Hoy es 24 de febrero, fecha importante de nuestro país, por lo tanto, es ocioso hablar de políticos y lo que hacen o dejar de hacer en el periodo previo a que arranquen las campañas políticas.
Este día es más grande e importante que cualquier tema político o encumbrado personaje que se siente prócer de la nación, mucho más que esos que andarán en territorio mexicano pidiendo el voto, más que por deseo de hacer algo bueno por la población, lo harán por ambición.
Es 24 de febrero, Día de la Bandera de México, y va por ella, porque hoy más que nunca los mexicanos debemos reforzar los valores, el respeto a los símbolos que nos dan identidad, enorgullecernos de nuestra patria, que nuestro lábaro patrio se vea ondear majestuoso, libre, incitando a la unidad nacional.
Es momento que la majestuosa águila real que simboliza el espíritu guerrero de todo mexicano se alce y surque los cielos, que devore a la serpiente de la maldad, divisionismo, y se tenga tranquilidad, una patria generosa para todos, donde se pueda vivir en paz y progresar.
Hoy, más que nunca, los mexicanos debemos reafirmar nuestra identidad nacional, el orgullo de haber nacido en tierra azteca, que las nuevas generaciones sepan el valor y lo que significan nuestros símbolos patrios, que aprendan a amar a la patria y luchar cada quien desde su trinchera por su estabilidad y grandeza.
Al recordar el Día de la Bandera también debemos entender que hoy el extraño enemigo de México es el conformismo, el desamor a la patria, a nuestra gente y a todo lo que nos da arraigo e identidad, grandeza y libertad, contra eso es lo que tenemos que luchar.
Debemos fortalecer nuestros valores, que engrandezcamos nuestra patria, enarbolemos alto nuestra bandera nacional para que al ondear su lienzo tricolor con fuerza derribe los muros de la desigualdad, el divisionismo y la maldad.
Seamos coherentes, no dejemos que las altas luminarias del poder de este país, esos que, aunque lo griten en los discursos, en realidad no sienten amor a la patria ni dolor por su gente y se empeñan en engrandecer la desigualdad que tanto ha lacerado al país al grado de ir manchado nuestro suelo de sangre y enrareciendo el aire, hoy solo se respira miedo, incertidumbre e inseguridad.
Comencemos entendiendo que este país necesita de todos, unidos, ricos y pobres luchando por un futuro mejor para las nuevas generaciones. Ni chairos ni fisis, solo un MEXICO conmemorando El Día de Nuestra Bandera, de nuestra bandera mexicana la cual está considerada como las más hermosa del mundo, entender que su esencia es mucho más, en ella va la lucha de un pueblo, la historia y gloria de una nación, es símbolo que nos identifica como mexicanos, de unidad de nuestros padres y nuestros hermanos.
Se requiere recordar el significado de los colores del lienzo tricolor, el verde que simboliza la independencia, que ubicaba a México como un país independiente de los poderes extranjeros y se conjuga con la esperanza del pueblo y el verdor del campo bondadoso y próspero. Aunque hoy el enemigo está en suelo azteca, a la gente le imponen yugo para el clientelismo político, los campos están secos, en el abandono porque no hay apoyos para hacerlos sustentables.
El blanco, es la fe en el catolicismo, hoy se requiere de fe en la divinidad porque los hombres del poder le han fallado a los mexicanos.
Hoy se requieren que los hombres y mujeres que lleguen al poder, más allá de los discursos, con hechos, le devuelvan al pueblo la fe en las instituciones, que se tenga paz, para que el blanco sea el lienzo donde se dibuje un futuro mejor para todos los mexicanos, sobretodo para las nuevas generaciones.
El rojo debe conservarse con su significado original que era la unión del pueblo persiguiendo un bien común, igual es necesario que nos recuerde la sangre que derramaron nuestros héroes, pero también que ya no se quiere un país ensangrentado, hoy urge que se combata a los violentos y se tenga una nación en paz.
La única sangre que se necesita en esta suave patria es la que fluye por las venas de cada mexicano, lo que nos hace sentir vivos, con el corazón palpitante, lleno de amor por nuestra gente, por nuestro entorno, por nuestro MEXICO para que cada 24 de febrero celebremos con orgullo y fervor patrio el Día de la Bandera Mexicana.
POR ROSA ELENA GONZÁLEZ
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