El domingo que se aproxima tendrá lugar el primer debate entre candidatos presidenciales en la sede del Instituto Nacional Electoral (INE), para fijar su oferta electoral en materias de: educación, salud, transparencia, combate a la corrupción, la no discriminación, grupos vulnerables y violencia en contra de las mujeres.
Sin embargo, presumo que ninguno de esos rubros será abordado con la importancia que ameritan pese a tener, cada abanderado, un diagnóstico sobre la atención que estos han tenido en el último lustro, como propuestas para enmendar errores o mejorar su atención.
Y es que dos horas para discernir resultan insuficientes. Sobre todo, si desatienden, en su encuentro cara a cara, el guion marcado, dando paso a la agresión personal, como es de esperarse.
En este caso, quien lleva las de perder no por ser el rival más débil, es Jorge Álvarez Máynez, pues hay que considerar que se enfrentará a un par de mujeres y por caballerosidad (o para evitar ser acusado de misógino) se aguantaría las ganas de responderles con la misma furia con la cual, quizá, se conduzcan Claudia Sheinbaum Pardo y Bertha Xóchitl Gálvez Ruiz.
En público, los tres se han descalificado entre sí, subiendo de tono sus declaraciones. Sobre todo, en materia de corrupción.
Claudia, por ejemplo, ha referido de Xóchitl que “no puede conducir un gobierno honesto quien tiene una historia de corrupción, conflicto de interés y ni siquiera tiene transparencia en sus declaraciones patrimoniales”, por lo cual recomienda que: “es indispensable que la persona que quede al frente de un gobierno tenga una historia de honestidad”.
Gálvez Ruiz respondió así a Sheinbaum: “no puede gobernar México a quien se le cayó la línea 12 del Metro. No puede conducir el gobierno una mujer fría y sin corazón, a la que por ineficacia o corrupción se le cayó una escuela. No puede ser presidenta del país una mujer que mandó agredir a las manifestantes feministas. No puede gobernar alguien que encubrió y se benefició de dinero ilegal en efectivo que recibía su pareja”.
Álvarez agarró parejo en su crítica: “estas señoras no solamente están conociendo el país por vez primera en su vida, se les nota… las señoras candidatas están viendo a quienes van a ser sus candidatos… saben que son unos impresentables, les dicen corruptos a sus dirigentes en lapsus… la verdad es que han gastado cantidades obscenas de dinero en campaña. Nada más bastaría que alguien sume los eventos, los espectaculares, los acarreos, las bardas tienen años con este tipo de derroche… esas cifras de gasto que reportan al INE son francamente increíbles”.
Incluso, se burló del discurso pronunciado por Sheinbaum en el Zócalo de la Ciudad de México (el 1 de marzo), al arrancar campaña, pues tuvo un tropiezo de palabras al comentar que “sólo hay dos caminos a tomar este 2 de junio: Uno, que siga la corrupción… (corrigiendo enseguida esa palabra) la transformación; el otro, que regrese la corrupción”.
En los días más recientes, circuló profusamente (en redes sociales) un video, en el que el hijo de Xóchitl, Juan Pablo Sánchez Gálvez, aparece en aparente estado de ebriedad, en un antro de Polanco, insultando y tratando de golpear a un mesero. Pero de inmediato reprobaron esa reproducción la señora Beatriz Gutiérrez Müller –esposa del presidente López Obrador–, y Sheinbaum Pardo.
Dijo la escritora: “Por más que quieran vincular, de un lado u otro, a los consanguíneos para beneficiar o perjudicar a alguien por cuestiones políticas, el problema no es con ellos. Los padres, los hijos, los familiares no somos responsables de los actos de ellos; solo de los nuestros”.
Xóchitl respondió al gesto de esta forma: “para una madre siempre son momentos difíciles cuando sus hijos cometen errores. Agradezco tus palabras de solidaridad, Beatriz Gutiérrez Müller”.
Claudia, por su parte, comentó: “mi postura es que, con los hijos, no. Quienes estamos en la contienda somos las candidatas y el candidato; y la contienda es un asunto de propuestas, un asunto de proyecto y de quienes participamos, pero no de los familiares. Yo no estoy de acuerdo con quien haya utilizado, quien haya puesto este video y se utilice como parte de la contienda. Con los hijos, no”.
El escándalo lo provocaron los senadores de morena que lo exhibieron y dieron en subirlo a las redes sociales.
De cualquier forma, Xóchitl dio la cara y habló de su hijo rebelde. Pero aclaró que el video tiene más de un año de haberse grabado y a la fecha el joven ya no ingiere bebidas embriagantes.
En consecuencia, Juan Pablo renunció a la campaña, en la cual fungía como dirigente de las juventudes de ‘Fuerza y corazón por México’, aunque antes de dar a conocer su dimisión mostró su arrepentimiento: “pido disculpas a quienes haya ofendido, estoy muy arrepentido de esa situación de hace más de un año. Reconozco el error y asumo las consecuencias”.
La narrativa hace presumir que no habrá tregua en el debate.
Solamente se trata de dejar establecido que la familia, en esta justa no debe mezclarse pues, como bien dice Claudia las candidatas son ellas y él.
Y por tanto, cada cual debe responder por sus propios actos públicos y políticos.
POR JUAN SÁNCHEZ MENDOZA
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