Al calor de las campañas a la Presidencia, uno de los partidos ha querido crear un fallido contraste porque se olvida que es su gobierno el que será refrendado o no en las próximas elecciones presidenciales. “¿Prefieren la paz o la guerra?”, se reitera a los votantes.
Resulta, sin duda, una importante contradicción desde el hecho de que lo que ofrece el partido gobernante es la continuidad y lo que ha habido es justo guerra. Una guerra de baja intensidad en contra de la población civil con la complicidad de oficiales gubernamentales. La historia dirá si fueron instruidos por la más alta autoridad y abrir la puerta a un juicio internacional. Pero eso es otro asunto.
Morena deja a las y los mexicanos en la confusión, porque la obviedad es que les ofrece la paz como premio por votar por el continuismo, pero no hay discurso ni estrategia que oculte la tragedia que vive el país en términos de desapariciones, ajusticiamientos específicos dirigidos contra la sociedad civil.
Si la paz que ofrece Morena es la que hemos vivido en los casi seis años, entonces debería decirse a los ciudadanos si quieren que continúe el terror y el apoderamiento del territorio por parte del crimen organizado, como política, ahora sí, premeditada, y ante lo cual las Fuerzas Armadas alegarán “obediencia debida”.
La paz que ofrece entonces al electorado tiene como característica la desaparición de 110,964 personas, aproximadamente. ¿Qué significa ello?, se preguntará.
Una tragedia. Fíjese: según el Centro Nacional de Memoria Histórica de Colombia, se estima que más de 83,000 personas fueron víctimas de desaparición forzada entre 1958 y 2017, es decir, a lo largo de 59 años.
La política oficial de tolerancia a los grupos armados lo logró en mucho menor tiempo. En Afganistán, donde se libró una guerra formal, después de décadas de conflicto, se estima que más de 100 mil personas han muerto desde 2001, cuando comenzó la invasión liderada por Estados Unidos. La mayoría de las víctimas son civiles, pero también incluyen a combatientes y personal militar.
Ahora bien, tan sólo de enero a junio de 2023, el Inegi registró 15,082 homicidios en el país. La tasa fue de 12 homicidios por cada 100 mil habitantes a nivel nacional.
El principal medio usado para cometer homicidios fue la agresión con disparo de armas de fuego, con 71.3 por ciento. Siguieron el uso de arma blanca, con 9.1%, y ahorcamiento, estrangulamiento y sofocación, con 6.7 por ciento.
En el caso de los hombres, la tasa fue de 21 homicidios por cada 100 mil, y para las mujeres, 2.6 por cada 100 mil.
En el sexenio del gobierno que pide la continuidad han sido asesinados 43 periodistas, de acuerdo con la organización Artículo 19. Y, con base en el Comité para la Protección de Periodistas, en los últimos siete años han sido asesinados ocho periodistas que se encontraban inscritos en el Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas.
Morena alega que el sexenio de Calderón alcanzó récord de muertes violentas. De acuerdo con las cifras oficiales, sumaron 120,463. El gobierno actual acumula un total de 171,085 asesinatos, de los cuales 4,892 son feminicidios.
Por obviedad, el oficialismo, en su necesidad de contrastarse, dice que la oposición ofrece guerra. Pero para que ésta se materialice en los términos de combate al crimen, debe existir un Estado de derecho, y éste ha sido desmantelado por el gobierno que pide que se le refrende en las urnas.
Se ha pedido a las Fuerzas Armadas tolerar el trasiego de drogas y no defender a la población civil de los grupos armados, sólo documentar los hechos violentos.
En conclusión, usted mejor que nadie sabe el tipo de paz que quiere para sus hijas e hijos, nietos y nietas.
POR JORGE CAMARGO