CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.- San Luis Potosí no está acostumbrado a tener un equipo de fútbol protagonista. A lo largo de su historia, los potosinos han sido más animadores que contendientes, y sus aficionados, siempre fieles, han acumulado más decepciones que alegrías, tanto en la Primera División como en la extinta Primera División A o Ascenso MX.
Sin embargo, en los últimos años, eso ha quedado en el pasado. Hoy, el Atlético San Luis se ha convertido en un equipo acostumbrado a pelear por la liguilla e, incluso, a soñar con las finales. Esto es resultado de un trabajo deportivo y administrativo sólido, respaldado por la gestión del Atlético de Madrid.
Dentro de este renacimiento, destaca un nombre que ha robado los corazones de la afición potosina: Ricardo Chávez Soto. Originario de Ciudad Victoria, Tamaulipas, Chávez ha recorrido un camino lleno de retos, desde sus inicios en divisiones inferiores hasta consolidarse en la Primera División. Tras destacar con los Rayos del Necaxa, llegó al Atlético San Luis, donde, en tan solo un par de años, se ha convertido en un ídolo gracias a su entrega y calidad en la cancha.
El día que Ricardo Chávez conquistó a San Luis:
El 4 de diciembre será una fecha imborrable en la memoria de Ricardo Chávez. Ese día, en una semifinal histórica contra Rayados de Monterrey, brilló con una actuación soberbia y anotó el que probablemente sea el gol más importante de su carrera.
San Luis había eliminado a Tigres en cuartos de final y se preparaba para enfrentar a otro regiomontano. La ciudad entera estaba lista para la fiesta: los espectaculares en algunas partes de la ciudad anunciaban el gran encuentro, los colores rojiblancos dominaban las calles, y el ambiente en el Estadio Alfonso Lastras era un auténtico hervidero desde horas antes del partido.
Al llegar al estadio se le preguntó a un aficionado que dijo tener ya más de 15 años apoyando al equipo, “¿Qué tal Rica Chávez? ¿Qué opinas?… “no, es un jugadorazo tu paisano, corre, nunca se cansa, y es muy bueno”, así se confirmaba que la afición empieza a tenerle un gran cariño al lateral.
Cuando se anunciaron las alineaciones, Chávez fue uno de los más ovacionados. Desde el calentamiento, su concentración era evidente; sabía que este sería su día.
El partido comenzó y, desde los primeros minutos, Ricardo mostró su calidad. A los 20 minutos, dio una asistencia perfecta a Juan Sanabria quien cabeceó y aunque el arquero visitante atajó, el balón le quedó a Leo Bonatini para abrir el marcador.
Ricardo Chávez tuvo una actuación enorme en mano a mano, defensiva y ofensivamente, así terminó el primer tiempo.
Para la segunda mitad, Rayados empató, Chávez se mantuvo firme, animando a sus compañeros y mostrando su liderazgo en la cancha, en una jugada a los 70 minutos tras el gol, Ricardo habló fuerte, “calma, calma”, cuando peor se veía al San Luis anímicamente, y poco a poco empezaron a reaccionar de nueva cuenta para tomar el control.
Entonces llegó el momento clave. Al minuto 81, en una jugada iniciada por Vitinho, Bonatini abrió el balón hacia la banda derecha, donde Chávez recibió el esférico.
En lugar de enviar uno de sus característicos centros con peligro, decidió encarar a Gerardo Arteaga.
Con una bicicleta elegante, se abrió espacio y, desde los linderos del área, lanzó un disparo preciso que terminó en las redes.
¡Golazo de Ricardo Chávez! La explosión en el Alfonso Lastras fue indescriptible. Volaron vasos de cerveza. Él corrió, manoteó, gritó, abrazó.
Los aficionados coreaban su nombre mientras él agradecía al cielo y celebraba con euforia con sus compañeros.
En los minutos finales, Chávez se convirtió en un muro defensivo, ayudando a su equipo a mantener la ventaja.
Cuando el árbitro Fernando Hernández señaló el final, Chávez se arrodilló en la banda derecha esa que hizo suya como es costumbre en muchos de sus juegos, después se dirigió al centro del campo y fue felicitado por sus compañeros.
Ese día, Ricardo no solo fue el MVP del partido, sino que también selló su lugar en la historia del club y en el corazón de la afición potosina. Al salir del campo, los aplausos no cesaron hasta que desapareció en el túnel.
Así fue la noche de Ricardo Chávez, un jugador que entendió el momento, se entregó en cuerpo y alma y dejó claro por qué es parte fundamental del Atlético San Luis. No solo fue el gol, sino su constante lucha, su entrega en cada jugada.
Un partido en el que demostró por qué ha conquistado el corazón de la afición potosina y por qué su nombre ya resuena entre los ídolos recientes del Atlético San Luis.
El pitazo final no solo marcó el cierre de un partido, sino el inicio de una fiesta que se extendió en las tribunas y en las calles de San Luis Potosí.
Para Ricardo, esta actuación será inolvidable, pero también es un escalón más en su carrera. Porque si algo ha demostrado, es que su historia no se detiene aquí. Esta semifinal quedará grabada en la memoria de San Luis, y también en el corazón de un jugador que siempre lo da todo por la camiseta que porta.
El sueño de la final está cerca y a la vez lejos, es un sueño por ahora, pero esa noche, podría etiquetarse como la noche que Ricardo se consolidó en primera división.
Por Daniel Vázquez
Expreso-La Razón