A escasos días de que se cumplan los primeros cien de las nuevas administraciones municipales de Tampico y Ciudad Madero, los Alcaldes Mónica Villarreal Anaya y Erasmo González Robledo están en un momento clave.
Se trata del balance inicial de sus gestiones, un ejercicio, que no es propiamente un informe formal de gobierno, pero que tiene un peso político significativo.
El acto que ya se prepara para la primera quincena de enero, será el punto de partida para que la ciudadanía evalúe cómo las promesas de campaña comienzan a convertirse en acciones concretas.
En Tampico, Mónica ha puesto énfasis en la modernización administrativa y en fortalecer la imagen del municipio, como un destino atractivo para la inversión y el turismo.
Desde su llegada al cargo, se han observado esfuerzos por optimizarlos servicios públicos, con un ambicioso plan para mejorar la recolección de basura, que históricamente ha sido un problema marcado por la falta de unidades en cantidad suficiente.
Sin embargo, el verdadero reto radica en consolidar estos avances y, sobre todo, en proyectarlos como una visión integral dentro del Plan Municipal de Desarrollo (PMD), que se espera sea presentado en las próximas semanas.
Por su parte, Erasmo González Robledo, al frente de Ciudad Madero, ha priorizado el tema de la seguridad y la atención al sector turístico, con especial énfasis en la Playa Miramar, el principal destino turístico de Tamaulipas.
La rehabilitación de espacios públicos y el inicio de un programa de rehabilitación de la red de alumbrado son acciones
que, si bien necesarias, van cumpliendo gradualmente las expectativas generadas en campaña.
Los maderenses esperan proyectos que redefinan el futuro de su ciudad y le den una identidad, más allá de ser una extensión del desarrollo tampiqueño.
Tanto Mónica como Erasmo tienen la intención de presentar sus respectivos Planes Municipales de Desarrollo, como documentos rectores que tracen el rumbo de sus administraciones.
Estos planes no solo deben cumplir
con las formalidades legales, sino ser herramientas reales que articulen las prioridades de cada municipio, basadas en diagnósticos claros y objetivos alcanzables.
En el caso de Tampico, es de esperarse que el turismo y la promoción económica ocupen un lugar central, mientras que en Madero se aguarda un enfoque más social, con acciones orientadas a reducir las desigualdades que persisten en la ciudad.
El contexto político también juega un papel determinante, pues Mónica Villarreal y Erasmo González llegaron al poder con discursos que apelaban a la cercanía con la gente y a la promesa de una gestión transparente.
Aunque han logrado avances perceptibles en estos casi tres meses de gobierno, enfrentan desafíos que tendrán que superarse pronto para cumplir los compromisos con la gente.
En este escenario, los primeros cien días son más que una fecha simbólica, ya que representan la oportunidad de construir una narrativa que conecte con los ciudadanos y que dé sentido a las acciones realizadas hasta ahora.
Los informes que presenten durante enero deberán ir más allá de un listado de logros, pues seguramente ofrecerán una visión de futuro que inspire confianza y que demuestre que el cambio es una realidad tangible.
Mientras tanto, los ciudadanos observan, analizan y, en muchos casos, juzgan, Tampico y Ciudad Madero afianzan su identidad marcada y con poblaciones que, pese a las dificultades, mantienen altas expectativas respecto a sus gobernantes.
Tanto Mónica como Erasmo tienen la disposición de demostrar que están a la altura de las circunstancias y eso es lo que seguramente veremos en los informes de los Cien Días de trabajo que den a conocer.
En los próximos días, la presentación de los informes y de los Planes Municipales de Desarrollo serán momentos importantes en la vida política de ambas ciudades, así como en la evaluación que hagan los habitantes de la zona sobre el desempeño de los Alcaldes.
Los resultados hablarán por sí mismos y aunque los primeros cien días no definen un gobierno, sí marcan el tono de lo que puede esperarse en los años venideros.
ESCOTILLA
Ayer falleció Manuel Montiel Govea, personaje icónico de los medios y la actividad gubernamental de la comunicación.
Fue vocero de los gobernadores Américo Villarreal Anaya y Tomás Yarrington Ruvalcaba, además de directivo de una cadena de radio.
No lo conocí, pero sí supe de muchos testimonios de quienes lo trataron o trabajaron para él. Lo apreciaban mucho.
A sus familiares, un abrazo solidario esperando que pronto encuentren consuelo por esta pérdida.
POR TOMÁS BRIONES
abarloventotam@gmail.com