2 junio, 2025

2 junio, 2025

El reacomodo del poder

CAFÉ EXPRESO / PEDRO ALFONSO GARCÍA HERNÁNDEZ

Antes de cumplir su octavo mes en el poder, Claudia Sheinbaum enfrenta un escenario de tensión múltiple: hechos de violencia, crisis diplomática con Estados Unidos, conflictos internos con personajes que se sienten dueños del legado lopezobradorista y un reacomodo territorial del poder, sobre todo en los bastiones más sólidos del partido gobernante.
El reto principal que enfrenta Sheinbaum para fortalecer su liderazgo es resolver con inteligencia y cabeza fría las disputas internas que agobian a su gobierno. Viejas lealtades obradoristas y la oposición calderonista resisten y manotean ante las decisiones presidenciales, más soportadas en criterios técnicos, menos caudillistas y más alejadas de los grupos de interés, acostumbrados a transgredir los límites de la legalidad.
La pugna se hace visible en la disputa por el control de la seguridad pública, donde la presidenta ha impulsado a Omar García Harfuch a un rol estratégico, provocando resistencias en las Fuerzas Armadas y en sectores civiles afines a AMLO.
La división se profundiza en los estados donde los personajes obsesionados con el pasado, pretenden retener sus privilegios y enfrentan a los poderes institucionales con el ánimo de socavar su autoridad y ganar terreno para los procesos sucesorios que vienen.
En Tamaulipas, por ejemplo, se viven los embates del grupo Reynosa, una pandilla en la que se han coaligado panistas, priistas, morenistas y grupos fácticos empeñados en retener y acrecentar sus espacios de poder.
Mientas tanto, desde Washington, el retorno de Donald Trump ha reinstalado un tono beligerante hacia México; presiona y exige más extradiciones, mayor contención migratoria y ha impuesto aranceles como medida de presión.
La respuesta de Sheinbaum ha sido frontal y en el terreno de las acciones ordenó el despliegue de miles de efectivos en la frontera y rechazó la presencia militar extranjera en suelo mexicano. La defensa de la soberanía ha sido clara, pero el costo económico y político apenas comienza a sentirse.
Un hecho lamentable que cimbró al país debe encender luces de alerta: el asesinato de Ximena Guzmán y José Muñoz, cercanos a la jefa de Gobierno de la Ciudad de México. La violencia, que por años se creyó contenida en los márgenes del país, se manifiesta ahora en el centro político y simbólico de la República. La narrativa oficial de seguridad entra en crisis en la medida en que en el territorio nacional ocurren hechos que quiebran la tranquilidad.
En este contexto Tamaulipas representa un microcosmos del país: un territorio donde Morena logró una victoria aplastante, pero se mueven actores políticos empeñados en debilitar y arrebatar territorios a un gobierno local que consolidó el control político en 2024, ganando más del 80% de la población en las urnas municipales.
La estrategia de los políticos fronterizos aliados es generar escándalos en las redes sociales y medios de comunicación que complican el desafío de gobernar una entidad con una historia de vínculos entre élites políticas y crimen organizado.
La fiscalía estatal, todavía dirigida por Irving Barrios, vinculado al panismo, es otro foco de conflicto.
En este complejo panorama destacan figuras que, aunque son de Morena, representan distintas corrientes dentro y fuera del partido: Adán Augusto López Hernández, presidente del Senado, mantiene influencia regional como operador político con cercanía a AMLO; José Ramón Gómez Leal, ex delegado federal y ahora senador, quien construyó su base política con programas sociales; tiene su capital electoral, pero su papel es más táctico que estratégico; y Maki Ortiz, ex alcaldesa y senadora quien maneja actualmente el presupuesto del ayuntamiento de Reynosa a través de su hijo y está obsesionada en ser gobernadora.
Navega en el mismo barco que los tres personajes aludidos, el ex gobernador Francisco García Cabeza de Vaca, dueño de la franquicia del Partido Acción Nacional en Tamaulipas, asociado con influyentes ex calderonistas y con un grupo conservador de empresarios texanos.
La ruta cuesta arriba
El panorama para Claudia Sheinbaum no es el de un país en ruinas, pero sí el de una nación fracturada. La violencia ya no respeta fronteras y las tensiones diplomáticas se mezclan con la inseguridad, y las divisiones internas amenazan la cohesión de Morena como fuerza de gobierno.
En este ajedrez político, Tamaulipas seguirá siendo un tablero fundamental: no sólo por su valor geopolítico y económico, sino por su potencial para convertirse en epicentro de una recomposición mayor del poder político en México.

POR PEDRO ALFONSO GARCÍA HERNÁNDEZ

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