Algunos historiadores consideran el Sudario de Turín como una de las reliquias más sagradas del cristianismo, supuestamente utilizada para envolver el cuerpo de Jesucristo tras su crucifixión. Sin embargo, otros lo ven como un engaño que ha perdurado por siglos convirtiéndose en uno de los pilares del cristianismo.
Recientemente, investigadores del Instituto de Cristalografía de Italia reavivaron un debate que lleva más de 600 años dividiendo opiniones sobre la sábana santa y que está llamando la atención luego de los resultados que arrojo un análisis realizado al enigmático objeto.
Los expertos, emplearon una técnica llamada dispersión de rayos X de gran angular, con lo que aseguran haber descubierto nueva evidencia de que el sudario realmente data de la época de la vida de Jesús.
¿Qué descifró el nuevo estudio sobre el Sudario de Turín?
La Sábana Santa de Turín, un trozo de lino de 4.3 metros de largo y 1.1 metros de ancho, es famosa por mostrar dos imágenes tenues y marrones de un hombre de 1.70 metros, vistas de frente y de espaldas.
Según la tradición cristiana, podría ser el sudario que envolvió el cuerpo de Jesús tras su crucifixión, lo que algunos consideran una evidencia de su autenticidad.
Esta semana el Sudario de Turín ha vuelto a captar la atención internacional gracias a un estudio reciente que sugiere que podría ser auténtico luego de que científicos del Instituto de Cristalografía de Italia analizaron una pequeña muestra del sudario utilizando dispersión de rayos X, luego compararon la descomposición de la celulosa en el sudario con la de otros lienzos encontrados en Israel que datan del primer siglo.
“Los perfiles de datos fueron totalmente compatibles con mediciones análogas obtenidas en una muestra de lino cuya datación, según los registros históricos, es del 55 al 74 d.C., encontrada en Masada, Israel”, explicaron en el estudio publicado en la revista Heritage.
Además de los análisis recientes, algunas de las pruebas más convincentes de la veracidad del sudario se han centrado en las propiedades microscópicas del material, la nueva investigación revela que las fibras de lino del sudario probablemente fueron cultivadas en Medio Oriente en lo que hoy es Israel, Palestina, Líbano y partes de Jordania y Siria.
“Con un probable origen del Cercano Oriente, deben surgir nuevas dudas sobre la interpretación del sudario como simplemente una reliquia falsa hecha en la Europa medieval, y surgen nuevas preguntas sobre lo que significa la imagen en la tela. La posibilidad de que este paño sea en realidad el sudario de Jesús se ve reforzada por esta nueva evidencia”, expresó el arqueólogo estadounidense William Meacham, integrante de la Asociación de Educación e Investigación del Santo Sudario de Turín.
Otros estudios se han centrado en la presencia de supuestas manchas de sangre en la tela y aunque muchos debaten su origen, los análisis han demostrado que las manchas en la tela contienen varios componentes sanguíneos, entre ellos hemoglobina, albúmina e inmunoglobulina.
“Por lo tanto, la presencia de estas nanopartículas biológicas encontradas durante nuestros experimentos apunta a una muerte violenta del hombre envuelto en el Santo Sudario de Turín”, afirmó en 2017 el coautor del estudio, el profesor Giulio Fanti, de la Universidad de Padua.
Sin embargo, de acuerdo con los expertos, nunca se logrará conocer el origen específico del objeto, aún con la tecnología más avanzada, debido al paso del tiempo y a los elementos que han estado cerca de este, pues incluso se descubrió que el sudario contenía ADN animal y vegetal de todo el mundo.
Desde que fue encontrado, mucha gente ha tocado y manipulado el sudario que ha quedado completamente contaminado, lo que hace que cualquier análisis de ADN de la sábana o de las manchas de sangre para buscar evidencia de Jesús sea completamente inútil, por lo que sin importar cuánta evidencia se recopile al respecto, los orígenes del Sudario de Turín seguirán siendo una cuestión de fe.
CON INFORMACIÓN DE EXCÉLSIOR