Los gobiernos muestran su verdadera intención de gobernar a través del presupuesto de egresos de cada año. El Gobierno de México presentó el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF) para 2025 al Congreso de la Unión el pasado 15 de noviembre.
Este año, los supuestos básicos con los que se elaboró son los siguientes: un crecimiento del PIB de entre el 2% y el 3%, una inflación del 3.5%, un tipo de cambio promedio de 18.5 pesos por dólar y un precio promedio del barril de petróleo de 57.8 dólares, actualmente ronda los 64 dólares aunque ha mostrado una caída de abril a la fecha. Desafortunadamente, estos números no parecen estar sustentados en la realidad económica del país.
Como comenté en una colaboración anterior, el crecimiento económico proyectado por el Banco de México será del 1.45% en 2024 y del 1.2% en 2025. BBVA México ajustó su estimación a 1.2% para 2024 y 1.0% para 2025, mientras que el FMI redujo su previsión a 1.5% para 2024 y 1.3% para 2025.
Esto sugiere que el crecimiento de este año rondará el 1.4% y el próximo estará en un rango entre 1.0% y 1.3%
En cuanto a la inflación, el Banco de México prevé un cierre en 4.4% para este año, aunque podría ser mayor. Para el próximo año, dependerá en gran medida del crecimiento económico y del manejo de las finanzas públicas. Respecto al tipo de cambio, el peso ha mostrado una depreciación de alrededor del 15.5% desde mediados de julio.
El precio del dólar estará influido por las condiciones del mercado, especialmente por las políticas de Donald Trump, quien ha manifestado su intención de aumentar la producción de petróleo en Estados Unidos.
En México, el crecimiento económico (del cual dependen los ingresos tributarios) y el petróleo son fundamentales para estimar los ingresos con los que contará la federación para cumplir con su presupuesto.
El PPEF 2025 estima ingresos totales por 8 billones de pesos, de los cuales 5.3 billones provendrán de impuestos. Sin embargo, esto se basa en un supuesto de crecimiento del 2.2%. Si este crecimiento no se materializa, los ingresos tributarios se verán afectados.
El presupuesto también contempla un déficit fiscal estimado del 5.4% del PIB, derivado principalmente de tres factores clave: Aumento en el gasto público: Una parte importante del presupuesto está dirigida a programas sociales y subsidios para megaproyectos. Por ejemplo, el Tren Maya recibirá 40,000 millones de pesos en subsidios, la Refinería Olmeca contará con parte de los 11,275.5 millones de pesos asignados a refinación, y el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) recibirá 1,000 millones de pesos en subsidios. Incremento en el costo de la deuda pública: Se espera que el costo financiero de la deuda alcance niveles históricos debido a las altas tasas de interés, representando un 14.9% del gasto total del gobierno.
Reducción de ingresos extraordinarios: Aunque los ingresos tributarios se proyectan con un crecimiento moderado, los ingresos petroleros y otros ingresos no recurrentes han mostrado una tendencia a la baja.
El Paquete Económico contempla un límite neto de endeudamiento interno de 1.58 billones de pesos y un techo de endeudamiento externo de hasta 15,500 millones de dólares. La deuda pública total para 2025 se estima en 18.6 billones de pesos, equivalente al 51.4% del PIB.
El costo del servicio de la deuda se calcula en 1.39 billones de pesos, un aumento significativo respecto a años previos. Cabe destacar que en 2018, la deuda pública ascendía a 10 billones de pesos. Con el objetivo de reducir el déficit, se han recortado asignaciones en áreas clave como: Salud: El PPEF 2025 proyecta una disminución del 12% en comparación con 2024.
Esto contrasta con las grandes necesidades del sistema de salud, ilustradas por casos como el de una paciente mayor en Tampico que, al acudir al IMSS para una consulta cardiológica, recibió la respuesta: “Tiene cita, pero no tenemos cardiólogos”.
Cultura: Se prevé un recorte del 26.76% respecto a 2024. Medio ambiente: La SEMARNAT enfrentará una reducción del 39.4% en su presupuesto. Seguridad: La Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana verá una disminución del 36% en sus recursos, pese a los graves problemas de inseguridad en el país.
A pesar de estos recortes, los gastos totales superarán los ingresos, lo que sugiere que el gobierno mexicano podría necesitar endeudarse más allá de lo programado para cumplir con sus compromisos. Esto podría comprometer la calificación crediticia del país, resultando en un aumento de las tasas de interés.
Veremos cómo evoluciona esta situación.