CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.- La colonia Unidad Modelo lo vio nacer y crecer. En medio de un ambiente que en aquellos años era insostenible con la inseguridad, Brian ‘Chino’ Martínez encontró en el futbol un refugio, en sus amigos, aliados y sus abuelos los más grandes impulsores y quienes cuidaron de él desde siempre ante las adversidades familiares que tuvo.
El futbol para él sólo era una diversión, una herramienta del como distraerse del mundo y los problemas, pero lo tenía en la sangre, lo de él era natural, tanto que sin entrenar, sin tener conocimiento previo de entrenamientos, sorprendió a quien fuera su primer entrenador, esto tras verlo cuando él jugaba en la calle y en casa de su tía.
“El profe vivía en un segundo piso, entonces lo que es su cocina, la ventana apuntaba a la calle y el patio de la casa de mi tía, ahí me vio jugar y su hijo le dijo, ‘¿por qué no lo invitas?’”, cuenta Martínez Nava.
Así empezaría la historia del ‘Chino’ Martínez, un niño que no salía de la tienda que visitaba sin un balón, ese niño que se convirtió en el delantero victorense que debutó en primera división de México con los Gallos Blancos del Querétaro hace varios años, pero recientemente se convirtió en uno de los mejores jugadores de la Liga de Costa Rica.
SU INICIO EN EL FUTBOL
En medio de ventanas rotas por sus balonazos, de persecuciones con la policía por jugar futbol en lugares donde no se podía, así creció. Siempre ponía en jaque a sus vecinos de la Unidad Modelo y la Ravizé, y así empezaba su historia.
“Al principio fue algo complicado desarrollarse por muchas situaciones alrededor, como sabemos había mucha inseguridad, fue una parte complicada, pero siempre con el balón, quebrando aquí y allá”, explicó en charla con Oé!
“El profe Eduardo fue quien me descubrió, él era de Atlético Victoria. Así como lo conté, así fue, me vieron desde su casa. Su hijo le decía ‘mira papá, juega bien, invítalo’, ellos fueron los que me descubrieron, yo no jugaba más que en el barrio, y así formé parte de un equipo más organizado”, manifestó.
En el transcurso de sus primeras experiencias en el futbol formativo, no dejaba de lado el barrio, pues fue ahí donde se formó, donde dio sus primeros pasos y patadas al balón, donde consiguió sus primeros amigos y donde su pasión por la de gajos creció.
“A mí nunca se me olvida cuántas veces nos persiguió la policía por quebrar vidrios con la pelota. En La Modelo nos íbamos caminando a Alces de la UAT, el guardia de ahí nos tiraba paro porque esa cancha estaba cerrada, y él nos abría, después ese guardia ya no estaba, el otro guardia no nos dejaba jugar. Pero pues tú sabes, somos barrio, y un camarada, le quitó unas pinzas a su papá, y por la parte de atrás hizo un hueco en la reja, y por ahí pasábamos. Un día estábamos jugando, y de repente era la policía, corrimos, nos gritaron ‘ya los vimos’, nos fuimos corriendo desde la UAT, hasta La Modelo por atrás”, relató con una sonrisa y mirada que conmueve a su mente por el recuerdo de infancia.
Ya como jugador en formación, Atlético Victoria fue quien le abrió las alas, “yo empecé a jugar con ellos, a entrenar, jugábamos diferentes torneos y ahí se dio el ‘boom’, porque de ahí le decían a mi abuelito, ‘Don Samuel, queremos al Chino para este torneo’, así fue como me empecé a conocer”.
Brian empezó a vivir momentos dulces en el futbol. Comenzó a jugar más torneos, estatales y regionales, empezaba a hacer goles y demostrar de lo que estaba hecho.
“A raíz de eso competí en torneos importantes a nivel estatal, y de ahí me vio el profesor Miguel Mendoza San Luis de Tampico, me invitó a formar parte de la Selección Tamaulipas y creo que eso detonó todo, ahí todo cambió”, expresó.
SU PASO A RAYADOS
Tras ser seleccionado tamaulipeco, se ganó el derecho de estar en la Olimpiada Nacional, competencia en la que visores le empezaron a conocer, Pachuca, Chivas y Rayados fueron los más interesados, el último mencionado, fue el suertudo.
“Jugué una Olimpiada Nacional y sacamos medalla, nos fue bien. Tuvimos después otro torneo y ahí fue donde el profesor Miguel Mendoza me acercó con diferentes equipos, fuimos a una prueba y todo fue muy nuevo vivir esa experiencia”, contó.
