CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.- El constante aumento en los precios de los combustibles ha puesto en jaque al sector agropecuario de Tamaulipas, generando un panorama desalentador para los productores, quienes enfrentan una grave crisis económica.
La falta de subsidios, el alza en los costos operativos y la inacción gubernamental han llevado a muchos a considerar abandonar sus tierras, con consecuencias potencialmente devastadoras para la seguridad alimentaria.
Un golpe directo al campo
Marco Antonio Garza Acosta, presidente del Módulo II-2 del DR-026, denunció que el precio del diésel, que actualmente ronda los 24.95 pesos por litro en la región fronteriza y gran parte de Tamaulipas, supera ampliamente los costos en Estados Unidos, lo que deja en desventaja a los agricultores locales.
“El impacto es enorme.
Un tractor que utiliza 200 litros de diésel al día representa un gasto diario de 5,000 pesos, y muchos productores manejan varios tractores en sus labores.
Con estos costos, es prácticamente imposible mantener la rentabilidad del campo”, dijo Garza Acosta.
Además, señaló que la ausencia de subsidios por parte del gobierno federal ha agravado la crisis, dejando a los productores sin respaldo para enfrentar los elevados costos de producción.
Caos administrativo y falta de mercado
Garza Acosta también denunció la falta de organización y apoyo por parte de las autoridades, destacando que los estímulos prometidos para la comercialización de cosechas no han llegado.
“Tenemos 16,000 toneladas de maíz almacenadas desde hace meses, sin mercado ni compradores.
Esto genera incertidumbre y pérdidas millonarias para los productores. Además, la banca se muestra renuente a otorgar créditos debido a la falta de rentabilidad, mientras el gobierno no propone soluciones viables”, lamentó.
El líder campesino explicó que el único incentivo recibido recientemente fue un apoyo de 50 pesos por tonelada de maíz, insuficiente para cubrir los costos operativos, y cuya entrega, además, presenta retrasos considerables.
El riesgo de abandonar la tierra
Ante este escenario, muchos agricultores consideran dejar de trabajar sus tierras, ya que los costos desbordados de diésel, fertilizantes e insumos básicos los acercan al borde de la quiebra.
“Si no podemos costear lo necesario para sembrar, simplemente no podremos trabajar la tierra.
Esto pone en riesgo no solo a Tamaulipas, sino al país entero”, advirtió Garza Acosta.
El cambio climático como agravante
La crisis se ve agravada por el impacto del cambio climático, con sequías prolongadas que limitan las posibilidades de cultivo.
“Este año apenas hemos tenido acceso a medio riego en algunas zonas, insuficiente para garantizar una cosecha adecuada.
Los pronósticos indican que esta situación empeorará, con ausencia de lluvias al menos hasta abril”, explicó.
Impacto generalizado en la economía
El problema no solo afecta a los agricultores, sino a toda la cadena de suministro.
“El aumento en el precio del diésel eleva los costos de transporte y producción, lo que inevitablemente se refleja en un alza de precios para el consumidor final”, detalló el líder campesino.
Garza Acosta también criticó los modelos de subsidios sociales del gobierno federal, señalando que, aunque benefician a ciertos sectores, no resuelven las problemáticas estructurales del campo ni garantizan la sostenibilidad de la producción agropecuaria.
Un llamado a la acción inmediata
El presidente del Módulo II-2 hizo un llamado urgente al gobierno federal y estatal para implementar medidas que permitan reducir los costos de producción y garantizar la comercialización de los productos agrícolas.
Por Antonio H. Mandujano
EXPRESO-LA RAZON