CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.- A pesar de que el cierre parcial de la frontera con Estados Unidos por el brote de gusano barrenador ha complicado la exportación de becerros, los ganaderos tamaulipecos no están del todo en desventaja.
Y es que el mercado nacional ha respondido con fuerza y ha absorbido buena parte del inventario que tradicionalmente se enviaba al norte.
Así lo explicó José Guerrero Gamboa, presidente de la Unión Ganadera Regional de Tamaulipas (UGRT), quien señaló que los centros de engorda en México han comenzado a demandar más ganado local para abastecerse, ofreciendo precios competitivos que, si bien no igualan a los del mercado estadounidense, sí representan una alternativa viable y rentable.
“La frontera para el ganado en pie sigue con restricciones, pero los engordadores nacionales se han puesto las pilas».
«Están comprando esos becerros que antes se mandaban a Estados Unidos, y los están pagando bien porque tienen una necesidad real de inventario”, explicó Guerrero.
El líder ganadero detalló también que el consumo de carne en México ha aumentado en los últimos años, impulsado por el crecimiento económico en estados como Querétaro, Puebla y San Luis Potosí, donde la cultura del consumo de carne de res se ha expandido más allá del tradicional norte del país.
“Antes la carne asada era cosa del norte, pero ahora es en todo el país. Hay más dinero, hay más consumo, y eso está beneficiando al sector”, dijo.
Además, grandes consorcios de engorda y exportación como Vizcárraga, Praderas de Tamín, y ganaderos como Miguel y Poncho Gutiérrez, han abierto mercados en el extranjero y necesitan más ganado mexicano para cumplir con sus compromisos internacionales.
Otro factor que ha jugado a favor del ganado nacional, señaló Guerrero, es que las restricciones sanitarias también han limitado el ingreso de becerros provenientes de Centroamérica, que solían llenar parte de la demanda en las engordas nacionales.
Esto ha obligado a los compradores a voltear de nuevo hacia el hato mexicano, mejorando la posición del productor local.
Aunque el precio del becerro ha tenido un ligero ajuste a la baja, Guerrero afirma que no ha sido alarmante.
Las subastas recientes muestran precios que oscilan entre los 100 y 115 pesos por kilo, lo que se mantiene dentro de un rango competitivo si se considera el costo logístico de exportar a Estados Unidos.
“Muchos piensan que la diferencia de precios con Estados Unidos es de 40 o 50 pesos, pero no es así. Si aquí te pagan 100 y cuesta 30 ponerlo allá, ya estás en 130. Si allá te lo pagan a 140, la diferencia es mínima. Además, el futuro del mercado indica que en 2025, 2026 y 2027 el precio del ganado en pie seguirá firme, tanto por la demanda local como por el desabasto en las engordas de EE.UU.”, concluyó.
Por Antonio H. Mandujano
