2 junio, 2025

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‘La muerte de ‘Batata’ marcó mi vida para siempre’

Héctor “El Toro” Rocha rememora el campeonato que logró con Correcaminos de la UAT. Y habla a corazón abierto, de los desafíos que ha enfrentado afuera de la cancha, como la muerte de sus hermanos Roxana (+) y “Batata” (+). ‘Me derrumbé, no hay día que no me duela; pero tengo que ser fuerte y seguir adelante’

CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.- Es el día de su cumpleaños número 39 y el exfutbolista Héctor “El Toro” Rocha no tiene reparo al señalar que para él “Es un día como cualquiera”. Cada mañana al salir de casa a laborar en el área de Recursos Materiales del Congreso del Estado de Tamaulipas, tiene un ritual, hace una breve oración en silencio y toca los dos colibríes que cuelgan del retrovisor de su auto.

“Las figuras representan a mis hermanos ‘Batata’ y Roxana, al mismo tiempo toco un rosario, en ese momento también estoy tocando a Jesús y a la Virgen, es algo que me da un poquito de impulso, continuar es difícil”, confiesa.

Con los sentimientos a flor de piel, se atreve a repasar momentos que siguen intactos en su memoria. “A mí me gustó el futbol por que veía a mi hermano en los periódicos, él lo ganaba todo, era muy bueno en las finales y siempre era el goleador. Nuestro primer equipo fueron los Tigres de Don Cipriano, luego los Pumas Cable y la Selección Tamaulipas esos últimos dos eran dirigidos por mi padre José Francisco Rocha Ruiz. Fue muy bonita esta etapa por estar con mi padre y mi hermano”, asegura en entrevista para EXPRESO.

EL DEBUT DE ‘BATATA’ Y EL CAMPEONATO

Dibuja una sonrisa, abre un poco los ojos, y recuerda que en el año 2002, “A ‘Batata’ lo invitaron al Ajax de Holanda para realizar pruebas, con la promesa de quedarse en el equipo. Yo seguí en Copa UAT y en un buen partido que dimos contra el Surval, fui invitado al ‘Corre’ de Tercera, por el Diablo Chávez, que era el auxiliar”.

“Mi hermano avanzó en todos los filtros, menos en el último y no se quedó en el Ajax. Pero en el avión de regreso a México, fue reconocido por un visor que lo ubicaba y lo invitó a probarse con Chivas, así que se fue directo para Guadalajara…”.

“…Luego lo invitaron a Tigres, pero tampoco se quedó; no le gustaba ser suplente, ni se quiso ir a una filial, él quería jugar. Por fortuna volvió a Victoria y jugamos juntos en Correcaminos en una temporada de ensueño”, dice con orgullo.

Al cuadro de Tercera que dirigían Fernando “El Pato” De la Torre junto a Ricardo Chávez y Rolando Sosa, le estaba yendo muy bien y avanzaron a la liguilla, donde tuvieron series dramáticas contra Santos, Puebla y Atlas, en las que incluso se tuvo que recurrir a los tiros penales y hasta un gol de oro de Leo Castro, para poder avanzar a la gran final.

“El Domingo primero de mayo de 2002 le ganamos el campeonato a Tigres, es uno de los momentos mas felices de mi vida, el ser campeón con mi hermano y recibir la medalla con mis papás presentes, fue como un sueño”
.

El tobogán de emociones es importante, ahora con la voz quebrada, reconoce que “El debut de mi hermano en el primer equipo de Correcaminos es otro de los días más felices de mi vida. Él cumplió su sueño y el de toda la familia; cuando lo vi, dije: ‘qué chingón’, yo vi todo su esfuerzo, yo sentía con ganas. Fue titular contra San Luis y jugó muy bien, dio la asistencia del gol a Daniel Rosello y hasta festejó de avioncito como si él hubiera anotado”.

Francisco no entró en los planes del primer plantel de la UAT y recibió la invitación de jugar en la Jaiba Brava de Segunda División, que intentaban subir a la Primera “A”; “El Toro” se fue con él y ambos debutaron en Segunda con el Tampico-Madero. La aventura ahí sólo duró seis meses para Héctor, pues volvió al “Corre” para jugar por cinco años más.

“En el 2008 fue mi último torneo, en semifinales contra Cihuatlán me lesioné la rodilla y me tuve que retirar, ya no pude más, ese partido lo ganamos, pero nos protestaron una alineación indebida y de manera increíble perdimos en la mesa, fue muy injusto. Ese fue mi adiós del futbol profesional, a mi sí me pasó lo de ‘No jugué por que me chingué la rodilla’, dice entre risas.

‘MI VIDA SE DERRUMBÓ’
Tras asimilar el fin de su sueño, siguió estudiando y terminó la carrera como Licenciado en Trabajo Social, pero vendrían giros inesperados y dolorosos que se convirtieron en pesadillas.

“Es una etapa donde la vida me golpeó y me golpeó fuerte. Primero la muerte de mi abuelita, mamá de mi mamá. Al mes se fue mi hermana”. Su voz se pone más lenta y los ojos se le llenan de lágrimas al momento de explicar que “Yo fui la última persona que la vio con vida, esa noche me abrazó y me dijo: ‘Te quiero mucho hermano’, yo le dije que también la quería mucho…”.

“…Ese día se me quedó grabado, yo me sentía culpable, por que malamente esa noche me salí a una fiesta y no regresé a dormir. Ella se quedó sola. Mi madre me llamó destrozada, ella fue la que la encontró sin vida en el patio de la casa. Se había ahorcado”.

Tras un silencio, expone que “Se te viene el mundo encima, yo le pedía perdón por que yo sentía que la había abandonado y tal vez si hubiera estado ahí otra cosa hubiera pasado, no lo sé. Fueron días de pesadilla, eso ronda en mi cabeza desde esa fecha”.

Los golpes de la vida, no terminarían ahí, pues unos meses después, el 24 de Abril de 2021, “Estaba a punto de acostarme cuando me entra una llamada, me dicen que mi hermano no aparecía y que sólo estaba su carro en la colonia Mariano Matamoros. Me fui para allá, yo siempre estaba para él, y al llegar me dijeron que había sangre en el carro…”.

“…Lo que vivo desde ese entonces no sale de mi cabeza, pero Dios me dio la responsabilidad de que fuera yo quien lo encontrara sin vida, fue algo desesperante, fue algo que marcó mi vida para siempre porque él estaba en su cajuela amarrado, yo la abrí y ahí lo encontré, me hizo pedazos…”.

“…El impacto fue muy fuerte, se te viene de golpe, yo no podía ni comer, ni dormir de la impotencia de no poder hacer nada, fue muy difícil por que además tenía que ser fuerte y avisarle a mis padres. Ojalá algún día mis hermanos se sientan orgullosos de mí, es de ellos es de donde sale el impulso para seguir adelante, aunque la verdad, sigue siendo muy difícil”.

En su cumpleaños, trabajó, comió con sus padres y partió pastel con su novia, primos, familiares y compañeros; recibió muchos abrazos y muestras de cariño, incluyendo las de sus alumnos en la Escuela de Futbol Titanes. Al final, no fue un día cualquiera.

“El Toro” aprendió a vivir con el corazón roto, y aún así, no ha dejado de caminar.

POR DANIEL RÍOS
DISEÑO: JORGE VARGAS
EXPRESO – LA RAZÓN

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