Hay histeria colectiva por el anuncio de los males apocalípticos que afectarán a México por la llegada de Donald Trump al gobierno de Estados Unidos el próximo 20 de enero. La Presidenta de nuestro país está bajo fuego cruzado, por una parte de los ataques descarnados de Donald Trump como candidato y presidente electo y por otra parte de las sobrerreacciones de los políticos y comunicadores mexicanos de la derecha y de la izquierda que han generado un clima de tensión extrema.
Ante el anuncio de que Trump firmará una orden ejecutiva para declarar a los cárteles de narcotraficantes mexicanos como organizaciones terroristas y los perseguirá con sus fuerzas armadas en nuestro país, Marko Cortes Senador del PAN y sus seguidores y afines de la derecha dicen que sí que como no, pásale güero te estábamos esperando, tú nos dices que hay que hacer y luego luego le entramos. En el lado opuesto están todos los que se ofenden y se envuelven en la bandera como Juan Escutia, sin esperar a ver en qué se traduce la mentada orden.
Si Trump dice que va a subir 25% los aranceles todos argumentan como si fueran Premio Nobel de Economía, que a los gringos no les conviene hacerlo, o que Mexico en respuesta puede subir los aranceles a los productos de Estados Unidos, todo esto sin tomar en cuenta el tamaño de la economía de cada país y su capacidad de resistir o doblegarse ante los ataques de una guerra comercial.
Se hace una defensa incondicional de los migrantes y todos, como los amigos de Pepe El Toro, afirman que son inocentes y no son delincuentes como si tuvieran en las manos la carta de no antecedentes penales de los mexicanos, los nigerianos, los dominicanos, los haitianos, los rusos, los chinos, los cubanos, los venezolanos, que van hacia Estados Unidos, pero revisando bien las cosas resulta que sí es verdad, que algunos de ellos han cometido delitos en México y en su países de origen y la mayor parte atraviesa nuestro territorio y la frontera norte guiados por grupos de criminales organizados que son traficantes de personas.
Al reclamo de Trump de detener el tráfico de fentanilo respondemos que ese no es problema nuestro porque nosotros no tenemos usuarios ni adictos, lo cual es cierto, pero también lo es que el narcotráfico genera corrupción y violencia en nuestro país, y en consecuencia exigimos que se detenga el tráfico de armas que le da mucho poder a los narcos.
Pero, en todos los casos podría ser una buena idea bajarle dos rayitas al chauvinismo patriotero, enterrar el hacha de nuevo y despintarnos la cara para dimensionar sin prejuicios: Primero, que un tratado comercial como el TEMEC es un contrato que cualquiera de las partes puede cancelar legalmente. Segundo, que la mayoría de los migrantes no son delincuentes pero hay algunos que si lo son y esos no migran, huyen de las autoridades de sus países. También hay que considerar que un país tiene derecho y puede prohibir o permitir la llegada de migrantes de acuerdo a sus propias leyes y reglas. Tercero, que todos los países tienen derecho a permitir la venta y el uso de drogas, o a prohibirlos y en ese caso a usar la fuerza del estado para combatir a los traficantes en su propio territorio.
Todo lo cual significa que podemos quedarnos sin el TMEC, pero el comercio con Estados Unidos y Canadá puede continuar con tratados comerciales con cada uno de esos países, porque a los empresarios de los tres les interesa seguir comerciando sus productos que les reportan ganancias por decenas de miles de millones de dólares anualmente. México ha tenido relaciones comerciales con Estados Unidos a lo largo de la historia de los dos países.
Es muy posible que Estados Unidos restrinja el paso de migrantes ILEGALES a su territorio pero no el de quienes tienen pasaportes y visas vigentes o permisos de residencia permanente o de trabajo temporal.
Es pertinente valorar la conveniencia para México de firmar nuevos acuerdos de colaboración conjunta en el manejo de los migrantes ilegales, el tráfico de armas y la persecución de los cárteles de narcotraficantes, lo que significaría que algunos miembros de agencias como la CIA, el FBI, la DEA, el ICE, y AFT, volverían a tener presencia y actividades formales en territorio mexicano, tal y como ha sucedido de manera intermitente durante los últimos 50 años. Los acuerdos en esta materia evitarán que la abducción como la del Mayo Zambada se convierta en el sustituto permanente de la extradición.
Así es que mejor vamos a bajarle rayitas a nuestra enjundia para entender mejor lo que esta pasando. En México hay un gobierno democrático de izquierda popular encabezado por primera vez por una mujer, Claudia Sheinbaum, que obtuvo el mayor número de votos de la historia, y tiene la mayor aprobación de los ciudadanos, un gobierno que está tomando medidas preventivas proporcionales a las amenazas de Trump y va a tomar las mejores decisiones en beneficio de los mexicanos. Como lo ha dicho la Presidenta: “Nos coordinamos, colaboramos, pero nunca nos subordinamos”. Vestirse de caballero águila con el hacha en la mano y usando la bandera como capa de superhéroe solo le engorda el caldo a los gringos trumpistas y a sus paleros en México.
POR JESÚS COLLADO MARTÍNEZ