CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.- En las últimas dos décadas, el panorama del tráfico de drogas en Tamaulipas ha cambiado de manera significativa. Mientras los decomisos de drogas tradicionales como la marihuana y la cocaína han disminuido drásticamente, las sustancias sintéticas como las metanfetaminas y el fentanilo han emergido como los nuevos protagonistas del tráfico ilícito.
Este cambio también refleja las transformaciones en los mercados de consumo.
Durante la primera mitad de la década de 2010, los decomisos de marihuana alcanzaron cifras muy altas, con un máximo de 218,703 kilogramos asegurados en 2011.
Sin embargo, esta tendencia comenzó a revertirse gradualmente, pasando a 129,879 kilogramos en 2013 y luego a 63,959 kilogramos en 2016, lo que marcó una reducción del 70% en comparación con los registros de 2011.
El desplome fue aún más drástico en los últimos años: en 2019 apenas se aseguraron 10,340 kilogramos, una cifra que se redujo a 1,896 kilogramos en 2023.
En comparación con 2010, cuando se decomisaron más de 162 toneladas, esto representa una disminución del 98%. Este descenso podría estar relacionado con la legalización parcial de la marihuana en algunos países y un cambio en las preferencias del mercado hacia drogas más rentables.
A diferencia de la marihuana, los decomisos de cocaína en Tamaulipas no han seguido una tendencia uniforme. En 2010, las autoridades aseguraron 102 kilogramos, pero la cifra aumentó significativamente a 361 kilogramos en 2011. Aunque hubo años de descenso, como en 2015 con 123 kilogramos, en 2019 se registró un pico de 1,347 kilogramos, la cifra más alta en más de una década.
A partir de 2020, los decomisos comenzaron a disminuir nuevamente, con 193 kilogramos en 2020, 148 kilogramos en 2021 y apenas 54 kilogramos en 2023, lo que representa una caída del 96% respecto a 2019. Este declive puede indicar una menor preferencia por la cocaína en los mercados locales y una transición hacia el tráfico de drogas sintéticas.
Metanfetaminas: La expansión de las sintéticas
Las metanfetaminas han cobrado relevancia en Tamaulipas durante la última década. Aunque los decomisos de esta droga fueron bajos en años como 2010 (14 kilogramos) y 2011 (9 kilogramos), la situación cambió drásticamente a partir de 2013, cuando se aseguraron 188 kilogramos, una cifra diez veces mayor que en los años anteriores.
Después de una caída en 2016 (13 kilogramos) y 2017 (12 kilogramos), los decomisos volvieron a aumentar en 2018 (139 kilogramos) y 2021 (137 kilogramos). Aunque en 2023 solo se registraron 15 kilogramos, el impacto de esta droga en la región sigue siendo significativo debido a su alta rentabilidad y al auge de los laboratorios
clandestinos en el país.
Una amenaza creciente
La droga que más alarma ha generado es el fentanilo, una sustancia sintética altamente adictiva y letal. En 2023, las autoridades aseguraron 7.52 kilogramos, un total 85,249 unidades de esta droga, lo que evidencia su creciente popularidad entre los cárteles que buscan satisfacer la demanda en mercados internacionales, particularmente en Estados Unidos.
El fentanilo, que puede ser transportado en cantidades mínimas debido a su potencia, representa un desafío logístico para las autoridades, ya que es más difícil de detectar que otras sustancias. Su impacto en la salud pública es devastador, con un aumento de sobredosis relacionadas en ambos lados de la frontera.
El declive de la marihuana y la cocaína puede atribuirse a diversos factores, incluidos cambios en las preferencias de los consumidores y una mayor presión de las autoridades en las rutas tradicionales de tráfico. Por otro lado, las metanfetaminas y el fentanilo han ganado terreno debido a su alta rentabilidad y a la facilidad de producción con precursores químicos provenientes de Asia, particularmente de China.
Las fluctuaciones en los decomisos también podrían estar relacionadas con cambios en las estrategias de los cárteles, que buscan minimizar riesgos al diversificar sus productos y rutas de transporte.
Especialistas advierten que el auge de las drogas sintéticas plantea nuevos retos para las autoridades de Tamaulipas.
Además de la amenaza a la seguridad pública, estas sustancias tienen un impacto devastador en la salud y aumentan los costos asociados con su combate y tratamiento.
Por Staff
Expreso-La Razón