Tres temas requerirán de la mayor atención del gobierno de la Presidenta Claudia Sheinbaum en las relaciones de su gobierno con el gobierno del Presidente de los Estados Unidos Donald Trump a partir del 20 de enero de 2025. El libre comercio, la migración ilegal y el trasiego de drogas a través de la frontera de México En la visión de Trump sobre las relaciones comerciales, el libre comercio ha dañado a la economía y a millones de trabajadores de los Estados Unidos durante los últimos 30 años, en que los capitales norteamericanos migraron hacia México y fundamentalmente hacia China en busca de mano de obra especializada de muy bajo costo que aumentara las utilidades de las empresas.
El tratado de libre comercio conocido como Tratado Mexico-Estados Unidos- Canada TMEC, del que forman parte decenas de miles empresarios y productores de los 3 países y del que son beneficiarios millones de consumidores y trabajadores, no es el tema favorito ni la forma preferida por Trump para tener control sobre la economía y sobre los actores de la vida económica. Por tal motivo se esperan relaciones tensas en todos los aspectos que abarca el TMEC que pueden ir desde el endurecimiento de las negociaciones en la revisión del tratado, su utilización como palanca de presión para resolver asuntos de la relación bilateral, hasta las revisiones aduaneras atípicas de las mercancías que circulan entre los 3 países, el uso de alertas sanitarias para frenar el paso de los productos perecederos y la aplicación tasas impositivas por diversos motivos.
El tema de la migración ilegal hacia Estados Unidos augura para México problemas en el corto plazo porque una de las banderas de la campaña de Trump más recurrentes y aceptadas ha sido la promesa de hacer deportaciones masivas de migrantes ilegales empezando por aquellos que tengan antecedentes penales o conflictos con las autoridades de los Estados Unidos y todos los que no reúnan los requisitos para permanecer legalmente en aquel país. En la campaña del Presidente electo se manejó la cifra de 11 millones de migrantes ilegales de los cuales aproximadamente el 60% son mexicanos, lo que convertiría a México en el receptor del mayor numero de deportados.
El tema de la seguridad pública agravada por la presencia en algunas entidades de los carteles de narcotraficantes cuya actividad principal es realizar envíos de drogas al demandante mercado norteamericano y la presión de las autoridades de aquel país para frenar el trasiego de sustancias como el fentanilo que llega de China y la cocaína que la mayor parte llega de Sudamérica, y cruzan a Estados Unidos a través de la frontera de México, han provocado crisis de salud y la muerte a 100 mil norteamericanos cada año.
Después de la reelección de Donald Trump el pasado 5 de noviembre se empiezan a conocer los perfiles de quienes ocuparán importantes posiciones dentro del gabinete de la Casa Blanca y un denominador común es que los los anunciados hasta ahora son reconocidos halcones, como se les denomina en aquel país a los políticos partidarios de usar mano dura para resolver los asuntos a su cargo, como los que han sido elegidos hasta ahora por el Presidente Trump.
Tal es el caso del llamado Zar de la Frontera, Tom Homan quien fue Director del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas ICE durante el primer mandato de Trump y al que se señala como responsable de una política migratoria de “no tolerancia” que separó a familias de migrantes por lo que miles de niños quedaron solos en centros de detención migratoria, un acto considerado de suma crueldad.
La nueva Secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, ha sido señalada como una política conservadora partidaria de enviar a la Guardia Nacional a la frontera con México y se da por seguro que jugará un papel importante en la política migratoria.
El Subjefe del Gabinete para la Política, Stephen Miller formó parte el equipo de trabajo de Trump en la presidencia en su primer periodo y se le atribuye haber contribuido a dar forma a las políticas migratorias radicales del primer mandato de Trump
Mención especial merece el hecho de que los representantes y los senadores que se han pronunciado por la intervención de fuerzas armadas norteamericanas para combatir a los narcotraficantes en territorio mexicano son en su mayoría partidarios de Trump y algunos de ellos han sido mencionados para formar parte del nuevo gobierno.
Eso sin conocer todavía quienes se harán cargo de la DEA, el FBI y la AFT cuyas formas heterodoxas de operar han dado mucho que decir en America Latina y en México. Por esa razón, llama mucho la atención el posicionamiento de los dirigentes panistas en la Cámara de Senadores y Cámara de Diputados que proponen que se considere a los narcotraficantes como terroristas para poder recibir ayuda de los Estados Unidos para combatirlos en suelo mexicano.
Hay motivos de preocupación para el gobierno de la Presidenta Sheinbaum y también hay un plazo de 70 días para hacer los ajustes pertinentes y enfrentar de la mejor manera posible los peligros que plantea el estilo de las relaciones del gobierno de Donald Trump no solo con México, sino con toda la comunidad internacional.