CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.- La reciente firma del acta 331 por parte de la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA), que compromete más de 2 millones de metros cúbicos de agua del Río Bravo, ha generado indignación entre los agricultores del norte del país, particularmente en el Distrito de Riego 025 de Tamaulipas.
Los productores aseguran que esta decisión podría dejarlos sin agua para irrigar sus cultivos, lo que representa un golpe devastador para el sector agrícola de la región.
Protestas y bloqueos en el horizonte
Ante la gravedad de la situación, algunos agricultores han anunciado posibles bloqueos carreteros como medida de protesta.
El Consejo Estatal Agropecuario de Tamaulipas señaló que, debido a lo que consideran una ilegalidad en el tratado de aguas de 1944, estarían dispuestos a realizar movilizaciones para expresar su rechazo a la decisión, que consideran perjudicial y carente de beneficios para el sector.
Un llamado a esperar respuestas oficiales
Por otro lado, la Unión Agrícola Regional del Norte de Tamaulipas (UARNT), a través de su gerente, Juan Manuel Salinas Sánchez, expresó que antes de tomar acciones drásticas, esperarán una respuesta por parte de la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, así como del gobernador de Tamaulipas, Américo Villarreal Anaya.
“Por el momento, se va a esperar la respuesta de la ciudadana presidenta y del señor gobernador”, declaró Salinas Sánchez.
Asimismo, explicó que, una vez recibidas las respuestas oficiales, “los presidentes de los Módulos de Riego convocarán a los usuarios para informar y determinar las acciones a seguir”.
Impacto en agricultores
Los agricultores de la región temen ser los primeros en resentir los efectos negativos de esta decisión, que pone en riesgo su producción y, por ende, su sustento. Insisten en que la firma del acta 331 representa una amenaza directa para su actividad y exigen que las autoridades intervengan para revertir este acuerdo.
Por ahora, los productores permanecen atentos a las respuestas oficiales, aunque no descartan movilizaciones si sus demandas no son atendidas. Esta situación refleja la creciente tensión en el sector agrícola de Tamaulipas, que enfrenta una lucha por preservar los recursos hídricos necesarios para su desarrollo.
Por Antonio H. Mandujano
EXPRESO-LA RAZON