Hace un año, Tamaulipas vivió la peor crisis hídrica de su historia moderna, con graves consecuencias sobre todo para la zona sur donde el sistema lagunario que abastece a Tampico, Madero y Altamira alcanzó el nivel cero.
La situación climática afectó a cerca de 900 mil personas que pasaron días sin agua en sus hogares. Incluso en las purificadoras se agotó, por lo que la situación se tornó preocupante.
Ante la emergencia, la autoridad desplegó un plan inédito para llevar agua al sur de Tamaulipas. Un estimado de 3.7 metros cúbicos de agua por segundo fueron derivados a través de un trasvase a la Cuenca Guayalejo-Tamesí por primera vez en 75 años.
El envío de agua desde Ciudad Mante a la zo – na sur tuvo su origen en “El Nacimiento” , un escurrimiento natural que tiene su origen en la Sierra Madre.
La derivación de agua fue posible, de acuerdo con los especialistas en los excedentes que aporta la cuenca hidrológica y habría de recorrer una distancia de aproximadamente 150 a 160 kilómetros por el sistema fluvial de manera natural y en las partes que así se requiere con ayuda de equipos de bombeo.
Desde el manantial El Nacimiento, que tiene como fin el uso agrícola para la región cañera, pasa por la presa La Aguja, en donde cambia su nom – bre a Rio Mante, y luego se dirige entre cañavera – les hasta la mancha urbana de la ciudad del mismo nombre.
La Secretaría de Recursos Hidráulicos en Tamaulipas también aceleró el desasolve algunas lagunas, canales de interconexión entre el cauce principal del Guayalejo Tamesí y donde se encuentran localizadas las tomas de agua. “La columna de extracción donde se localizan la pichanchas de las bombas para extraer el agua en las obras de toma, las desazolvamos y les dimos mayor profundidad”.
El agua tardó días en llegar a la zona conurbada y aunque fue un primer alivio para la crisis, ésta continuaba pues el abasto no era suficiente para los habitantes de los tres municipios. Finalmente la solución final la aportó la naturaleza.
El jueves 20 de junio, entró por Tamaulipas la tormenta tropical Alberto, trayendo consigo una gran cantidad de agua que sirvió para rellenar presas y otros cuerpos de agua, alcanzando niveles que no se veían desde hacía décadas.
La presa Vicente Guerrero alcanzó más el 60% de su almacenamiento y el sistema lagunario del sur de Tamaulipas, que unos días antes había estado vacío, rebasó el 100 por ciento de su capacidad gracias a las precipitaciones y a los escurrimiento que llegaron de la Huasteca. Hoy, la situación es muy distinta pues los cuerpos de agua siguen en niveles óptimos. Sin embargo, todas las autoridades advierten que esto no es garantía, por el contrario, se debe llevar a cabo la planeación necesaria para no sufrir una crisis hídrica como la del 2024.
POR STAFF