Donald Trump logró unir al mundo, pero en su contra. El mandatario gringo está a la altura de otros históricos sátrapas. En este sentido no aplica eso de que todas las comparaciones son odiosas. ¿Qué diferencia podría haber entre Hitler y el sujeto en cuestión?, ninguna si consideramos la mente desquiciada que podría conducir hacia la catástrofe de mayúsculas consecuencias.
Insistimos en que el republicano pretende imponer terror y de alguna forma lo está logrando sobre todo en las naciones más vulnerables. Desde luego no es el caso de México donde Claudia Sheinbaum cuenta con la fortaleza de la mayoría dispuesta a defender lo que tanta sangre y sacrificios ha costado. Es decir, soberanía, libertad e independencia. El tipo no nos asusta, aunque sí alerta sobre decisiones que pondrían en grave riesgo la relación con EU.
Aun con el discurso y las actitudes provocadoras de Trump, la Señora Presidenta pide guardar calma confiando en el diálogo para lograr acuerdos positivos para ambos paises. Esto es lo importante y no la retórica de un loco embriagado de poder que desprecia la condición humana. En este sentido ofende a la cristiandad en sus diversas interpretaciones. Oiga, ridículo y grotesco el velo religioso con que intentaron cubrir la ceremonia de toma de posesión donde varios “ministros”, “pastores” u como se les llame, elevaron plegarias de gratitud hacia su dios que debe ser “de lo pior” para justificar la maldad que ha sembrado muerte hasta en los rincones más apartados del planeta.
El pronóstico de los cuatro años siguientes es de violencia, de suerte que no extrañaría que la población de buena voluntad, (entre la que debe haber muchísimos integrantes del partido triunfador), de la espalda al titular de la Casa Blanca. Y es que, a pesar de los antecedentes, no es posible que haya todavía quienes apuesten a la eliminación pronta y expedita de los presuntos adversarios del imperialismo. ¿Podrán con China, Rusia o Corea del Norte?. En estos ejemplos asoma la posibilidad de una confrontación de la que difícilmente habría sobrevivientes. ¿Acaso Hitler reencarnó en Trump?. Pareciera que sí.
El asunto es que los terrícolas estamos de luto. Muy significativo entonces que la Jefa Claudia apareciera en la “mañanera” de este martes vestida de negro, aunque con la valentía necesaria para rechazar los malignos pronunciamientos de Trump entre los que “valora” invadir a México. “Lo valora” para crear temor porque es un pendejo, (disculpe la expresión, no la puedo evitar porque estoy muy encabronado). Dicha pendejez le impide calcular el daño a los propios gringos por la imposición de aranceles que solo incrementarán el costo de productos.
Dícese que cada pueblo tiene a los gobernantes que merece. Yo digo y sostengo que la ciudadanía cristiana y solidaria de la vecina nación no merece que la dirija un auténtico demonio.
SUCEDE QUE
“¡Me pongo de pie!”, decía el comentarista Ángel Fernández después de alguna singular hazaña futbolística. Así el columnista tras la detención de Rómulo Garza Martínez, el secretario de Bienestar Social del anterior régimen. Ello demuestra voluntad del gobierno dirigido por Américo Villarreal Anaya no solo para fortalecer el imperio de la justicia, sino para que el pueblo recobre lo que algunos funcionarios del pasado reciente se llevaron en sus bolsillos. Por otra parte, me adhiero a la esperanza de que tarde o temprano caigan los “peces gordos”. Y ya sabe usted a cuáles y a quiénes me refiero.
Y hasta la próxima.
POR MAX ÁVILA