Rayados el equipo de sus amores, porque coincidentemente siempre apoyó a ese equipo y tras varias semanas consiguió lo que no esperaba lograr. “Fui a Monterrey una semana y me dijeron ‘te llamamos’, yo pensé que ya no me iban a llamar, la típica que siempre aplican, a varios amigos así les habían hecho, pero sí me regresaron el llamado y me mandaron al filtro final, entrené con los que ya estaban en el equipo, y fue una prueba difícil. Si dije: ‘o le hecho todas las ganas para quedarme, o no sé si haya otra oportunidad’, y me mandaron a Victoria pero por mis cosas, me dijeron te regresas por tus cosas porque te vas a quedar”, relató.
“Sentí mucho alivio porque yo soy Rayado, siempre he sido aficionado y fue algo bonito y uno de los mejores momentos que he vivido en el futbol”, agregó.
Estar lejos de casa no le perjudicó mucho, aunque sí, al principio y en los momentos duros, como cuando se le formó un coágulo en la cabeza y dejó de entrenar por varias semanas, en ese momento extrañó a sus abuelos, e incluso pensó en el retiro.
“Fue por un balonazo, estaba la Sub-15, y se preocuparon mis abuelos, ellos me decían que si quería me regresara, yo en algún momento lo pensé porque era estar lejos, solo, si extrañaba en esos momentos en mi casa, yo teniendo todo en Victoria, en mi Unidad Modelo, pero me dije: ‘tiene que valer la pena’ y me quedé”, declaró.
En Rayados de Monterrey estuvo desde la Sub-15 hasta la Sub-20 como menor. Anotaba goles, era titular constantemente, y de pronto le llegó una oportunidad en Estados Unidos.
“Me voy a Houston a Dynamo a préstamo, fue una buena experiencia y me fue bien en el segundo equipo, regresé a Rayados y yo quería seguir con ellos pero yo pensaba otras cosas en cuestión de aumentar condiciones, entonces ellos no lo veían así y pues decidimos seguir por otro camino, fue un show para que me liberaran, pero se logró”, explicó.
EL CORRE ‘LO LLEVÓ’ A GALLOS
En la era de Ricardo Cadena, Brian Martínez hizo pruebas con Correcaminos y se interesaron en él, pero debido a la edad querían registrarlo en Segunda División, algo que él no quiso pero lejos de cerrarse una puerta se abrió otra y en primera división.
“Entrené aquí en Correcaminos, consideré como una opción venir a jugar acá, pero cuando ellos me dijeron que me querían mandar a Segunda División, entonces fue que yo consideré otras opciones. Yo tenía aún tiempo para jugar en la Sub-20 y en ese momento consideraba que era un mejor trampolín para primera estar en una Sub-20 que en una Segunda División LNT”, señaló.
Tras enterarse de ello, Armando Arce Salina, promotor deportivo de Ciudad Victoria, hizo lo que le apasiona, apoyar al victorense. Brian aprovecha para agradecerle, pues asegura que de no ser por él no hubiera tenido la oportunidad que le llegaría después.
“Agradezco a Armando Arce, porque él se enteró de la situación que viví aquí, que me iba a quedar sin equipo, entonces fue que él se contactó con el Pity Altamirano que estaba en el cuerpo técnico en Querétaro, y él me ubicaba porque le dijo a Armando, ‘siempre nos metía goles’, me mandó para allá a pruebas y me acordé de mi etapa cuando tenía 13-14 años cuando fue a Rayados, yo quería estar en el sueño de primera división e hice todo”, reveló.
SU PASO A LOS GALLOS
Ahora todo dependía de él, Brian estuvo a prueba. El victorense no desaprovechó la oportunidad y consiguió llenarle el ojo a Jaime Lozano, quien era el entrenador de la escuadra Sub-20 del cuadro de Querétaro, donde logró un campeonato en una generación dorada que tuvo el equipo.
“Duré una semana a prueba y me dijeron que me quedaba en la Sub-20. Estaba el Jimmy Lozano de entrenador y nos fue bien, fuimos campeones. No fue difícil adaptarme porque tenía claro lo que quería, fue un torneo muy bonito porque pues ser campeón es bonito, uno de los mejores días de mi vida”, contó.
Por ser campeones, fueron llamado al primer equipo los jugadores base, “nos consideraron en el primer equipo a varios jugadores y a mí; Jordi Cortizo, Luis Romo, Yrizar, hicimos pretemporada con el primer equipo, estaba el profe Vucetich y se nos abrieron las puertas”, comentó.
