La Nao de China era una ruta marítima crucial para el comercio entre Asia y América durante los siglos XVI al XIX.
En la Segunda Guerra Mundial la lucha contra el nazismo alemán, el fascismo italiano y el imperialismo japonés, la llevaron a cabo, por una parte, la Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas URSS, gobernada por el Partido Comunista de la URSS, y por la otra parte los Estados Unidos de America, primero a través de Gran Bretaña, Francia y todos sus aliados europeos y después directamente con su ejército. Al concluir esa gran conflagración, dió inicio la Guerra Fría entre la URSS, al frente de los países socialistas, y los Estados Unidos, en el liderazgo de los países capitalistas, esta confrontación política, económica y armamentista, concluyó en el inicio de los años 90 con la desaparición de la URSS y la caída de los gobiernos del bloque socialista.
Mientras tanto, desde la reunión en 1972 de los presidentes Richard Nixon, de los Estados Unidos y Mao Tse Tung de China, el desarrollo de la economía del país asiático se aceleró con el apoyo de los capitales norteamericanos atraídos por el bajo costo de la mano de obra y su alto nivel de especialización, que creció conforme las industrias de capital norteamericano se establecieron gradualmente en aquel país durante más de 35 años en el periodo neoliberal, lo cual dotó a China de amplios recursos económicos, un sólido mercado interno, un importante desarrollo tecnológico y un capital humano altamente capacitado.
En 2013, Xi Jinping, Presidente de China y líder del Partido Comunista Chino, dió a conocer la Iniciativa de la Franja y de la Ruta IFR, que es una propuesta para el desarrollo de infraestructura carretera, ferroviaria, aeroportuaria y marítima en la región de Asia, Europa y África, para facilitar la comunicación y el intercambio comercial, a partir del multilateralismo, el libre comercio y el desarrollo de los pueblos, que se sumen a esa iniciativa. El Presidente Chino anunció la fundación de un Banco de Desarrollo con capital chino para financiar los proyectos de los países interesados en participar.
Actualmente, 12 años después, el banco de la IFR conocido como el Nuevo Banco de Desarrollo, que tiene su sede en Shangai, mueve una cartera de 100 mil millones de dólares bajo la dirección de Dilma Rousseff, expresidenta de Brasil, que está financiando los proyectos de más de 150 países que se han sumado a la propuesta de los chinos en Asia, Europa, Africa, Medio Oriente y Sudamerica. En el seno de esta comunidad ha surgido el grupo BRICS, conocido así por las siglas de los países integrantes que son Brasil, Rusia, India, China, y Sudáfrica, que promueven el intercambio cultural, social, político y económico de los países miembros, y que, entre otras cosas, proponen que los integrantes de la IFR realicen sus operaciones comerciales en sus propias monedas o usando el Yuan chino.
Para entender la importancia de la iniciativa China y su creciente influencia entre los países que se han sumado a la integración de esa comunidad hay que recordar la información más relevante de Estados Unidos, su economía tiene un valor de 27.7 trillones de dólares, tiene una población de 330 millones de habitantes, un ejercito de 3 millones de integrantes, un arsenal de 6 mil cabezas nucleares, es una democracia liberal con presencia de 2 partidos dominantes que elige periódicamente a sus gobernantes, mientras que China, la segunda economía del mundo, tiene un valor de 17.7 trillones de dólares, una población de 1,400 millones de habitantes, un ejercito de 4.5 millones de integrantes y un arsenal de 600 cabezas nucleares, es un régimen de partido único y sus gobiernos son electos por la asamblea general del Partido Comunista Chino. Para efectos de contraste vale la pena señalar que las economías más importantes a nivel internacional tienen un valor en trillones de dólares del siguiente orden: Alemania 4.5, Japón 4.2, India 3.5, Francia 3, Reino Unido 3.3, Italia 2.3, Canadá 2.1, Brasil 2.1, Rusia 2, México 1.7, Corea 1.7.
Quizá el conocimiento de toda esta información contribuya a comprender la urgencia del gobierno de Donald Trump en remodelar a golpe de impuestos, tarifas o aranceles, lo que concibe como la integración de los bloques económicos, políticos y militares, para contener la expansión de la influencia de China en el desarrollo del mundo, está por verse si la comunidad internacional está dispuesta a ceder a las presiones y amenazas que aparentemente se dirigen a provocar una reedición de la Guerra Fría para detener el avance de la nueva Nao de China.
POR JESÚS COLLADO MARTÍNEZ
