El próximo lunes 26, en Tamaulipas, alrededor de 635 mil niñas y niños de educación básica regresan a clases. Lamentablemente, no representan la totalidad que quienes deben de estar en las aulas.
Diversos estudios señalan que entre las principales casusas del rezago escolar se encuentra la situación socioeconómica, la cultura y el contexto familiar de los y las estudiantes.
La pobreza, el desempleo, la baja escolaridad de los padres, la marginación, el embarazo a temprana edad, el consumo de drogas, la desintegración familiar, así como las bajas expectativas que las familias tienen de la educación son identificados como factores del contexto familiar que pueden desencadenar el rezago educativo. Sin embargo, las causas son diferentes para hombres y mujeres, algunas relacionadas con los estereotipos de género.
Según datos del INEGI sobre la población escolar de hombres inscrita durante el ciclo escolar 2023 – 2024, en los niveles educativos inicial, preescolar, primaria y secundaria, es mayor a la de mujeres, con una diferencia entre el 0.47% reportado en secundaria y el 3.43 por ciento en educación inicial.
Sin embargo, en la educación media superior, alumnado entre 15 y 18 años, esta diferencia se revierte y son ellos quienes asisten en menor cantidad. Esta diferencia aumenta en el nivel superior.
La matrícula de hombres en educación media superior fue de 69 mil 377 alumnos, mientras que la de las mujeres fue de 72 mil 343. En cuanto a los estudios posteriores a la preparatoria, como las licenciaturas y carreras técnicas universitarias, el total de hombres inscritos ascendió a 62 mil 556, 7.6 por ciento menos que la matrícula de 72 mil 842 mujeres.
En los niveles de inicial a secundaria, las niñas de algunas comunidades se ven afectadas en su derecho a la educación debido a creencias culturales que priorizan la educación de los niños, la asignación exclusiva de las tareas domésticas y de cuidado de hermanitos muy pequeños y familiares enfermos.
En primaria, las niñas son víctimas de la violencia por el acoso sexual, el abuso y la inseguridad en el entorno escolar pueden ser factores críticos que llevan a las niñas a abandonar la escuela.
En secundaria, uno de los factores más comunes de deserción escolar entre las adolescentes es el embarazo, que a menudo conlleva la retirada del entorno escolar debido a la falta de apoyo institucional o familiar.
El artículo 3º Constitucional establece que “La educación inicial, preescolar, primaria y secundaria, conforman la educación básica; ésta y la media superior serán obligatorias”.
Sin embargo, esto no se cumplirá para aquellas niñas que viven en comunidades que menosprecian la educación de las niñas, las mantienen en casa para ayudar en las tareas domésticas y las encaminan al matrimonio en edades tempranas; mientras que a los niños son incorporados a la fuerza laboral para contribuir a la economía familiar, lo que les hace percibir a la escuela como irrelevante para sus futuras aspiraciones y optar por opciones más lucrativas pero ilegales.
Estos factores que afectan tanto a niñas como a niños, aunque de manera diferenciada, perpetúa los círculos de la violencia y pobreza que debemos romper para garantizar su derecho a la educación.
¿Usted, qué opina?
POR NOHEMI ARGÜELLO SOSA