JLH: – He leído la Biblia, el libro que los cristianos aseguran que es tu palabra, en el que se dicen cosas terribles de Ti.
Te describen como un Dios malvado, incluso peor que muchos humanos, que eres cruel, vengativo, rencoroso, criminal, caprichoso, machista, racista e intolerable, que consideras a la mujer un ser inferior.
En el libro de Deuteronomio 13. 6 te retratan como un psicópata asesino. El de Éxodo 32: 26-28 denuncia que ordenaste a Moisés que ejecutaran a 23 mil personas, sin importar si eran hermanos, amigos o vecinos.
El Deuteronomio 15: 32-40 dice que les pides que maten a pedradas a un hombre, solo porque recogía leña en un día de reposo y en el asedio que los asirios impusieron a los judíos mandaste a uno de tus ángeles a que privara de la vida en una sola noche a 185 mil pobladores, dispusiste que el que no te hiciera caso debiera ser muerto y que fueran pasados por el filo de la espada aquellos que adoraran a otros dioses.
En el de los Números: 31-1-18 incitas a Israel a la venganza contra los Medianitas, a que acuchillaran a los varones, igual que a los niños y mujeres, que solo perdonaran a las mujeres que no hubieran tenido ayuntamiento con hombres, en el de Deuteronomio 22: 5, prohíbes el travestismo, en otros afirmas que la mujer fue la culpable del pecado y de la muerte de Jesús, declaras que no hay mujeres buenas, por eso las condenas a ser dominadas por el esposo y no les concedes el derecho ni de hablar, entre otras barbaridades que te definen como alguien muy distinto al Ser de amor y de paz que se dice que eres.
DIOS: — Si, es cierto, parece que las citas a las que aludes fueran una versión escrita por mis enemigos, pero tiene una explicación. Hay que entender que la Biblia no se escribió de un día para otro, sino en más de mil años, tampoco por una sola persona, sino por muchas que vivieron en lugares y épocas distintas, unas que hablaban hebreo, otras arameo y otras más lengua griega.
JLH.- Tengo entendido que, además, la selección de algunos de los libros de la Biblia, los llamados libros canónigos, la realizaron los representantes de la iglesia de acuerdo criterios de conveniencia pues dejaron fuera de la selección a varios de ellos, como el de Enoc, que revela verdades distintas sobre el origen de la humanidad, que las que se han dicho a los feligreses…
DIOS.- Sí, Enoc provenía de otro planeta al que regresó a bordo de una nave espacial después de que cumplió la misión que le había sido encomendada.
Volviendo al tema, el objeto de la dureza con la que me trataban, en muchos casos exagerada, era que los guías religiosos querían infundir temor a los creyentes para evitar el desenfreno y que no se relajara la moral, también como medio de control, pero se extralimitaron y terminaron por distorsionar los mensajes de la divinidad, pareciera que organizaron en mi contra una verdadera campaña de difamación.
Con ese afán llegaron a extremos como inventar el infierno y a advertir a la gente que los que no acataran las leyes de Dios sufrirían horrores eternamente.
Afortunadamente, llegó después Jesucristo a aclarar las cosas, a corregir los desatinos y a poner límites. Aunque persisten algunas barbaridades, producto de la ignorancia, por ejemplo, que los zurdos están condenados al fuego eterno y algunas observancias menores como la que llama a “no poner imágenes delante de mí”
JLH: — Dices que el infierno no existe…
DIOS: — Si, tampoco el Purgatorio, fue una invención de los sacerdotes para someter a los feligreses y les dio buen resultado, por lo menos en la época en la que los humanos eran como niños que creían en esa clase de engañifas.
JLH: — Deduzco que, por ello, es necesario leer la Biblia con reservas y no tomársela al pie de la letra.
DIOS: — Pero no únicamente por lo que he mencionado, también porque contiene muchos errores, alteraciones y modificaciones, algunos involuntarios, en los que incurrieron los escribas, hay que considerar que no existía la imprenta y que poner en letra tradiciones orales de siglos y milenios no fue una tarea sencilla, aunque hubo, asimismo, cambios deliberados, en los asuntos que no convenían a los señores del poder.
El hombre y la mujer son iguales, ninguno es superior al otro, tienen la misma capacidad intelectual, derechos y obligaciones similares, las funciones y roles que desempeñan en la vida las diferencian su naturaleza. La mujer es más sensible, intuitiva, espiritual, aunque también más impulsiva, a la que se puede engañar con relativa facilidad, el varón, en cambio, es más reflexivo, racional y objetivo, a veces también imperativo, pero más difícil de engatusar.
Por eso la mujer es más apegada a la iglesia, en tanto que los hombres mantienen distancia sobre las cosas divinas… y en especial de los clérigos.
En las primeras etapas de organización social, como sabes, eran las mujeres las que gobernaban y lo hacían mejor que los hombres. Desafortunadamente, se descuidaron y aprovechando los puntos débiles los varones terminaron por desplazarlas y arrebatarles el poder, así fue como el matriarcado llegó a su fin.
Ahora tratan de recuperarlo y han logrado avances importantes, la paridad de género en los cargos de gobierno, por ejemplo. En el fondo, inconscientemente los movimientos feministas tienen como objetivo primordial recuperar el poder gubernamental.
El maltrato por razones de género y el aumento de los feminicidios, es una respuesta también inconsciente de los machistas al temor de que las mujeres vuelvan a tomar al mando y reduzcan otra vez la función de los varones a la fuerza de trabajo y a la preservación de la especie que las mujeres les asignaron en los orígenes.
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(Tomado del libro “Enigmas”, de José Luis Hernández Chávez. Derechos Reservados)
POR JOSÉ LUIS HERNÁNDEZ CHÁVEZ