Tal como lo ha estado haciendo desde que ganó la elección y fue confirmada oficialmente como Alcaldesa electa de Tampico, Mónica Villarreal Anaya ha estado atendiendo una agenda en la que sobresalen los compromisos con representantes de la sociedad civil, los sectores privado y educativo, así como con funcionarios de los demás órdenes de gobierno.
Desde el principio, Mónica se convirtió en la figura de referencia más notable dentro de Morena, asumiendo de facto un liderazgo político que nadie osa discutir, pues son más que evidentes los factores que le conceden esa condición.
Además, fue capaz de aglutinar a grupos sociales y económicos de Tampico tradicionalmente no inclinados a la izquierda, porque ella no representa el radicalismo característico del fanatismo.
Una de los muestras más importantes del liderazgo que ya está ejerciendo es el de las reuniones con autoridades estatales y municipales, especialmente de quienes como ella resultaron ganadores en los comicios de junio pasado en la zona conurbada.
Ayer, Mónica tuvo un encuentro con Erasmo González Robledo y Armando Martínez Manríquez, sus homólogos de Ciudad Madero y Altamira, quienes también asumirán los cargos de Presidentes Municipales el 1 de octubre.
Villarreal Anaya dialogó con los Alcaldes electos de Madero y Altamira sobre temas de interés general común para los tres municipios, particularmente algunos proyectos que se espera sean de beneficio común.
Mónica es quien tomó la iniciativa de reunirse y revisar planes que atañen al beneficio común de los habitantes de la zona conurbada, de ahí que indiscutiblemente se le considere ya como la que lleve la voz cantante en la relación con el gobierno estatal y el Congreso, aunque sin duda alguna la experiencia legislativa y política las aportará Erasmo.
Algo en que han coincidido los tres Alcaldes electos de los municipios conurbados es en la necesidad de unir sus esfuerzos para impulsar proyectos de impacto económico de alcance regional, que incidan favorablemente en el bienestar de la población.
El hecho de que los tres provengan del mismo partido que tiene el poder en el estado, en el Congreso y en el país podría ayudar, al alinearse los objetivos generales, aunque en el caso de cada municipio las cosas tendrán que ser forzosamente diferentes, pues las necesidades y madurez política que prevalece en cada uno es notablemente distinta.
Y así, lo que puede funcionar en Altamira -el asistencialismo desbordado, por ejemplo- no aplica para Tampico, en donde la sociedad civil tiene formas distintas de pensar, actuar y relacionarse con las autoridades.
A final de cuentas, lo que importa es la coordinación que logren los tres nuevos Alcaldes de Tampico, Madero y Altamira para que puedan trabajar en conjunto para concretar proyectos de infraestructura y desarrollo común más allá de filias partidistas.
Al mismo tiempo que Mónica ejercerá el nuevo liderazgo político de los Alcaldes del sur, uno de los retos será la capacidad que tengan los integrantes de sus respectivos equipos de trabajo para marcar una diferencia respecto a los salientes y además, hacer las cosas de la mejor manera.
Ese ya será otro tema, pero por lo pronto, la iniciativa de Mónica para tomar el liderazgo y buscar encuentros para detectar puntos de coincidencia es un paso bastante grande hacia adelante.
LA OPOSICIÓN EXTERNA A LA REFORMA JUDICIAL
En la semana, las señales de distintos actores y factores de poder internos y externos que han manifestado su preocupación por la pretendida reforma que quiere lograr Andrés Manuel al Poder Judicial y la eventual sobrerrepresentación de Morena y sus satélites en la Cámara de Diputados, han tenido efectos negativos en la economía del país.
Lo mismo el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) que el Consejo Mexicano de Negocios (CMN) han advertido del enorme riesgo de regresión que representa que un solo bloque oficialista tenga una mayoría calificada, sin que haya posibilidad alguna de que exista un contrapeso en la Cámara de Diputados.
En ese tema y en el de la reforma al Poder Judicial que a toda costa quiere sacar López Obrador antes de irse en poco más de un mes, las cosas no andan bien y ayer lo vimos con el pronunciamiento del embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar.
Salazar advirtió que la intención de Andrés Manuel de conseguir que los diputados de Morena y sus aliados aprueben la pretendida modificación constitucional, implica un enorme riesgo para la vida democrática.
“La elección popular directa de jueces es un gran riesgo para el funcionamiento de la democracia en México”, dijo entre otras cosas el representante del gobierno estadounidense en el país. Muy pronto, los mercados financieros reaccionaron y le dieron la razón, haciendo que el peso se devaluara frente al dólar.
Pero también las autoridades canadienses expresaron su preocupación, haciendo énfasis en que esto complicaría las condiciones en que los tres países llevan sus relaciones comerciales dentro del Tratado de Libre Comercio que comparten.
Como se pueden ver, son varias las señales claras, directas y firmes de que en el exterior también hay resistencia y oposición a las reformas que quiere lograr López Obrador, algo que se comparte dentro del país.
Solamente entre los seguidores de Andrés Manuel y entre los nuevos integrantes del gobierno de Claudia Sheinbaum eso no parece preocuparles.
Sigo pensando que la presidenta electa no ha mostrado su verdadera cara, la de mujer independiente, con criterio e ideas propias, la de una persona que por el momento sabe que no puede provocar el menor indicio de desacuerdo con el presidente saliente, para no complicar el inicio de su gobierno.
Pero llegado el momento, por una mera cuestión de dignidad y la necesidad de demostrar que no es una copia de Andrés Manuel, va a actuar con prudencia en este y otros temas.
Finalmente, López Obrador ya se va y en cuanto pasen los meses, irá perdiendo mucho del enorme poder político del que seguramente querrá hacer uso -y abuso- hasta el último día de su sexenio.
ESCOTILLA
El asunto de Sinaloa -sí, el que todos conocen ya- en el que el gobernador Rubén Rocha Moya ha quedado mal parado, va a seguir dando mucho tema para conversar y materia para indagar por parte de autoridades estadounidenses.
Y como dicen que nada en política es casualidad, este domingo, Andrés Manuel estará otra vez en ese estado, en donde la violencia derivada de la acción de grupos criminales ha sido creciente en su sexenio.
Sinaloa es también uno de los estados con más visitas presidenciales. Y luego se molestan y hacen los espantados por lo evidente.
POR TOMÁS BRIONES
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