TAMAULIPAS, MÉXICO.-El litio ha capturado la atención mundial como un recurso estratégico clave para la transición energética, debido a su uso en baterías de autos eléctricos y dispositivos electrónicos. México no es la excepción, y aunque Sonora encabeza las reservas conocidas de este mineral, en Tamaulipas el tema ha generado expectativas y dudas. ¿Hay litio realmente en el subsuelo tamaulipeco? ¿Podría ser la nueva “mina de oro” que reactive la economía estatal?
El secretario de Desarrollo Energético de Tamaulipas, Walter Julián Ángel Jiménez abordó este tema que inquieta a muchos. Reconoció que el litio es un asunto que debe tratarse con cuidado y con respaldo técnico sólido. Según explicó, actualmente el conocimiento sobre la existencia y potencial del litio en el estado se basa en información preliminar derivada de convenios de colaboración con universidades y centros de investigación.
El servicio geológico mexicano y la precisión técnica
Ángel Jiménez fue claro al señalar que el Servicio Geológico Mexicano (SGM) es la instancia nacional responsable de estudiar y determinar con certeza la presencia de litio en el territorio. Explicó que en 2023 se firmó un convenio de colaboración entre el gobierno estatal y la Universidad Autónoma de Tamaulipas, entre otros actores, para obtener datos iniciales, pero que estos aún no confirman un potencial significativo de explotación.
“El conjunto del potencial de litio en nuestro país es un asunto de estudio, facultad y consignación que recae en el Servicio Geológico Mexicano. Ellos son quienes nos pueden orientar con precisión si este recurso existe o no en el territorio tamaulipeco”, subrayó el secretario.
En otras palabras, la expectativa de que Tamaulipas figure como un gran productor de litio sigue en etapa exploratoria. No se descarta la posibilidad, pero tampoco se confirma.
Sonora, el epicentro actual del litio mexicano
Ángel Jiménez explicó que la región norte de Sonora —en sitios como Bacadéhuachi y Cerro Prieto— concentra actualmente los mayores indicios y desarrollos en torno al litio. Allí, las investigaciones y los proyectos mineros en curso se enfocan tanto en arcillas como en salmueras, que son las formas más comunes de encontrar este mineral.
“En el resto del país, incluido Tamaulipas, el Servicio Geológico ha identificado algunas zonas con características geológicas favorables, pero que requieren estudios más detallados para determinar si la extracción sería viable técnica y económicamente”, precisó.
Convenios con universidades y exploración responsable
El secretario destacó que el gobierno estatal mantiene abiertos los canales de colaboración con la Universidad Autónoma de Tamaulipas y otras instituciones académicas. La idea es que estos convenios permitan recopilar información confiable y no firmar acuerdos de manera precipitada.
“No se trata de firmar convenios por firmarlos, sino de ir con la mayor precisión posible para saber si esto es un recurso consistente y económicamente viable en nuestro estado”, explicó.
El reto de la transparencia y la expectativa social
El litio ha generado grandes expectativas a nivel local. En 2024, Tamaulipas figuró como uno de los estados con mayor dinamismo en minería en algunos indicadores trimestrales, lo que avivó rumores y noticias optimistas sobre el litio. Sin embargo, el propio secretario pidió mesura y subrayó que la información sobre el mineral aún es insuficiente para hablar de una explotación a gran escala.
“Hay que tener muchas reservas respecto a este tema, porque la información que tenemos del Servicio Geológico no necesariamente es la más optimista”, advirtió.
¿Y ahora qué sigue?
De acuerdo con el funcionario, la prioridad es continuar ampliando la colaboración con el Servicio Geológico Mexicano para obtener datos precisos y confiables.
Solo con esa información podrá definirse si Tamaulipas cuenta con reservas de litio de interés comercial y si conviene desarrollar proyectos de exploración y, eventualmente, de explotación.
Por ahora, el litio en Tamaulipas es una promesa en suspenso: un recurso potencial que exige estudios técnicos rigurosos antes de convertirse en realidad económica y social para la entidad.