2 junio, 2025

2 junio, 2025

Pesadumbre

TRÓPICO DE CÁNCER / JESÚS COLLADO MARTÍNEZ

La violencia irrumpe y destruye el orden y la tranquilidad. La violencia verbal genera molestia, incomodidad, rechazo, la violencia física infunde temor, tristeza, amenaza la seguridad de todos, particularmente la violencia política produce desazón, porque la mayor parte de las veces las víctimas son los poderosos, y si el poder no alcanza para proteger a quienes lo ejercen, una sensación de desolación ensombrece la vida social, y se genera una gran pesadumbre.
 
El asesinato de Álvaro Obregón en 1929 conmocionó a la sociedad posrevolucionaria y generó un viraje en la política que más adelante condujo a la pacificación violenta del país, a una larga etapa de prosperidad y de paz social, y al endurecimiento y la intolerancia de los poderosos hacia cualquier expresión de disidencia o de oposición al régimen, que eran castigados con la marginación, la cárcel, y también con la violencia extrema.
 
La muerte violenta de Luis Donaldo Colosio en 1994, la investigación del atentado llena de tropiezos y sus resultados, dejaron dudas e inconformidad en la sociedad qué prevalecen hasta nuestros días. Sin duda la muerte del candidato a presidente cambió el rumbo de la historia, la llegada de Ernesto Zedillo a la Presidencia le abrió la puerta del poder al opositor histórico del PRI. Según escribió en sus memorias Francisco Labastida, Zedillo negoció con el PAN la cesión de la Presidencia de la República.
 
En todos los casos la violencia intranquiliza, se convierte en campo fértil para que florezcan los rumores malintencionados, las teorías de la conspiración, y las noticias falsas, que desestabilizan y ensombrecen el ambiente. El tejido social sufre, se desgasta, la confianza se vulnera. La confianza en los encargados de garantizar la seguridad de la sociedad se debilita. La corrupción y la impunidad contribuyen a incrementar la suspicacia.
 
La muerte violenta de Ximena Guzmán y José Muñoz, funcionarios públicos muy cercanos a Clara Brugada, Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, repercute en la vida de toda la sociedad mexicana, sacudida durante los últimos 6 meses por una oleada de violencia en la Costa del Pacífico y el Bajío, qué ha ocupado los principales titulares de los medios y las redes sociales, aunada a la polémica con los políticos de Estados Unidos y algunos de México, que afirman que las fuerzas armadas de ese país deben perseguir en donde estén a los cárteles del narcotráfico que han sido declarados en aquel pías como organizaciones terroristas.
 
Es urgente que las investigaciones del crimen de los funcionarios del Gobierno de la Ciudad de México conduzcan rápidamente a la detención, no solamente del autor material y sus cómplices, sino al esclarecimiento profundo de las razones que han generado un atentado de esas dimensiones, acciones rápidas, efectivas y contundentes para regresarle a la sociedad mexicana la certeza de que hay alguien a cargo capaz de accionar en favor de la verdad, del derecho y de la seguridad de los ciudadanos.

POR JESÚS COLLADO MARTÍNEZ

Facebook
Twitter
WhatsApp