2 junio, 2025

2 junio, 2025

Simplemente U2

CÓDIGOS DE PODER/DAVID VALLEJO

Hay bandas que hacen historia, te acompañan, te educan el oído y, sin que te des cuenta, terminan sonando en los momentos más importantes de tu vida.

U2 está, sin duda, en mi top 10 por la potencia de su sonido, por la voz inconfundible de Bono y porque lograron algo que muy pocos grupos han conseguido: traer frescura al rock, reinventarse sin parecer impostores, emocionar a multitudes con una guitarra que emociona más que cualquier palabra.

Desde que tengo memoria, U2 estuvo presente. Mi adolescencia tiene acordes de With or Without You, mis días más nostálgicos suenan a One, mis arranques de esperanza vibran con Beautiful Day, y cada que necesito una dosis de épica sin pedir permiso, recurro a Where the Streets Have No Name. Pocas bandas en inglés se cuelan tantas veces en mis playlists favoritas como ellos. Solo los Beatles, Queen y Metallica tienen ese privilegio.

U2 es lo que es por sus integrantes. Bono con esa voz que puede ser oración, grito o caricia según lo necesite la canción, y una presencia escénica que lo convierte en algo más que un frontman: un símbolo. The Edge, uno de los guitarristas más originales de la historia, que hizo de la repetición, el delay y la atmósfera un arte en sí mismo. Adam Clayton, ese bajista silencioso pero firme como columna vertebral. Y Larry Mullen Jr., quien fundó la banda pegando un anuncio en la escuela y terminó convirtiéndose en uno de los bateristas más subestimados del rock.

Juntos tienen algo que pocos grupos logran sostener: cohesión, química, una identidad que ha resistido modas, cambios de siglo y oleadas enteras de cinismo. Admiro profundamente su decisión por la innovación.

Cuando muchos se conformaban con repetir la fórmula, ellos se atrevieron a explorar nuevos sonidos. Achtung Baby rompió moldes, Zooropa fue inclasificable, Pop se adelantó a su época. Y aunque sus últimos discos han sido criticados por algunos, a mí me siguen gustando. Songs of Innocence, Songs of Experience… pueden tener altibajos, pero siguen teniendo esa esencia: canciones que buscan decir algo, que representan propuestas.

No me importa que los haters los acusen de sermonear o de querer salvar al mundo con cada estrofa. Prefiero eso a la indiferencia. Una de las experiencias más intensas de mi vida fue verlos en vivo. Desde muy pequeño soñaba con ir a uno de sus conciertos. Veía las giras del Zoo TV, del Vertigo Tour, del 360° Tour, y pensaba que eso era un espectáculo total, una experiencia sensorial, casi religiosa. Años después, cuando los vi en la Sphere, supe que había valido la pena la espera. Fue una sinfonía visual, un delirio de tecnología y emoción, pero sobre todo, un recordatorio de que las grandes bandas no envejecen: evolucionan.

The Edge parecía tener fuego en los dedos, Bono cantaba como si el tiempo no le hubiera pasado encima, y yo me descubrí a mí mismo con una emoción difícil de explicar. Un niño viendo cumplido un deseo largamente aplazado

Recuerdo estar recostado en el pasto en el parque de El Retiro, con los audífonos puestos y One envolviéndome como si el mundo entero pudiera resumirse en una sola palabra.

Recuerdo caminar por las calles de Monterrey mientras Where the Streets Have No Name hacía que todo pareciera posible, que la vida tuviera dirección aunque no supiera a dónde iba.

Recuerdo tardes en carretera repitiendo Numb, dejándome llevar por su hipnosis, como si fuera una plegaria cansada que me entendía. Recuerdo recientemente mirar al cielo con I Still Haven’t Found What I’m Looking For, sabiendo que esa búsqueda inacabable también era mía.

U2 me ha acompañado y ha sido la banda sonora de mis búsquedas, de mis caídas, de mis promesas, de mis silencios. Porque hay canciones que se viven. Y en ese arte, ellos han sido insuperables. Sé que hay quien se burla de ellos.

Que si se toman demasiado en serio, que si Bono quiere ser el mesías de la humanidad, que si ya se les pasó la época. Me da igual.

A mí me siguen emocionando. Me siguen sorprendiendo. Me siguen acompañando. Si alguna vez se pierde todo, si un día el algoritmo decide que ya no existan las listas de reproducción, si nos quedamos sin señal ni electricidad, me gustaría que alguien recordara una melodía de U2 y la cantara a media voz. Porque cuando la música tiene alma, sobrevive a todo. Y U2 tiene mucha. Playlist de mis canciones favoritas de U2: With or Without You, One, Beautiful Day, All i want is you, Where the Streets Have No Name, Sunday Bloody Sunday, I Still Haven’t Found What I’m Looking For, Numb, Vertigo, Mysterious Ways, Elevation, Pride (In the Name of Love), All I Want Is You, Walk On, City of Blinding Lights, Sometimes You Can’t Make It on Your Own. All i want is you para Greis y Sometimes you can’t make it on your own par Alondra.

Facebook
Twitter
WhatsApp