2 mayo, 2025

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Madero y Altamira, historia y futuro

CATALEJOS / MIGUEL DOMÍNGUEZ FLORES

En estos tiempos, el ejercicio de gobierno y la práctica política no podrían entenderse sin los símbolos: la guerra de las ideas por conquistar la percepción ciudadana.
Bajo esa lupa -mediática si se quiere- la zona conurbada del sur de Tamaulipas hoy vive un momento muy particular.
Ya se ha dicho en muchas ocasiones y de maneras distintas que la coincidencia de los tres alcaldes bajo una misma filia política representan una circunstancia inusual.
Si no inédita, sí excepcional por lo menos en las últimas décadas; sobre todo si se considera que incluso en los tiempos de la hegemonía priísta, cuando todos confluían bajo las siglas del tricolor, eran notorias las diferencias entre los ediles de los municipios vecinos.
Unas veces por competencia política, y otras por mera antipatía.
Hoy, al menos desde las gradas, la situación parece distinta.
Mónica, Erasmo y Armando han tejido una alianza que luce sólida y muy útil para la zona conurbada.
En el caso particular de Madero y Altamira en los últimos meses se ha reforzado una característica en el estilo de sus gobiernos municipales.
(Dejemos por un momento a Tampico que históricamente ha gozado de una carga identitaria y cultural que no hace falta recordar aquí).
En su narrativa cotidiana, tanto Erasmo como Armando han apostado a los mensajes y los símbolos para reforzar el sentido de pertenencia de quienes habitan los municipios que gobiernan.
Ambos parecen decididos a superar la percepción de que Madero y Altamira son simples satélites de Tampico.
Esta semana, para no ir tan lejos, los dos municipios han organizado celebraciones para recordar su fundación, con actividades que claramente trascienden a las que históricamente han realizado sus antecesores por el mero compromiso de cumplir con la efemérides.
En Madero, por ejemplo, la anterior administración perdió la oportunidad de celebrar una agenda atractiva para conmemorar el centenario de su fundación, que prácticamente pasó desapercibido.
Un año después, con otro tono y mucho mayor entusiasmo, se llevó a cabo una ceremonia en la Playa Miramar para recordar la creación de la Villa Cecilia el 1 de abril del 1924, con la presencia de autoridades de todos los niveles, incluida la presencia de los diputados que integran la Legislatura 66 del Congreso del Estado.
Hoy, ellos mismos estarán en Altamira donde realizarán una sesión para sumarse a los festejos por el 276 aniversario de la fundación del municipio más antiguo de la zona, de donde en 1823, partieron los colonos que se avecindaron un poco más al sur para dar vida a la ciudad de Tampico.
La historia de esta región, queda claro, está atravesada por gestas, luchas e ideas de hombres y mujeres que trascienden a los límites territoriales, pero que no podrían dimensionarse sin conocer ni recordar su origen.
Los alcaldes del sur hacen bien en tenerlo claro.

POR MIGUEL DOMÍNGUEZ FLORES

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