La renovación de dirigente en Movimiento Regeneración Nacional (morena) es un asunto de mero trámite, puesto que Mario Martín Delgado Carrillo por disposición estatutaria debió retirarse en noviembre 4 de 2023, al cumplir el período para el que fue electo. Empero (el 21 de abril de ese mismo año) la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación dijo que su mandatado se prorrogaría hasta el 31 de octubre de 2024.
Esto, bajo el pretexto de que ningún partido podría relevar dirigencia al mediar un proceso electoral.
Concediendo sin aceptar, que esa determinación judicial haya ocurrido previo al proceso electoral más reciente, me parece una barbaridad, pues a Mario el tiempo se le estaba acabando (como dirigente de morena), y había espacio legal para sustituirlo.
No se hizo –porque Andrés Manuel López Obrador estuvo de acuerdo, quizá, para que colimense operara el proceso electoral–, pero ahora que el proyecto de la cuarta transformación está por vivir una luna de miel será un relevo terso, con la arribada de Luisa María Alcalde Luján y Jesús Ramírez Cuevas, para sustituirlo a él y a Minerva Citlalli Hernández Mora (secretaria general).
Nada mejor para celebrar el parto de morena (octubre 2 de 2011).
Sobre todo, cuando ambos han sido, son, acusados de represores y/o de impositores en el ejercicio de su función.
Lo dicen fuerte y quedito las huestes lópezobradoristas. En el centro y sur del país, como acá en el noreste, donde la dirigente de morena, Yuriria Iturbe Vázquez, ni por enterada se da por andar vacacionando antes de su coronación como diputada local.
Ella debe saber que (también) está obligada a renunciar a la dirigencia estatal –una vez investida como legisladora–, pero sin tener maniobra para atender su propia sucesión aun cuando haya (estatutariamente) el acuerdo de que, por prelación, asuma el cargo el secretario de Organización –léase, en este caso, Sergio Julián Martínez Huerta–, porque en Tamaulipas ella y él nada le han aportado a la militancia ni a los simpatizantes de morena.
Por cierto, morena acaba de cumplir 10 años (el pasado día 9 del mes que cursamos) de haber obtenido su registro oficial como partido político, aunque éste tuvo efectos constitutivos a partir del 1 de agosto de ese año.
Fue creado por Andrés Manuel López Obrador el 2 de octubre de 2011 como Movimiento Social; y el 20 de noviembre del 2012 se constituyó como Asociación Civil.
En este 2024, a su cargo tendrá 24 gubernaturas de las 32 que hay en el país, mientras que el PAN se quedará con 4, el PRI con 2 y MC con otro par.
En el Senado de la República, morena tendrá 60 escaños, pero junto a sus aliados logrará 82 –aún le faltarían cuatro para alcanzar la mayoría calificada–, pues el PT aportará 8 y el PVEM 14.
Respecto al Palacio Legislativo de San Lázaro, morena contaría con 245 curules, de 500. Y una vez aliado con el PT y el Verde alcanzaría las 370 –PT 48 y PVEM 77–, para conformar la mayoría calificada.
En cuanto a Tamaulipas, Movimiento Regeneración Nacional tiene en su haber la gubernatura estatal; dos senadores, 7 diputados federales, 28 diputaciones locales +/-, y la mayoría de las alcaldías.
Es todo un capital político que requiere de un auténtico liderazgo en el partido que sea capaz de meter orden y trabajar en una misma línea.
Y esto sólo podría lograrlo un ente con experiencia política, capacidad de negociación, disciplinado, con sentido de cabildeo y sereno, pues no es con arranques ni berrinches como se lograría la meta trazada en el segundo piso de la transformación.
Obviamente, Yuriria queda al margen de todos esos atributos. Así que lo mejor sería que dimitiera antes de tomar posesión como diputada local, pero sin dejar el partido en manos de su secretario general, Marcos Zuviri Rivera, ni del presidente del Consejo Estatal, Rómulo Pérez Sánchez, aun cuando en la transición, por prelación, el cargo fuese para el secretario de Organización.
En caso de no atender este asunto, allá en la Ciudad de México, se correría el riesgo de que morena retornara al desorden en que lo hundió su ex dirigente Enrique Torres Mendoza y en la opacidad con que se conduce Yuriria.
Ya ve usted que las candidaturas para el proceso anterior inmediato las operó en Tamaulipas el delegado nacional Mario Llergo Latournerie, en representación de Mario Martín Delgado Carrillo, provocando un caos desde su arribo al estado (24 de enero de 2024) y hasta su desaparición de la entidad (15 de marzo), sin mediar explicación alguna, luego de que quiso dar madruguete con la imposición del ‘Tico’ García en Victoria, como ya lo había hecho en Reynosa con Carlos Víctor Peña Ortiz.
POR JUAN SÁNCHEZ MENDOZA
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