CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.- En una pequeña esquina entre las calles 4 y 5 Hinojosa de la Colonia Guadalupe Mainero, se encuentra la Panadería Villegas, un rincón que ha guardado por más de cinco décadas la esencia de la repostería artesanal.
Fundada por el abuelo de la familia Villegas, esta panadería es un símbolo de tradición, amor por el oficio y resistencia ante los cambios del mercado. Hoy, más que nunca, enfrentan el reto de competir con las grandes cadenas comerciales que producen Roscas de Reyes en masa, que ofrecen precios más bajos pero con un toque menos personal.
Gabriela Villalbazo de Villegas, una de las herederas de esta tradición, relata con orgullo el legado familiar que continúa su esposo. “Nosotros ofrecemos Roscas de Reyes horneadas en leña, como se hacía antes, con el sabor de siempre y el cariño que se le pone a cada pieza. Las tenemos en tamaños chico, mediano y grande, además de una deliciosa variante de pastel que ha ganado muchos adeptos”, comenta Gabriela, mientras el aroma a pan recién horneado invade el ambiente.
La temporada de Rosca de Reyes es una de las más esperadas en Panadería Villegas, no solo por el incremento en las ventas, sino por la oportunidad de ser parte de las celebraciones familiares.
«Iniciamos la producción desde el 3 de enero para asegurar que nuestras roscas lleguen frescas y a tiempo a la mesa de nuestros clientes. Sabemos que cada rosca que sale de nuestro horno es más que un pan, es un pedacito de nuestra historia que compartimos con quienes confían en nosotros», añade con una sonrisa.
El horario extendido de la panadería, de 7:00 a.m. a 8:30 p.m., refleja el esfuerzo por satisfacer a los clientes que, en su mayoría, llegan por la tarde, buscando esa rosca que compartirán en familia al terminar la jornada laboral. «La mayor afluencia la tenemos después de las 2:00 o 3:00 de la tarde. Es hermoso ver cómo la gente se reúne, cómo esperan con ilusión llevar una rosca a casa para disfrutar con los suyos», dice Gabriela, emocionada.
Sin embargo, el panorama no es fácil. La competencia con las grandes tiendas es feroz, pues ofrecen roscas a precios más accesibles debido a la producción en masa. «Nos afecta, claro, pero nuestros clientes saben que la calidad y el amor que ponemos en cada rosca no tiene comparación. Lo que ofrecemos es más que un producto, es una experiencia, un sabor que no se encuentra en cualquier lado», afirma Gabriela con determinación.
Los precios de las roscas oscilan entre 220 pesos para la de pastel, hasta 400 pesos para la grande, y los pedidos se pueden hacer llamando al 834 312 6666. «Cada rosca que vendemos lleva un pedacito de nuestra alma, y ver la felicidad de las familias al llevárselas es nuestra mayor recompensa», concluye Gabriela.
Panadería Villegas representa la lucha por mantener viva la esencia de lo artesanal, de lo hecho con las manos y el corazón, frente a la inercia de un mercado que a veces parece olvidar el valor de lo auténtico. En cada rebanada de sus roscas se esconde una historia, una tradición que se resiste a desaparecer, recordándonos que, en el fondo, lo más simple y genuino es lo que realmente nos une.
Por Raúl López García