Millones de niños están sin clases debido al “paro” que mantiene la CNTE desde el 15 de mayo. Entre las entidades más afectadas están Oaxaca, Chiapas, Zacatecas y Guerrero regiones estas que desde hace décadas luchan por salir de la marginación. Es un problema derivado del capricho de un grupo extremista cuyo interés pareciera el de dañar a las nuevas generaciones y desde luego al futuro de la nación. Son maestros que reclaman, por ejemplo, el incremento salarial al cien por ciento lo que resulta imposible por razones presupuestales, según lo ha dejado muy claro la Señora Presidenta.
El perjuicio no solo es hacia quienes no reciben educación, sino a incontables ciudadanos que ven alterada su existencia. Lo que sucede en la capital del país es condenable por todos conceptos. ¿Qué culpa tiene la población? Y conste que el problema lo sufren los más pobres. Paralizar a la gran urbe es delito que no debiera permitirse. En este sentido cierto es que el supremo gobierno apuesta al diálogo y no a la represión, sin embargo, lo menos es garantizar el libre tránsito evitando “la toma” de avenidas y edificios públicos, incluso privados que también son víctimas de la irracionalidad.
Ya sabéis que la SEP es de las dependencias que con más rigor aplican su reglamento. ¿Qué espera Mario Delgado Carrillo para cumplir con su obligación?. Ejercer mínimo apremios económicos como a cualquier maestro que está frente a grupo. No se trata de retirar plazas como hicieran los regímenes del PRIAN, simplemente demostrar que existe autoridad que vela por el interés público.
Doña Claudia ha transferido la probable solución a Rosa Icela Rodríguez y a Delgado Carrillo, titulares de Gobernación y Educación respectivamente. El rechazo de los paristas a tales intermediarios tiene fundamento en su incapacidad para resolver el conflicto, lo que por otra parte agrava la situación cuando la CNTE exige dialogar directamente con Sheinbaum lo que se ve difícil considerando la actitud agresiva de quienes integran dicha organización. Recordéis, han llegado a golpear periodistas y varios son los intentos de “tomar” Palacio Nacional además del bloqueo de importantes avenidas e invasión del Aeropuerto Internacional. Son estas algunas provocaciones, pero todo tiene un límite. Ni modo de negar que son excesos que afectan a millones. Es aquí donde debiera mostrase el imperio de la ley.
Desde luego el derecho a manifestarse libremente es sagrado. Inolvidable fue la lucha que por más de treinta años encabezó Andrés Manuel López Obrador y en su tiempo Cuauhtémoc Cárdenas e incontables héroes que conquistaron la democracia reflejada en el arribo de Morena al poder. En aquellas jornadas se impuso la razón y no la violencia, no se rompió ni un vidrio, contrario a lo que ahora sucede con la CNTE cuyos “argumentos” están ligados al uso de la fuerza. Y ni modo que sea invento.
Obsesión aparte es evitar la elección que renovará al poder judicial. En este sentido, ¡qué pena que la CNTE apoye precisamente a la derecha rabiosa, racista y rapaz, enemiga de la educación popular!. Vicente Fox, Felipe Calderón, Xóchitl Gálvez y Claudio X. González estarán felices de contar con nuevos aliados o cómplices que para el caso es lo mismo.
SUCEDE QUE
Para fortuna son muchos más los maestros(as) que dignifican su profesión y piensan en el futuro de México.
Y hasta la próxima
POR MAX ÁVILA
