Una de las enseñanzas que dejó la crisis hídrica de hace un año, es la de que Tamaulipas no debe depender totalmente de la naturaleza para evitar que una situación similar se repita.
La sequía, los bajos niveles en el sistema lagunario y la presión sobre el abasto para más de un millón de personas en la zona conurbada de Tampico obligaron a una reconfiguración urgente de las políticas públicas en torno al agua.
Por eso, desde el año pasado comenzaron a realizarse inversiones y a ponerse en marcha proyectos para prepararse ante cualquier contingencia que repitiera el escenario de 2024.
Entre las acciones emprendidas por el gobierno estatal a través de la Secretaría de Recursos Hidráulicos que encabeza Raúl Quiroga Álvarez destacan la limpieza de lirio acuático en el sistema lagunero, para aumentar la capacidad de captación de los cuerpos de agua.
También se ha estado trabajando en el mantenimiento de redes de distribución de agua, el saneamiento y el reuso de agua tratada, además de inversiones en infraestructura, en donde la Comapa Sur ha tomado la coordinación para tener los resultados que se definieron al inicio.
Entendiendo que el agua es un factor vital para impulsar el desarrollo económico de Tamaulipas y que el sistema lagunero es esencial para que más de un millón de personas de la zona conurbada de Tampico tengan garantizado el abasto, las labores se han efectuado con una idea clara en lo local.
En esta tarea, Comapa Sur ha asumido un papel central como organismo operador, ejecutando obras de mejora en la infraestructura hidráulica y coordinando esfuerzos interinstitucionales para que los recursos se apliquen con orden, eficacia y resultados visibles.
Su participación será clave para garantizar que el agua llegue a donde debe llegar, sin pérdidas, sin demoras y sin pretextos.
Pero el organismo que dirige Francisco González Casanova también influye la parte que involucra a las autoridades federales, a las cuales ha recurrido el gobierno de Américo para gestionar recursos que se asignen a proyectos de largo plazo.
Un paso importante en ese sentido es la gestión permanente que Américo mantiene con el gobierno federal a través de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), para avanzar en este tema.
Más allá de la zona sur, la visión del gobierno estatal también ha sido integral, pues hace días el gobernador Villarreal y el director general de la Comisión Nacional del Agua, Efraín Morales López, sostuvieron un encuentro en la Ciudad de México, que resulta importante en la estrategia mencionada.
En ese encuentro se confirmó una inversión federal cercana a 10 mil millones de pesos para Tamaulipas, una suma histórica destinada a fortalecer la infraestructura hidráulica de todo el estado.
Este monto se aplicará en el Programa de Apoyo a la Infraestructura Hidroagrícola y la Tecnificación del Distrito de Riego 025, con un esquema similar al del Distrito 026.
De acuerdo con lo sé supo de esa reunión, también se reforzarán los programas PROAGUA, PROSANEAR, PRODDER y FAISMUN, con beneficios concretos para municipios que enfrentan rezagos en agua potable, drenaje y saneamiento.
Es aquí donde la coordinación con Conagua cobra una dimensión estratégica, porque si bien el foco de atención ha estado en la zona conurbada, lo cierto es que gran parte del territorio tamaulipeco -en especial las regiones rurales y las zonas agrícolas del norte y centro del estado- también enfrentan serios desafíos en el manejo del agua.
Otro de los temas que incluye el compromiso hecho por Conagua con el gobierno estatal son impulsar tecnificar el riego, tratar las aguas residuales y asegurar la dotación a comunidades marginadas son pasos fundamentales para elevar la calidad de vida en toda la entidad.
Otro punto relevante de esta agenda es la planificación para garantizar el abasto hídrico a largo plazo en zonas clave para el desarrollo económico.
Un ejemplo es el Puerto del Norte, en Matamoros, donde se prevé realizar un proyecto técnico con visión de 30 años para abastecer a esa región, que aspira a convertirse en uno de los motores logísticos y portuarios del Golfo.
Y osea darle seguimiento a los compromisos hecho con el gobernador, el próximo 30 de mayo, el director general de Conagua estará en Tamaulipas para verificar las acciones que se desplegarán en conjunto con los tres órdenes de gobierno.
Cuidar el agua y garantizar su abasto a través de inversiones en infraestructura y acciones para su buen uso, son asunto de seguridad, de desarrollo y de justicia social para Tamaulipas, y eso es lo que estamos viendo ahora.
YARRINGTON, EL OCASO Y EL OLVIDO
El tiempo, como la justicia, a veces parece detenerse en este país.
Pero al final, ambos terminan por alcanzarnos, incluso a quienes creyeron haber burlado la ley desde la cumbre del poder.
Es el caso de Tomás Yarrington Ruvalcaba, exgobernador de Tamaulipas, quien hoy enfrenta desde una celda en el penal del Altiplano lo que por años fue una deuda pendiente con el Estado mexicano.
La Fiscalía General de la República confirmó que obtuvo un nuevo auto de formal prisión contra Yarrington, esta vez por presuntamente formar parte de una organización criminal que durante y después de su mandato le proveyó recursos ilícitos.
Según la FGR, ese dinero sucio, de acuerdo con sis investigaciones, sirvió para adquirir inmuebles en México y en el extranjero, siempre a través de prestanombres.
No es el primer proceso ni será el último, pues el 9 de abril pasado, luego de ser deportado de Estados Unidos, fue procesado por delitos contra la salud, por su participación indirecta en el fomento de actividades del narcotráfico.
Según la Fiscalía, Yarrington era parte de una estructura que permitía y facilitaba el flujo de drogas y dinero a Estados Unidos.
La orden de aprehensión por la que le dictaron ese segundo acto de formal prisión data de 2012, lo que indica que más de una década después, la justicia se aplica, algo digno de destacar en un país en el que la impunidad es algo cotidiano.
La detención y los autos de formal prisión contra Yarrington retratan lo que fue una época oscura para Tamaulipas, donde el crimen organizado y el poder político se entrelazaron en acuerdos inconfesables.
Hoy, encarcelado, olvidado por sus muchos amigos y excolaboradores, permanece en prisión como ejemplo de que la simbiosis entre políticos y criminales puede tardar en descubrirse y castigarse, pero sucede.
Por. Tomás Briones
abarloventotam@gmail.com