CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.- En una esquina del 15 Berriozábal, Jorge Mendoza Herrera ha encontrado la fórmula perfecta para alegrar el día de quienes pasan por ahí: churros recién hechos y una sonrisa inquebrantable.
Aunque su título en Contaduría podría haberlo llevado por otros caminos, Jorge eligió el dulce aroma de los churros para construir su legado en Ciudad Victoria.
Con diez años de experiencia en el oficio, Jorge no es solo un vendedor más.
Es una figura entrañable, conocida por su amabilidad y carisma.
«Muchos no saben mi nombre, pero me identifican como ‘el chavo de los churros’.
Lo importante es que recuerden el saludo y la sonrisa», comenta mientras acomoda una bandeja llena de churros doraditos y crujientes.
Un negocio con
raíces familiares
El emprendimiento tiene una historia familiar.
«Mi mamá comenzó vendiendo churros hace años, y yo seguí sus pasos, pero le metimos creatividad. Ahora ofrecemos sabores que la gente ama, como Nutella, fresa natural, crema pastelera y piña colada. También hay especiales, como el navideño de canela y el relleno de cajeta con lechera», explica Jorge con entusiasmo.
Además de ser un maestro en el arte de los churros, Jorge es un contador titulado. Sin embargo, encontró en este negocio su verdadera pasión.
«La Contaduría me dio estructura, pero los churros me dan felicidad. Aquí cada día es diferente, y ver a la gente disfrutar lo que preparo no tiene precio», comparte con una sonrisa.
Un sabor para
cada ocasión
El menú de Jorge es tan variado como su clientela. Desde los clásicos hasta combinaciones inesperadas, como churros rellenos de Filadelfia y frutos rojos.
«El truco está en mezclar los ingredientes con cariño. Le ponemos cajeta, lechera, y luego coronamos con más dulce. Es un proceso que se disfruta, y eso se nota en el sabor», dice mientras sirve una nueva tanda.
Los fines de semana, Jorge instala su carrito de 3:00 p.m. a 9:00 p.m., y también toma pedidos para eventos especiales.
«Nos pueden contactar al 834-100-1210.
Hemos trabajado en fiestas, bodas y reuniones empresariales. A la gente le gusta algo diferente», asegura.
Jorge Mendoza Herrera es más que un vendedor de churros; es un contador de historias dulces, un joven que encontró su felicidad entre masas, cremas y sonrisas.
Cada churro que entrega es un recordatorio de que la pasión puede endulzar cualquier rincón del mundo.
Por Raúl López García
EXPRESO-LA RAZON
@expreso.press 😋 El chavo de los churros: la sonrisa que endulza #CdVictoria