Es claro que en México no existen proyectos oficiales que promuevan la calidad deportiva en general. No sucede lo que en otros países donde los gobiernos despiertan interés desde los primeros años de escolaridad. Allá es normal, acá no es parte de la formación integral de las nuevas generaciones. Y ni modo que sea invento porque todos vivimos la etapa donde se encausan existencias que bien podrían transcurrir hacia estratos superiores.
La anterior explica por qué nuestro país no destaca a nivel internacional. Cierto, ahora mismo en Paris se han logrado algunas medallas producto más bien de esfuerzos personales que institucionales. El caso de los clavadistas Omar Olvera y Juan Celaya, ganadores de plata, ejemplifica la situación imperante sobre el tema. Ambos sufrieron la cancelación de sus becas por parte de la CONADE que “dirige” Ana Gabriela Guevara, ex atleta admiradísima quien en su tiempo fue despreciada y marginada del apoyo gubernamental. Ello le llevó a retirarse después de brillantes triunfos en diversas pistas del mundo-mundial, incluso en la olimpiada de Atenas en 2004.
Ana aprovechó su fama para dedicarse a la política. Esta sonorense de 47 años fue senadora y diputada federal patrocinada por alianzas y partidos de diversas tendencias hasta que en 2018 fue nombrada por AMLO titular de CONADE. Permítame decir que la dama se confrontó con Mariano Lara el tamaulipeco que dirigía la Federación Mexicana de Atletismo allá por el 2008, al cual acusó de presuntas irregularidades que resultaron falsas de toda falsedad, aun así, Felipe Calderón accedió a la petición de Gabriela ordenando el retiro del paisano de dicho puesto.
Pues bien, ha de saber que ahora la misma acusación pesa sobre Ana Gabriela, agregadas sospechas graves sobre el manejo del dinero público y escándalos de los que parece disfrutar. Entre otros, recordéis cuando apareció golpeada cerca de la CDMX tras enfrentarse por causa no aclarada, con varios tipos, aunque se especuló sobre insinuaciones “donjuanescas” hacia la persona que la acompañaba. Ambas conducían poderosas motocicletas.
Por otra parte, no pasó inadvertido el pleito con el equipo de natación artística al que también retiró el apoyo económico obligando a sus integrantes a comerciar toda clase de artículos para poder acudir a eventos importantes. Cuando medios de comunicación la entrevistaron al respecto, la respuesta de Ana fue vulgar, grosera y ofensiva: “que sigan vendiendo calzones”.
El asunto es que carecemos de proyectos que eleven la cultura deportiva y aunque presupuestos existen, es evidente que se pierden en el obscuro túnel de la duda. Hay preferencia en la construcción de faraónicas instalaciones que deben dejar soberbias ganancias quien sabe a quién, antes que promover realmente el deporte entre la niñez y juventud. Y luego con funcionarios (as) como Ana Gabriela Guevara que denigran a la 4T. (Y deje, ya dijo que le gustaría repetir en el cargo donde gana 108 mil 400 pesos más otras “buscas” para redondear 211 mil pesos mensuales, según su declaración patrimonial).
SUCEDE QUE
Se cumplió la presunción de que, concluido el periodo vacacional Brenda Denisse de la Cruz López no regresaría a la titularidad del Instituto para la Cultura y las Artes. Será reemplazada por Aracely Sosa Álvarez, según anunció Silvia Casas González, secretaria de Bienestar Social. Esperamos que ella “si le entienda”.
Y hasta la próxima.
POR MAX ÁVILA