Ayer, el Ayuntamiento de Tampico recibió formalmente la operación y administración del estacionamiento subterráneo de la Plaza de la Libertad, construido por una empresa privada hace 30 años.
Al vencer la concesión, el gobierno municipal que preside Mónica Villarreal Anaya inició el proceso para recibir las instalaciones y toda la infraestructura complementaría, lo que beneficiará al erario local.
De alguna manera puede considerarse como una recuperación de un bien que nunca dejó de ser público, pues el concesionario usufructuó la parte baja de la Plaza de la Libertad durante tres décadas, aportando directamente poco o nada al centro de la ciudad.
Con estas instalaciones incorporadas a los activos municipales, el Ayuntamiento de Tampico asegurará la obtención de más ingresos que tendrán que destinarse a la atención de las necesidades de la gente. Es, en pocas palabras, una muy buena noticia para las finanzas locales.
En el último trimestre del año, la administración porteña está buscando aumentar el monto de sus ingresos propios, para lo cual el Cabildo acaba de autorizar descuentos en el pago de diversos servicios.
También se contempla un repunte en la recaudación por concepto de impuesto predial, el cobro a locatarios de los mercados, de estacionómetros, así como otros conceptos que representan un flujo constante de dinero que servirá para este tramo del año.
Y aunque el gasto corriente se etiqueta desde el inicio del ejercicio anual, así como las partidas para obras y servicios públicos, además de contarse con recursos federales y estatales, los ingresos propios sirven para cubrir la operación diaria del gobierno, así como financiar otras acciones que se llevan a cabo en beneficio de los ciudadanos.
Ahora, con la operación del estacionamiento subterráneo, el Ayuntamiento de Tampico tendrá más
dinero para cumplir con sus compromisos, destinarlo a programas de beneficio colectivo y evitar enfrentar problemas financieros durante los meses de octubre a diciembre de este año.
¿Va esto a mejorar las condiciones de las finanzas municipales? Indudablemente, porque el estacionamiento subterráneo es muy buen negocio y su administración garantiza que haya un flujo constante de efectivo, registrado a diario y con precisión, lo que es una ventaja para el gobierno que encabeza Mónica.
Es decir, aunque en el trimestre final del año siempre hay imponderables, una ventaja es que el gobierno anterior dejó etiquetados los recursos y garantizados los pagos al personal sindicalizado y de confianza.
Por lo tanto, el dinero que se obtenga por la operación del estacionamiento subterráneo será extra y en cantidad considerable.
DOS SENADORES DE BAJO NIVEL
El espectáculo protagonizado entre los senadores Alejandro “Alito” Moreno Cárdenas y Gerardo Fernández Noroña fue digno de una riña callejera, pues aunque no llegaron
a los golpes, la actitud rijosa de “Alito” y la del morenista hizo parecer que estuvieron a punto de eso.
“Alito”, dirigente nacional priísta se paró de su lugar y fue hasta el asiento de Fernández Noroña, quien funge como presidente del Senado. Le reclamó que no le dio la palabra, a pesar de las constantes peticiones que le hizo para intervenir.
Aunque es un pendenciero consumado, Fernández Noroña se vio temeroso ante el arranque impulsivo de Moreno, que fue y le espetó “No me grites”, mientras el morenista le reviraba “No me pongas el dedo en la cara”.
Encorvado, evadiendo la confrontación -algo inusual en el rijoso Fernández Noroña-, el presidente del Senado optó por ignorar a su compañero senador y, en uno más de sus acostumbrados desplantes, trató de seguir la sesión.
Diría que fue divertido ver a dos adultos -uno de ellos ya de la tercera edad- comportándose como adolescentes que se hacen de palabras y fintan que se enfrascarán en una batalla a golpes.
Más que divertido, fue patético el espectáculo de dos legisladores que se supone están preparados para debatir y no huir a la confrontación mediante el diálogo.
Unos dirán que lo que hizo “Alito” rompió el reglamento; otros que forma parte del debate y de las reacciones movidas por temperamento cuando hay discusiones en una de las dos Cámaras, pero me parece que no se justifica.
Fernández Noroña es ampliamente conocido por su desenfado, por su cultura y su conocimiento de la vida legislativa, pero también por su inacabable cinismo, su egocentrismo, su intolerancia y su incondicionalidad a la Cuatroté, que llega a rayar en el servilismo.
Moreno Cárdenas, en cambio, con menor edad tiene también experiencia política pues ya fue senador y sabe cómo se manejan estas cosas.
Hay quienes dicen que tiene un pasado como porro, pero eso no me consta. Lo que sí se sabe, es que tiene un temperamento que puede hacer pensarlo dos veces a quien quiere enfrentarlo en cualquier área.
Como decía, lo de ayer fue un espectáculo de barriada, de bajo nivel y muestra clara de la intolerancia de uno y de la impulsividad del otro.
No tendría que ser más que una escena consignada por los cronistas de las actividades legislativas, citando con diversión la actitud hasta cierto punto de miedo que tuvo Fernández Noroña.
Sí, ese que siempre se envalentona con cualquier ciudadano y que confía en que su fuero lo protege de todo, aunque olvida que nada hay que cubra y blinde más a un legislador, que el respeto a los demás. Por lo demás, es tan vulnerable como cualquier otro ciudadano de este país.
ESCOTILLA
En la recepción formal de las instalaciones del estacionamiento subterráneo, la Alcaldesa Mónica Villarreal estuvo acompañada por varios integrantes de su equipo cercano
de trabajo, entre ellos el síndico Guillermo Cuadra y el secretario del Ayuntamiento, Carlos Alberto García Porres, quien por cierto, acaba de recibir una Notaría Pública esta semana, pero el tema merece un espacio aparte.
POR TOMÁS BRIONES
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