Al año, más de 8 mil personas mueren en Tamaulipas por enfermedades o males relacionados con la obesidad.
Esta alta incidencia de enfermedades ponen en jaque al sistema de salud pública del estado y del país. La obesidad representa una crisis que afecta transversalmente a toda la población, manifestando sus primeras señales de alarma desde la infancia temprana.
Esta situación ha llevado a las instituciones educativas y sanitarias a implementar programas de evaluación antropométrica como estrategia preventiva y de control. Ahora misma, se despliega en todo el país, incluido Tamaulipas, un programa ambicioso para retirar la comida chatarra de las escuelas de educación básica.
Esto, por las estadísticas alarmantes. Según cifras oficiales de la Secretaría de Salud federal, Tamaulipas alcanzó su punto más crítico en 2023 con 26 mil 053 registros de exceso de peso corporal. Para 2024, la cifra descendió a 24 mil 693 casos.
El incremento notable comenzó en 2022, tras el levantamiento de medidas restrictivas y la reactivación de las actividades escolares, reportándose 22 mil 059 casos. Esta cifra prácticamente se duplicó si se compara con los 13 mil 831 casos documentados en 2020.
La comparación entre las cifras de 2020 y 2023 evidencia un crecimiento exponencial del problema, prácticamente duplicándose los casos registrados. En cuanto a las cifras de defunciones que reporta el INEGI, durante el 2023 en Tamaulipas murieron 2,968 personas a causa de la diabetes y 4,623 por enfermedades isquémicas del corazón, mientras que 769 por problemas hipertensivos y 937 por enfermedades cardiovasculares.
Expertos en nutrición califican la obesidad como un problema “crítico” en la población escolar de educación básica estatal, fenómeno que se agudizó durante el confinamiento por la pandemia de COVID-19, posicionando a la entidad entre los tres primeros lugares nacionales con esta problemática.
Para 2022, del grupo poblacional de 1 a 9 años en Tamaulipas, conformado por 620 mil 891 menores, aproximadamente 206 mil 947 presentaban problemas de exceso de peso, equivalente a un tercio de este segmento demográfico.
La obesidad incrementa exponencialmente los riesgos sanitarios tanto en población infantil como adulta, generando predisposición a enfermedades degenerativas que pueden resultar mortales con el paso del tiempo. Específicamente, patologías como Diabetes mellitus tipo 2, hipertensión arterial, dislipidemia, cardiopatía coronaria, eventos cerebrovasculares y osteoartritis.
Entre las principales complicaciones asociadas a la obesidad se encuentra la apnea obstructiva del sueño y trastornos respiratorios, además de afecciones más severas incluyendo ciertos
tipos de neoplasias.
La obesidad también puede deteriorar significativamente la calidad de vida y desencadenar trastornos psiquiátricos como depresión mayor, trastornos de ansiedad y otras alteraciones del estado mental. Considerando la población tamaulipeca de 3 millones 527 mil 735 habitantes según el Censo INEGI 2020, y aplicando la proporción de uno de cada tres habitantes con exceso de peso, se estima que 1 millón 175 mil 911 tamaulipecos enfrentan problemas relacionados con el peso corporal.
A pesar de las intervenciones implementadas, la problemática continúa en expansión, como lo confirman las nuevas detecciones de obesidad realizadas en unidades de salud y centros hospitalarios. Durante 2021, los casos nuevos de obesidad registrados se aproximaron a 18 mil, con mayor prevalencia en mujeres que en hombres.
Esta cifra superó considerablemente los poco más de 13 mil casos identificados en 2020 según el Boletín Epidemiológico Nacional. El año 2023 registró el mayor impacto con 26 mil 053 casos detectados, mientras que al término de 2024, las medidas implementadas reflejan una ligera reducción al contabilizarse 24 mil 693 nuevos casos de sobrepeso u obesidad.
PIDEN MAYOR MONITOREO
Esta semana, llegó al Congreso una iniciativa para reformar el Artículo 3 de la Ley de Salud para el Estado de Tamaulipas, agregando un inciso que establece la orientación, vigilancia, evaluación y control del riesgo coronario, también conocido como cardiovascular, como materia de salubridad.
Es decir, que las instituciones de salud estén facultadas y al mismo tiempo obligadas a establecer la evaluación, seguimiento y control del riesgo cardiovascular desde la consulta médica general.
