CIUDAD VICTORIA, TAM.- Las inversiones de Pemex, que en las últimas décadas se orientaron al sureste, volverán a fijarse en Tamaulipas gracias a los yacimientos en aguas profundas.
El Secretario de Energía de Tamaulipas, José Ramón Silva Arizabalo, advirtió que el Cinturón de Plegado Perdido volverá a poner al estado en el primer lugar en el rubro de hidrocarburos.
“Trión es un campo ubicado en el norte del estado, en aguas profundas, dentro de áreas denominadas “Cinturón Plegado Perdido”. Este cinturón es una serie de yacimientos muy relevantes, donde se ubica gran parte de las reservas del país. Tamaulipas sigue siendo el estado referente por excelencia en este ámbito, concentrando más del 61% de los recursos prospectivos de México”, dijo.
“¿Por qué se ha ido la industria hacia el sureste? Porque es más barato extraer petróleo de aguas someras que de aguas profundas o de la Cuenca de Burgos. Sin embargo, con las reservas disminuyendo en el sureste, las inversiones de Pemex y privados tenderán a regresar a Tamaulipas, como al inicio de la industria petrolera, que nació en el sur de Tamaulipas y en Ébano, San Luis Potosí”.
El funcionario expresó que el área de Tampico-Misantla, sigue produciendo. Aunque es un campo maduro, tiene mucho potencial gracias a nuevas tecnologías para mejorar la producción. “Tampico-Misantla es una cuenca ya vieja y bastante explotada. Su presión original de yacimiento está muy por debajo de la media, pero con tecnologías de levantamiento artificial, sigue siendo un recurso importante para la generación de producción de bajo costo”.
También para los próximos años se espera la consolidación de la producción en la Cuenca de Burgos. Silva Arizabalo expresó que esta cuenca no ha alcanzado su máximo potencial debido a dos factores: el alto costo de la tecnología necesaria para extraer gas de lutitas (shale) y las restricciones ambientales al uso de tecnologías como el fracking. Sin embargo, los avances en tecnologías más amigables con el medio ambiente, como el reciclaje de agua utilizada en el fracturamiento hidráulico, han cambiado el panorama.
“Pemex planea reactivar este campo, aprovechando las nuevas tecnologías para hacer la extracción más segura y sostenible. Esto es crucial, ya que la Cuenca de Burgos representó casi la mitad de la producción nacional de gas en su momento.
¿Qué han estado evaluando en Pemex? Cuando llega una nueva tecnología, ellos evalúan antes de dar un contrato, antes de otorgar una asignación basada en tecnología. Entonces, esto ha evolucionado, sobre todo en beneficio de la parte hídrica, que era afectada por este tipo de operación”. EN ese sentido dijo que es muy viable volver a retomar el tema de perforar en yacimientos no convencionales.
Tamaulipas tiene esta cuenca de Burgos, que es la continuación de la Eagle Ford en Texas. “Claro, la economía texana y la de Estados Unidos se fortalecieron gracias a este yacimiento.
Por la Eagle Ford tenemos la misma capacidad; sin embargo, nuestra operación en la cuenca de Burgos no ha sido para nada comparable con la de Texas.
Pero tenemos este potencial, y ahí está: es la misma cuenca”. El secretario afirmó que Tamaulipas, históricamente reconocido como un estado clave en el sector energético de México, se encuentra en un momento de transformación que lo posiciona como un referente nacional e internacional.
Destaca que Tamaulipas genera actualmente más del 20% de la producción petroquímica nacional y se ha consolidado como el segundo mayor productor de energía eólica, aunque asegura que el potencial del estado está apenas comenzando a ser explotado. La riqueza fósil de Tamaulipas sigue siendo uno de sus principales activos. El estado ocupa el quinto lugar en producción de hidrocarburos en México, pero con la puesta en marcha de proyectos como el campo Trión, en asociación con Pemex, alcanzará el tercer lugar a nivel nacional.
Este yacimiento en aguas profundas, ubicado en el Cinturón Plegado Perdido, promete incorporar más de 120,000 barriles diarios de petróleo equivalente a la producción estatal.
El sector gasífero tampoco se queda atrás. La Cuenca de Burgos, históricamente el mayor productor de gas natural en México, está siendo revitalizada gracias a avances tecnológicos que buscan hacer la extracción más eficiente y sostenible.
