Quienes, desde distintos sectores, se oponen a la reforma judicial observan errores de diagnóstico y también de estrategia. El actual modelo es harto perfectible o (para precisar los términos) está plagado de vicios que permiten a los criminales abandonar la cárcel o jamás caer en ella.
Abunda la protección a bandidazos de cuello blanco que durante años han sido clientes regulares de jueces y magistrados en la compra cínica de amparos, para burlar alegremente la justicia.
Sin duda es difícil otorgar alguna dosis de razón al adversario político. Sin embargo, destacar las coincidencias debiera ser el primer paso para un entendimiento con los reformadores morenistas.
Entre ellas, el diagnóstico. El Poder Judicial en estados y federación merece una revisión profunda que permita mejorar la rendición de cuentas, la transparencia y también la vigilancia ciudadana.
Se supondría que las judicaturas sirven para eso. Pero en la práctica han demostrado su incapacidad, su falta de voluntad para sancionar a los mercaderes de la justicia.
Los partidos que hoy se oponen a la reforma desde hace mucho tendrían que haber tomado nota de la corrupción que carcome a cortes y tribunales.
También los empleados de dichos organismos que hasta hoy reaccionan para defender su trabajo. Sin olvidar a los estudiantes de derecho, acaso la inconformidad más interesante, la que protesta con argumentos.
No asoma, sin embargo, un modelo alternativo de cambio que unifique a opositores, trabajadores del PJ y universitarios. Modelo que podría diferir con el de AMLO en cuanto a las propuestas, lo cual es muy sano, pero que acaso coincidiría con buena parte del diagnóstico.
En lo particular no me agrada que los jueces sean electos por voto popular. Y coincido con quienes (aún adentro de la 4T) desaprueban que la experiencia laboral deje de ser un requisito para llegar a esos cargos.
Aunque importa insistir que la gestión ineficaz y corrupta del poder judicial se debe más a la ausencia de mecanismos efectivos de control que a su método de elección.
DEBATE A LA VISTA
Segundo encuentro televisivo para DONALD TRUMP en la presente contienda. Será el primero para la demócrata KAMALA HARRIS, pues el anterior implicó todavía la participación del presidente JOE BIDEN.
Y fue, precisamente, el triste desempeño de BIDEN el 27 de junio pasado, lo que desató la polémica en torno a su salud mental y física, así como las presiones de todo el espectro demócrata para que abandonara la candidatura.
Lo cual ocurriría casi un mes después, el 25 de julio, cuando un titubeante mandatario reconoció el inevitable final de su carrera. Las presiones a esas alturas eran muy duras, no solamente de los clanes CLINTON y OBAMA sino, muy en particular, de la líder congresista NANCY PELOSI.
De esta última se dijo (sin confirmar) que amenazó con llevar el asunto de la mala salud de BIDEN ante el Congreso para solicitar de manera formal su renuncia a la candidatura, por incapacidad física.
Los CLINTON tenían también razones para frenar a DONALD, si recordamos que el republicano derrotó a HILLARY en 2016. Por supuesto, la pareja OBAMA, tomando en cuenta que MICHELLE, esposa de BARACK, figuró en las encuestas como probable candidata, cuyos números superaban a los de TRUMP.
Al final, JOE BIDEN dio su brazo a torcer, pero reclamó para sí la selección de la candidatura que lo habría de suplir en el presente hándicap presidencial 2024, recayendo la decisión en su mancuerna del 2020, la vicepresidenta KAMALA HARRIS.
En Estados Unidos, se dice (no sin cierta ironía) que los apostadores de Las Vegas son más exactos que las encuestas. Coinciden a veces con los sondeos, aunque suelen ser más precisos. Hoy empiezan a abandonar a TRUMP.
De aquí la actual preocupación de los republicanos cuando constatan el inmenso arrastre de KAMALA entre tres sectores muy importantes, como son el voto femenino, la población afroamericana y la minoría hispana.
CITA PRÓXIMA
En la víspera del debate, los números favorecen ligeramente a la candidata demócrata en los estados “clave” y su popularidad sigue creciendo en sectores de clase media antes capturados por TRUMP.
Aunque los debates suelen tener un moderado (o, incluso, mínimo) impacto en las preferencias electorales, esta vez se piensa que habrá un efecto mayor, dado el desgaste que arrastra el republicano por las acusaciones graves que pesan en su contra. Violación, cohecho, evasión fiscal, incitación a la violencia civil, entre otras
Y también porque el “boom” de su actual candidatura estuvo desde un principio alimentado por la debilidad manifiesta del presidente, sus reiterados errores, olvidos, traspiés, distracciones francamente seniles.
Todo esto se modificó con la nueva candidata. Incluyendo el argumento de la edad, esa condición que DONALD explotó con permanentes burlas y ataques muy crueles contra BIDEN, por ser cuatro años más viejo.
Ahora se le revierte, ante una competidora 18 años más joven. En julio pasado KAMALA ofreció un adelanto sobre el tipo de trato que merece su oponente rubio, cuando dijo:
-“Cuando fui Fiscal de California me enfrenté a perpetradores de todo tipo. Depredadores que acosan a mujeres, defraudadores que estafan a consumidores, tramposos que rompen las reglas de su propio juego. Así que escúchenme cuando les digo que conozco a tipos como DONALD TRUMP y en esta campaña, compararé mi historial con el suyo.”
Nos espera, pues, un entretenido evento televisivo el entrante martes 10 de septiembre, desde el National Constitution Center de Filadelfia, a las 21 horas, tiempo del este de los Estados Unidos.
POR CARLOS LÓPEZ ARRIAGA
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