CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.- La Cruz Roja Mexicana lanzó un llamado urgente a la población ante la llegada de una intensa onda de calor, considerada una de las más severas de los últimos años, provocada por un fenómeno conocido como “domo atmosférico”.
Esta masa de aire caliente actúa como una cúpula invisible que atrapa el calor, elevando las temperaturas durante varios días consecutivos.
De acuerdo con información difundida por la institución, es fundamental reconocer los signos de alerta y saber cómo actuar ante las enfermedades relacionadas con el calor, las cuales se clasifican en dos niveles: agotamiento por calor —una urgencia médica— y golpe de calor —una emergencia que puede poner en riesgo la vida—.
Entre los síntomas del agotamiento por calor se encuentran taquicardia, sudoración excesiva, dolor de cabeza, respiración acelerada, cansancio extremo y debilidad.
Ante estos signos, se recomienda trasladar a la persona a un lugar fresco y ventilado, retirarle el exceso de ropa, enfriar su cuerpo con agua y ofrecerle líquidos como agua natural, bebidas deportivas o soluciones de electrolitos.
Si los síntomas persisten, es necesario llamar al 911.
El golpe de calor, por su parte, representa una emergencia médica.
Se manifiesta con piel caliente y seca, pérdida de la conciencia, convulsiones, confusión, delirios y escalofríos.
En estos casos, se debe contactar de inmediato a los servicios de emergencia y enfriar al paciente rápidamente, ya sea sumergiéndolo en agua, envolviéndolo en sábanas húmedas o aplicando hielo en axilas, ingles y pecho.
La Cruz Roja también recomendó evitar bebidas azucaradas como refrescos y jugos durante esta temporada, ya que pueden favorecer la deshidratación.
En su lugar, se sugiere consumir agua natural, suero oral o aguas frescas sin azúcar.
Una opción casera efectiva para rehidratarse es el agua de limón con una pizca de sal, útil para reponer los electrolitos perdidos por el sudor.
Finalmente, la institución pidió extremar cuidados con los sectores más vulnerables, como niñas y niños, personas adultas mayores, pacientes con enfermedades cardiovasculares, epilépticos, personas con insuficiencia renal o hipertensión.
El mensaje es claro: prevenir puede salvar vidas. Cuidemos nuestro entorno, a nuestras familias y a nosotros mismos.
Por Raúl López García
EXPRESO-LA RAZON