“Vucetich lamentablemente salió del equipo y se quedó el Jimmy Lozano y aquí puedo decir que es suerte o mejor dicho Dios, yo siempre pienso así, que es él quien pone las cosas en su lugar y entonces queda él, y pues con mayor razón nos dio más pelota, ya nos sentíamos más seguros porque nos conocía”, relató.
EL CAMINO AL DEBUT
Tras otros seis meses, llegaría lo que tanto buscó. Jaime Lozano decidió registrarlo como jugador de primera división, confió en él y lo apoyó, no era delantero pero Jimmy le encontró acomodo ahí.
“Yo no era delantero, yo era volante. Una anécdota es que cuando estaba Víctor Manuel Vucetich una vez me vio intenso y que recuperaba muchos balones, ‘¿alguna vez jugaste de central?’ Y pues realmente no, y me puso de central, pero creo que solo duré un día de central (entre risas), veía pasar a todos y no sabía qué hacer”
Tras varios meses trabajando, fue un 5 de agosto del 2017 cuando se dio su debut, “yo ya había debutado en Copa Mx contra Cruz Azul, pero el bueno era el de liga. Fue contra Tigres en el 2017. Yo vi la lista y estaba mi nombre. Éramos uno de más, así que no sabía realmente si iba a salir a banca o jugar en la 20, nos levantaron temprano a cinco de nosotros, entre ellos Gerardo Lugo. ‘Chamaco creo que te toca a ti’, me dijo Gerardo Lugo, y finalmente me informaron que me quedaba, y fue una alegría de verdad”, explicó.
“Estaba como niño chiquito, asombrado por el estadio, por todo el ambiente, estaba mi familia, yo no sabía que iba a jugar. Ya en el partido yo estaba calentando y el auxiliar del Jimmy hace la seña con sus manos como del ‘Chino’ del pelo, o sea yo, pegué el sprint de mi vida, me quito la casca y me dice Jimmy, ‘¿estás nervioso?’, le dije que no, que estaba listo, y lo único que me dijo fue: ‘disfruta, que si pierdes, que si ganamos, es un día importante en tu carrera, tu disfruta’, y así es como se da”, recordó.
EL LLANTO QUE NO PARÓ POR 10 MINUTOS
El sentimiento de pisar una cancha de primera división, de debutar, es algo inexplicable, incluso quienes lo viven no saben explicarlo y para Brian así fue, y más aún porque sus abuelitos y varios de su familia pudieron estar ahí.
“Durante el partido tienes que bloquear muchas cosas, muchos sentimientos. Pero cuando terminé me volví a asombrar por todo, no me caía el 20 de lo que había conseguido, lo primero que se me vino a la mente fue mis abuelitos, toda mi familia, pero principalmente ellos, corrí hacia donde estaban ellos, les dije que los amaba, que esto era de todos y les dejé mi playera”, dijo.
Y aquí viene la parte difícil, cuando el cuerpo se enfría y la mente se vuelve vulnerable, Brian no evitó el llanto, tanto que tuvo que irse a la regaderas.
“Cuando regreso al vestidor yo no pudo contenerme y estuve como diez minutos llorando, pero mal, muchos sentimientos. Ahora sí que solo uno sabe lo que batalló, lo que batallaron los que lucharon contigo, es algo muy pesado, son tantos años que luchaste, trabajaste y como poco a poco lo vas convirtiendo en algo palpante, fue demasiado impactantes emocionalmente y tener a mi familia ahí.
Dios tenía preparado ese momento para mi, mi familia, estuve cerca de Victoria, fueron muchas cosas que todo se alinea”, expresó.
SU ANDAR TRAS EL DEBUT
Sumó un par de partidos más en primera y después fue enviado a préstamo a Cimarrones. Eran del mismo dueño y contra su voluntad, reforzó al equipo de Sonora de la Liga de Ascenso.
Ahí tuvo poca oportunidad y cuando tuvo minutos, respondió e incluso anotó un gol y dio asistencia en la Copa Mx. La falta de minutos, hizo que se fuera a la Liga Premier con equipos como Cruz Azul, La Piedad, Irapuato, entre otros.
Estaba cayendo en un bache, pero, hubo algo que lo revivió. “Javier San Román fue quien me abrió las puertas de Costa Rica, yo había tenido un paso difícil en Liga Premier, en Ascenso, hubo situaciones complicadas después de mi debut, así que lo tomé como un nuevo aire. Cuando tienes algo en mente, tienes que salir por ello, sacrificar cosas y lo hice.