La iniciativa argumenta que consagrar este derecho en la legislación proporciona una base jurídica para su protección y aplicación efectiva, ofreciendo mecanismos legales para su defensa y reparación de posibles vulneraciones.
La evaluación de riesgo cardiovascular comprende un cuestionario que recopila información sobre factores de riesgo específicos, tales como la edad, antecedentes familiares, y hábitos relacionados con el estilo de vida, incluyendo fa alimentación y la actividad física.
A partir de estos datos, se calcula la probabilidad de desarrollar una enfermedad cardíaca en el futuro. Incluso en individuos que actualmente se perciben saludables, esta evaluación puede identificar la necesidad de implementar medidas preventivas o de modificar conductas para reducir la probabilidad de aparición de patologías cardiovasculares en etapas posteriores.
Existen diversas herramientas de evaluación que permiten determinar el nivel de riesgo de desarrollar una enfermedad cardiovascular; sin embargo, su utilización debe realizarse en etapas previas a la manifestación de cualquier patología cardíaca.
Estas evaluaciones pueden ser llevadas a cabo de manera digital a través de plataformas en línea o de forma presencial en consulta con un profesional de la salud.
El documento que ya está en manos del Congreso destaca la importancia de la medicina preventiva para proteger la salud, sobre todo si se considera la alta tasa de mortalidad por enfermedades del corazón en México y Tamaulipas (220,000 muertes en México en 2021 y 6,112 en Tamaulipas en 2022).
PROBLEMAS EN LA INFANCIA
Apenas esta semana, el Secretario de Salud, David Kershenobich, informó que cuatro de 10 niños en las escuelas del País tiene sobrepeso y obesidad, por lo que en el futuro podrían padecer diabetes y resistencia a la insulina.
El funcionario explicó los problemas que genera a la salud de los infantes el consumo de alimentos con altos contenidos de azúcar. “Aproximadamente, en los niños que se han revisado en las escuelas, tenemos un problema de 39 por ciento de obesidad”, indicó. Kershenobich dijo que el propósito de disminuir el contenido de azúcar en los alimentos que se venden en las escuelas es que resulta dañina para la salud “Vamos a explicar un poco: por qué el azúcar es dañino para los niños, y cuál es el motivo, precisamente, de tratar de disminuir el contenido de azúcar en la dieta desde las escuelas y esperamos que permee también después en sus casas.
“Algo que es muy importante es el equilibrio que existe entre el consumo de azúcar y la producción de insulina. En el momento en que tenemos mucha azúcar y tenemos un trastorno en la producción de insulina, genera obesidad y diabetes”, expuso.
El médico explicó que cuando el consumo de azúcar es vacío, es decir, cuando no está asociado a otros productos nutritivos, entonces a eso se le llama ‘calorías vacías’, y las calorías vacías estimulan la producción de insulina, generan resistencia a esa hormona y se almacena en forma de grasa. “Es muy distinto cuando el azúcar se da con otros nutrientes, por ejemplo: frutas y vitaminas en los cuales también hay minerales, proteínas, antioxidantes y fibras.
Entonces, lo importante es evitar las calorías vacías de nada más el suplemento de pura azúcar”, recomendó. El azúcar, detalló, produce adicción porque activa la liberación de dopamina en el cerebro, como sucede con las drogas y genera una sensación de querer consumirla porque resulta placentera. “Y eso, además, va desarrollando una cosa que llamamos ‘tolerancia’, que quiere decir que cada vez necesitamos consumir más azúcar y, por lo tanto, los niños, si empiezan a consumir azúcar, después consumen más y más azúcar y desarrollan más sobrepeso y obesidad”, dijo. Otro problema asociado con el consumo de azúcar, añadió, es la caries dental, y se ha detectado que el 59 por ciento de los niños tienen caries.
“En las medidas que se están implementando se está aplicando flúor a los niños cada 6 meses, precisamente para tratar de combatir la presencia de caries. “Entonces, por todos esos factores, el consumir azúcar desde niños es lo que determina que después tengamos tanta obesidad y tanto sobrepeso. Si logramos influir en que no desarrollen esa tolerancia y no desarrollen la adicción al azúcar, sería la mejor manera de prevenir el desarrollo de obesidad, diabetes y caries dental”, indicó.
POR STAFF