Aunque las restricciones al fracking han limitado su explotación, el reciclaje del agua utilizada en estas operaciones y otras tecnologías emergentes han mejorado su viabilidad económica y ambiental. Según Silva Arizabalo, “la Cuenca de Burgos tiene el mismo potencial que la Eagle Ford en Texas, y estamos retomando este tema con fuerza para fortalecer nuestra economía local”.
Otro proyecto emblemático es el campo Brasil, situado entre Matamoros y Reynosa, el cual podría almacenar hasta el 30% del gas necesario para cumplir con los objetivos del Plan Nacional de Desarrollo hacia 2050. Este campo es fundamental para garantizar la soberanía energética y evitar crisis como la tormenta invernal de 2021, que generó pérdidas superiores a los 5,000 millones de dólares en el sector industrial.
A pesar de su importancia histórica en la industria fósil, Tamaulipas está liderando la transición hacia energías limpias. Con más de 13 parques eólicos y 500 aerogeneradores instalados, el estado es el segundo mayor productor de energía eólica en México, solo detrás de Oaxaca.
Sin embargo, Silva Arizabalo señala que este desarrollo apenas representa el 7% del potencial eólico del estado. El Altiplano tamaulipeco, con niveles de radiación solar un 30% superiores al promedio nacional, es una zona clave para el desarrollo de proyectos fotovoltaicos.
Según el Programa de Desarrollo del Sistema Eléctrico Nacional (PRODESEN), Tamaulipas podría contribuir con entre 8 y 10 gigawatts de energía renovable adicional para 2030. Sin embargo, el principal desafío radica en la saturación de la infraestructura de transmisión eléctrica.
Actualmente, el estado lidera la capacidad eléctrica instalada en México, con más de 8,000 megawatts, pero los proyectos en cartera, incluidos 20 de energía renovable, requieren inversiones significativas en líneas de transmisión. Una de las iniciativas más destacadas en este ámbito es la planta de licuefacción de gas de New Fortress Energy en Altamira, que se ha convertido en la más grande de América Latina. Este proyecto aprovecha el gas excedente para licuarlo y exportarlo a mercados como Europa, Centroamérica y Sudamérica, consolidando a Tamaulipas como un líder en tecnologías de licuefacción.
La mejora de la infraestructura energética es un eje central en la agenda estatal. Actualmente, hay cinco proyectos estratégicos en marcha, con una inversión de 9,100 millones de pesos. Entre ellos destaca la línea Huasteca-Nuevo León, cuyo proceso de licitación se retomará con condiciones más atractivas.
Estos proyectos buscan no solo conectar la energía renovable generada en el estado a la red nacional, sino también abrir oportunidades para la inversión privada en transmisión. Por otro lado, el puerto del Norte en Matamoros, que había permanecido inactivo durante décadas, está en proceso de transformación. Este proyecto incluye la construcción de una ciudad portuaria que detonará la logística y la proveeduría local. La primera terminal, a cargo de Mota-Engil México, ya cuenta con una inversión de más de 200 millones de dólares.
“El puerto de Matamoros es estratégico no solo por su ubicación, cercana al Cinturón Plegado Perdido, sino también por su capacidad para recibir diferentes tipos de carga, desde combustibles hasta graneles”, destacó Silva Arizabalo. Tamaulipas no solo se enfoca en la generación de energía, sino también en su impacto social y ambiental. La Secretaría de Energía, en colaboración con la Secretaría de Economía, ha lanzado programas para integrar a las empresas locales en las cadenas productivas del sector energético.
Además, se trabaja con instituciones educativas como el CONALEP para capacitar a la población y garantizar la disponibilidad de mano de obra calificada para los nuevos proyectos. La Agenda 2030 es un pilar fundamental en la estrategia estatal.
Tamaulipas fue la primera entidad en certificar su plan sectorial de energía ante la ONU, y su enfoque incluye no solo atraer inversiones, sino también garantizar que estas beneficien a las comunidades locales. En zonas como Higuerillas y El Mezquital, cerca del puerto del Norte, se han implementado programas de capacitación y desarrollo social para preparar a la población vulnerable ante el crecimiento económico. El dinamismo energético de Tamaulipas ha captado la atención internacional.
En los últimos dos años, el estado ha recibido inversiones por más de 20,000 millones de dólares, incluyendo proyectos emblemáticos como el de Goodside, con una inversión de 11,600 millones de dólares. Giras estratégicas en Asia, Europa y América han permitido a las autoridades estatales establecer alianzas clave y atraer capital extranjero para proyectos energéticos e infraestructurales.
POR STAFF