LA PURA VIDA DEL CHINO
Brian llegó a Grecia FC, equipo de la primera división y aunque parece fácil, se vivió el cambio cultural. “Fue un choque cultural muy fuerte lo que viví, pero Dios abre puertas. Tuve un buen torneo y salí a Sporting de Costa Rica, después de ahí ya paso a San Carlos”.
“En este último equipo pude consolidar muchas cosas. Me sentí rechazado en un momento en Liga Premier, así que tomar la decisión de ir a Costa Rica, fue lo mejor pude hacer porque me pude formar de una armadura por todo lo que viví y creo que nos consolidamos ya como jugadores de primera división”.
15 goles y cuatro asistencias en toda la temporada 2024-2025 hizo el victorense en el equipo de los Toros del Norte, aunque al principio una parte d esa afición no lo quería por ser mexicano, poco a poco se ganó el cariño, tanto que hasta niños festejaban los goles como él.
“A mi manda el director deportivo de San Carlos uno video, era un niño celebrando como yo había celebrado uno de mis goles, y fue algo indescriptible. Me acordé de cuando era niño y jugaba ahí en La Modelo o la Ravizé que decía ‘yo soy Ronaldinho’, celebras como él, y después te sucede a ti, si es un momento clave, y es cuando más tienes que trabajar, cuando más humilde tienes que ser”, puntualizó.
NUEVOS AIRES
Aunque disfrutó y le fue muy bien en San Carlos, Brian salió del equipo. Pues quiere nuevos retos, nuevas ambiciones y probar nuevos aires e inclusive más exigencia.
“Agradezco a don Luis Carlos Chacón, dueño de San Carlos, estoy agradecido con él y por poner peso como un líder, pero creo que soy ambicioso en el sentido que quiero más retos, y hay clubes que son trampolines y creo que San Carlos es eso, me impulsó y les agradezco. Era tiempo, cumplí mi ciclo. No sé qué vaya a pasar conmigo, pero tenemos varias opciones, por ahora quiero descansar, despejarme y lo veremos en próximas semanas. Ahorita mi mente no piensa en futbol”, declaró.
Sobre si alguna vez jugará en Correcaminos dijo no descarta hacerlo, “he visto algunos comentarios en donde dicen que no quise jugar aquí o que me olvido de Victoria. Yo aquí crecí, aquí me crié, nunca me voy a olvidar de Victoria y cuando puedo vengo. De jugar en Correcaminos, no lo descarto, es el equipo de casa, yo saliendo de la escuela o secundaria iba a verlos, así que no puedo decir que no”.
UN HOMBRE AGRADECIDO
Por último, cerró esta entrevista con un mensaje lleno de sentimiento, sobre todo entorno a sus abuelos, quienes siempre lo han apoyado y son su más grande inspiración.
“Primeramente creo que debo agradecer a mis abuelos que me acogieron cuando no había necesidad para ellos, la situación en la casa ya era complicada y aún así lo hicieron… Yo no estaría en el lugar en el que estoy si no fuera por ellos. Antes de yo creer en mí ellos creyeron, más allá del futbol siempre estuvieron para mí. Mis tíos son mis hermanos, somos diez, y todos son parte de esto y simplemente agradecimiento a todos, y en especial a mis abuelos”.
Pero si alguien es parte de su carrera futbolera es su abuelo, y eso lo sabe Brian, por lo que agradece al doble, “cuando el profe Miguel Mendoza nos invitaba a selección, a veces no había para viajar, él nos echaba la mano y le agradezco enormemente a mi profe. Pero si tengo que darle crédito a alguien en el futbol es sin duda a mi abuelo, él siempre fue conmigo a todos lados, enfermo, sin ganas, o a veces no había dinero y aún así iba. Nunca olvido a la gente que cuando no tenía tachones me ayudaban a comprar, cuando no tenía para los viajes… ha sido un viaje donde mucha gente ha estado involucrada y no tengo más que decirles gracias y que Dios los bendiga”, concluyó.
Cada vez que el ‘Chino’ pisa la cancha, lo hace con el corazón lleno de recuerdos. Juega por sus sueños, pero también por quienes creyeron en él desde niño, cuando no había más que una pelota vieja y la esperanza de salir adelante.
Porque aunque los abuelos estén lejos de él o su familia no pueda estar a un lado físicamente, siempre están en su mente y corazón: en sus goles, en su lucha y en ese deseo firme de no rendirse nunca.
Por Daniel Vázquez
Expreso-La Razón