenio después. Los estilos arquitectónicos que vemos en la arquitectura del siglo 18 ya habían pasado de moda en el centro del virreinato.
¿Qué pasa con la conservación, la preservación del patrimonio cultural e histórico?, pues también llegamos tarde, llegamos tarde porque hasta muy pocos años hace que se ha empezado a tomar conciencia de la importancia y del valor que esto tiene”, expresa en una entrevista en el programa TERTULIA de EXPRESO.
Este desinterés por el patrimonio cultural e histórico del estado, se lo atribuye a varios factores, incluida la cercanía con los Estados Unidos: “Siempre se ha volteado a ver hacia Texas y no hacia el sur, no hacia el resto del país.
Incluso se hacían estos malos chistes que todavía me acuerdo que decían, pues lo más bonito de Tamaulipas es Brownsville, o es Mcallen”. La falta de apego por la historia del estado provocó un fenómeno muy particular: que nadie pusiera atención en inmuebles históricos que permanecieron intocados durante décadas.
“Pero todo empezó a cambiar de pocos años para acá, cuando sobre todo el desarrollo urbano e industrial en Tamaulipas empieza a venir con un gran impulso y entonces qué sucede, empiezan a meter nuevas carreteras, empiezan a abrir nuevos caminos, empiezan a crearse nuevas áreas urbanas que comienzan a provocar una destrucción de esos monumentos”.
Así empezó el arrasamiento de edificios históricos en todo el estado, que eran vistos como “estorbo para el progreso”. Por otro lado, también hubo intentos fallidos de conservación. Autoridades y propietarios decían: “bueno, sí hay que conservarlo porque está bonito, entonces de repente empezaban a hacer intervenciones sin ningún cuidado y los empezaron a alterar y a cambiar y a reconstruir, sin ningún criterio, y los volvieron, así como como edificios de maqueta, que se ven como sets cinematográficos, que perdieron ya su autenticidad”.
La autoridad encargada de proteger este patrimonio es el Instituto Nacional de Antropología e Historia, pero no cuenta con los recursos para vigilar el cumplimiento de los reglamentos de conservación en todo el territorio nacional.
Por ello, para esa tarea se requiere el apoyo de los alcaldes, que pocas veces, lamenta el especialista, han mostrado interés en el tema. “Muchas veces el pleito era con la autoridad municipal que decía: ‘no maestro, eso no nos interesa y aquí lo que viene es el progreso y esas viejuras ya hay que quitarlas’”.
Ante un reto de tal magnitud, no hay otro camino que hacer conciencia en la sociedad para realizar un trabajo colectivo.
Ramírez Castilla, autor del libro Panorama Arqueológico de Tamaulipas, propone desde la Dirección de Patrimonio Cultural, que se emplee en el estado el modelo de economía cultural, que brinda nuevas oportunidades de empleo o de emprendimiento en comunidades marginadas.
“¿Por qué tiene importancia esto para Tamaulipas? Por una razón muy simple: hay grandes regiones de nuestro Estado que lamentablemente fueron abatidas por el crimen organizado, que se despoblaron, que se cerraron negocios, que se acabó la producción en el campo, en la ganadería, todas esas fuentes importantes de generación de ingresos y de trabajo para el estado, que durante décadas hemos tenido este problema, desgraciadamente han causado también un desastre económico, no, nada más en Tamaulipas, en todo el país, pero particularmente en Tamaulipas tenemos zonas que se casi se despoblaron, tenemos pueblos que casi se abandonaron”.
Pone el ejemplo del municipio de Jiménez, “hoy por hoy uno de los municipios con la mayor tasa de despoblamiento, y no tienen muchas posibilidades de desarrollo agroindustrial, ¿pero qué tienen todos los municipios? te puedo decir ahora, todos los municipios de Tamaulipas qué cosa sí tienen y la tienen allí desde hace miles de años: patrimonio cultural, no sólo patrimonio cultural material, sino inmaterial. Los pueblos tienen arquitectura tradicional, tienen iglesias, tienen palacios como el mismo Jiménez, tienen usos, costumbres, tradiciones, tienen artesanía”.
POR STAFF