Para su bien o no, Gerardo Fernández Noroña prácticamente siempre da la nota cuando habla sobre lo que sea. El legislador petista, quien sin imaginarlo posible llegó a la presidencia del Senado en octubre pasado, ha sido un polémico personaje de la Cuatroté que nunca decepciona a los periodistas que cubren la fuente del Congreso, porque invariablemente se obtiene de él alguna declaración ruidosa.
Su peculiar manera de expresarse en tono coloquial pese a su incuestionable agilidad intelectual, le convierten en un sujeto al que sí o sí, los periodistas buscan para que hable de temas que posiblemente cualquier otro político preferiría evitar, para no colocarse en la línea de fuego de la oposición.
Pero Fernández Noroña es aceptado tal como es en la Cuatroté, en donde se le reconoce la vehemencia con la que ha defendido las causas, a pesar de que muchas veces haya incongruencias que hacen insostenibles los argumentos oficialistas.
Bien, pues en estos días Fernández Noroña parece encarnar a la oposición partidista y a la interna de los partidos alineados con Morena, al manifestar su rechazo a la propuesta hecha por la Presidenta Claudia Sheinbaum acerca de la posibilidad de que
se elimine la figura de los diputados y senadores plurinominales.
Gerardo ha dicho que quienes apoyan la idea de la Presidenta son ignorantes de la historia política del país, al tiempo que consideró que la intención de Sheinbaum es “una barbaridad”, como lo consignaron varios medios.
Habría que recordar que Fernández Noroña y otros connotados personajes tanto del oficialismo como de la oposición llegaron a la Cámara de Diputados o la de Senadores a través de la vía plurinominal.
Por eso se entiende que quieran defender el mecanismo que en los años 80 permitió a los partidos que contendían sin posibilidades ante el todopoderoso PRI, accedieran a espacios en el Legislativo.
Claro que el legislador del PT tiene razón en lo que se refiere al origen de los plurinominales y por supuesto que es comprensible que se oponga, pues seguramente va a querer continuar siendo diputado o senador mediante la reelección por la vía de representación proporcional, como lo ha hecho durante años.
Sin embargo, en tiempos en los que se están desmontando las instituciones del viejo régimen y se da forma a un nuevo esquema que recuerda al pasado en muchas cosas, la postura del senador petista es endeble y seguramente solo servirá para ganar algunos espacios mediáticos, pero a final de cuentas terminará cediendo, como es su costumbre.
Al igual que Adán Augusto López y Ricardo Monreal, líderes de los grupos parlamentarios oficialistas en ambas cámaras, Fernández Noroña y otros personajes de la Cuatroté llegaron sin hacer campaña y sin someterse al escrutinio ciudadano en las urnas, por lo cual seguramente están en contra de la propuesta de la Presidenta Sheinbaum.
Claudia ha dicho que el primer día de febrero, cuando se reanudan las actividades legislativas con el primer período ordinario de sesiones, enviará un paquete de 20 iniciativas de reformas a diversas leyes, entre ellas una que contempla eliminar a los plurinominales.
El gasto que representa sostener dos Cámaras con una gran cantidad de diputados y senadores que aumentan la erogación de recursos públicos y en los hechos poco aportan al fortalecimiento de la vida democrática o institucional del país, es el principal argumento tanto de Sheinbaum como de quienes apoyan esa propuesta.
Hay muchas cosas con las que millones de personas no coinciden con el estridente Fernández Noroña, pero seguramente en el hecho de defender la posibilidad de que sigan los diputados de representación proporcional, es un tema en el cual están de acuerdo.
Si bien es cierto que existen muchos diputados -y diputadas, claro-; senadores -y senadoras que llegaron por la vía plurinominal al Congreso y no aportan gran cosa a la vida política o al mejoramiento de las leyes de este país, sería inclusive hasta saludable para la democracia que se mantuviera esa figura, aunque con matices.
Tal vez en lo que sí habría una coincidencia mayor es en echar atrás la reelección de Alcaldes, diputados y senadores, tal vez reducir el número de legisladores plurinominales; establecer reglas claras para evitar la sobrerrepresentación de un partido y definir con claridad criterios para que el uso de los recursos asignados al Congreso sea transparente y no se repitan episodios como la pelea de los líderes parlamentarios de Morena -Adán Augusto y Monreal-, por dinero, como vulgares codiciosos.
Volviendo al tema principal, la postura de Fernández Noroña en contra de la posibilidad de eliminar la figura de los plurinominales tiene mucho sentido y buena parte de razón, aunque infortunadamente creo que no va a tener éxito en su oposición.
El que sea un senador plurinominal oficialista
y además, calificado como conflictivo hasta para la propia Cuatroté, son los principales obstáculos para que su resistencia tenga éxito.
Lo tienen bien medido y saben cómo desactivar su intento de rebeldía, que es más bien una de sus muy conocidas posturas mediáticas, pero huecas.
La batalla que viene por los plurinominales no solo va a enfrentar a la oposición con Morena y sus aliados, sino que dentro de la misma Cuatroté va a generar ruido, tensiones y resistencia, que terminará por negociar una reforma tersa, tal vez gradual.
En ese episodio nuevo que podremos ver a partir del 1 de febrero nos daremos cuenta del alcance que tiene la fuerza política de la Presidenta Sheinbaum o si, realmente se confirman las hipótesis de sus malquerientes que afirman que en el fondo, quien manda en el Congreso es el compañero Andrés Manuel. Vamos a ver.
ESCOTILLA
Esta ocasión es ideal para agradecer a los lectores, a los amigos, a la familia, a la vida.
Ha sido un año de retos formidables que ha puesto a prueba la paciencia, la serenidad y la determinación.
Es momento de mantener el optimismo, seguir el proceso de reconstrucción personal y de valorar a cada momento lo que importa.
A todos, muchas gracias por este año y que 2025 sea generoso en cosas buenas para todos.
POR TOMÁS BRIONES