2 junio, 2025

2 junio, 2025

El caos, la impunidad y el silencio

A BARLOVENTO / TOMÁS BRIONES

Secuestrados, sin poder entrar o salir, esperando horas para abordar un vuelo, miles de pasajeros se quedaron atrapados ayer en el aeropuerto internacional de la Ciudad de México. Impotentes, vieron cómo la autoridad fue rebasada y, además, se mantuvo en silencio cómplice.

Quienes esperaban tomar vuelos para salir de la Ciudad de México hacia diferentes destinos nacionales y del extranjero, quedaron varados. Vieron cómo la Secretaría de Marina, responsable de las operaciones del aeropuerto, no pudieron hacer algo para impedir que integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), colapsaran la terminal aérea.

Pero los problemas empezaron desde temprano, cuando los miembros de la Coordinadora estrangularon importantes vialidades de la capital, gritaron agredieron y amenazaron a automovilistas y ciudadanos que se quejaron de sus acciones ilegales.

También, miles de pasajeros de las aerolíneas que operan en esa terminal aérea tuvieron que permanecer, prácticamente secuestrados, en el interior de las instalaciones pues unos 10 mil integrantes de la CNTE tomaron por asalto el aeropuerto.

Más que el caos provocado -vial y de operaciones en el aeropuerto-; la molestia de los miles de viajeros que quedaron varados, de los empleados de negocios ubicados dentro de las instalaciones, los mensajes de que falta autoridad para poner orden y evitar pérdidas económicas, retrasos y afectaciones mayores a los usuarios del aeropuerto internacional.

Lo que queda claro es la impunidad con la que se conducen los integrantes de la CNTE -decirles maestros podría ser impreciso-, porque en la maraña de demandas que hacen al gobierno federal, se pierden en una narrativa que no termina de convencer de la legitimidad de su lucha.

Y aunque existe el derecho a manifestarse, la propia ley establece límites cuando se afectan los intereses de terceros, como en este caso. Haber permitido rebasar esas líneas, solo alienta el malestar de los ciudadanos y fortalece la percepción de que sigue sin haber voluntad para hacer respetar el marco legal. Así como con los grupos criminales, así ayer con los integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación.

La suspensión de las operaciones del aeropuerto internacional y el caos vial, el temor de los pasajeros y empleados de la terminal aérea se combinaron ayer para confirmar, de nueva cuenta, que cuando no hay voluntad ni interés por hacer prevalecer la ley y en cambio, la tolerancia alienta la impunidad, llegamos a esos extremos.

El silencio de la autoridad federal y su incapacidad para frenar acciones como la de ayer en el aeropuerto internacional de la Ciudad de México, nos muestran un régimen que se parece mucho al anterior: Cuando desde el poder político se tienen pactos inconfesables con grupos de presión para apoyarse en las campañas, sucede esto.

En años anteriores, la CNTE era aliada del PRD y después de Morena, cuando era oposición. Juntos, hicieron y deshicieron a su antojo, ante la complacencia de las autoridades federales en turno. Nadie fue capaz de ponerles un alto y eso los envalentonó, al grado de haber llegado y luego marchado sin consecuencia legal alguna.

Los resultados están a la vista y así como ayer hicieron lo que les vino en gana, mañana o pasado puede repetirlo no con el aeropuerto internacional de la Ciudad de México sino con carreteras que son vitales para la economía del país o con más instalaciones estratégicas. Y mientras, el silencio omiso de quien no quiere actuar aplicando la ley en beneficio de la mayoría de los ciudadanos.

Muchos pasajeros tampiqueños que debían llegar a la ciudad procedentes de la capital y que tenían compromisos, perdieron vuelos, reuniones, cancelaron compromisos y tuvieron pérdidas de tiempo y dinero. Y así como ellos, miles más de otras partes del país que no pudieron salir o entrar a tiempo al aeropuerto internacional de la Ciudad de México.

Como si eso no fuera suficiente, la imagen que se proyectó hacia fuera del país es que nadie, ninguna autoridad fue capaz de anticipar que esto podría suceder y la magnitud de la protesta que rebasó los límites de la legitimidad y la legalidad.

La percepción fortalecida ayer es la de que, tanto en la capital como en muchas partes del país, los grupos que operan al margen de la ley -como la CNTE lo hizo-, mantienen copado al Estado mexicano, doblegado por pactos poco claro y también, sometidos a cambio de apoyos políticos y electorales.

Lo que antes fue una alianza perversa, hoy es una relación que afecta más la imagen de quienes han tolerado las ilegalidades de la CNTE a cambio de respaldo político y movilización electoral.

Quien lo niegue, cierra los ojos a lo evidente y cae en el cinismo que, se supone, ya no existe en el nuevo régimen pero que ha sido una narrativa muy utilizada para exhibir la incapacidad de los gobiernos del PRI y del PAN para enfrentar y resolver este tipo de problemas, desde la raíz.

EL CANTANTE AMIGO QUE SE QUEDÓ SIN VISA
Aunque parece algo sin conexión con la política, ayer un cantante de música mexicana confirmó que las autoridades estadounidenses le cancelaron su visa de trabajo y no podrá actuar hoy en un concierto, en Texas.

¿Qué tiene eso de interesante? Que el referido intérprete ya estuvo hace pocos años bajo una exhaustiva investigación de Estados Unidos, acusado de presuntamente lavar dinero para grupos criminales mexicanos.

Pero también, que en los últimos dos años ha ambientado los cierres de campaña de numerosos candidatos y candidatas en distintas partes del país, incluidos Tamaulipas y San Luis Potosí.

Era ampliamente conocida la amistad del mencionado intérprete musical con políticos de diversos estados, por lo cual fue contratado para participar en eventos políticos desde 2022 a la fecha. Las fotografías que circularon en su momento dan cuenta de eso.

POR TOMÁS BRIONES
abarloventotam@gmail..com

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