MÉXICO.- El microsatélite Proba-1 de la Agencia Espacial Europea (ESA), la primera misión en utilizar baterías de ion-litio en el espacio, ha alcanzado 23 años en órbita y sigue operativo.
Producido en Bélgica por Verhaert, ahora parte de Redwire Space, el Proba-1 fue lanzado el 22 de octubre de 2001 a bordo de un vehículo de lanzamiento de satélites polares de la Organización de Investigación Espacial de la India (ISRO).
El Proba-1, diseñado para la observación de la Tierra, marcó varios hitos, incluyendo la realización de tareas autónomas de guía, navegación y control, como adquisiciones multiángulo de imágenes de superficie, y el uso de componentes comerciales en lugar de piezas calificadas específicamente para el espacio.
Aunque su generador de imágenes hiperespectrales CHRIS dejó de operar a finales de 2022, el satélite sigue funcionando gracias a su cámara secundaria de alta resolución. La misión, inicialmente planificada para dos años, ha proporcionado datos valiosos sobre la durabilidad de los sistemas a bordo.
Proba-1 concluirá su misión con otro hito: se convertirá en el objetivo del ClearSpace-1, la nave de eliminación de desechos espaciales de la ESA, que retirará al satélite de la órbita en 2028.
Proba, acrónimo de Project for Onboard Autonomy, inició una serie de satélites tecnológicos, incluyendo Proba-2, dedicado a la observación solar; Proba-V, para el monitoreo de la vegetación terrestre; y el futuro Proba-3, que creará eclipses solares artificiales para estudiar la corona solar.
CON INFORMACIÓN DE EXCELSIOR