TAMAULIPAS, MÉXICO.- En tan solo un año, Tamaulipas logró una recuperación notable frente a la sequía meteorológica que lo había colocado entre las entidades más afectadas del país.
De acuerdo con el Monitor de Sequía de México de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), el estado pasó de tener el 97.7% de su territorio con algún nivel de sequía en mayo de 2024 a contar actualmente, al 31 de mayo de 2025, con el 93% de su superficie sin afectación alguna.
Este giro positivo se atribuye principalmente a las lluvias registradas durante los primeros cinco meses de 2025, que han sido suficientes para revertir las condiciones críticas que se vivieron el año pasado.
En contraste, en el 2024, un total de 42 municipios tamaulipecos presentaban niveles de sequía que iban desde “moderada” (D1) hasta “excepcional” (D4).
Los mapas de aquel periodo mostraban al estado mayoritariamente cubierto por tonalidades naranjas y rojas, correspondientes a sequías severas y extremas.
Pero hoy día, es totalmente diferente, y es que el reporte más reciente de Conagua indica que solo el 7% del territorio estatal mantiene afectaciones leves, clasificadas como D0 (anormalmente seco), D1 (sequía moderada) y D2 (sequía severa).
No se registran zonas con sequía extrema (D3) ni excepcional (D4), lo que representa una mejora sustancial respecto al escenario del año anterior.
Según el reporte, las zonas donde aún persiste esta condición se ubican principalmente entre Nuevo Laredo y las cercanías de Reynosa, en el norte del estado.
Y aunque el impacto actual es considerado menor en comparación con el año pasado, especialistas advierten que sigue existiendo un problema hídrico, ya que esa franja fronteriza es clave tanto para el suministro de agua potable como para la actividad agrícola y la industria.
Además, Tamaulipas se posiciona actualmente entre los estados con menor afectación por sequía a nivel nacional, junto a entidades como la Ciudad de México, Colima, Guerrero y Morelos, que reportan también condiciones climáticas favorables.
Esta transformación climática ha generado alivio tanto en zonas urbanas como rurales, particularmente para sectores agrícolas y ganaderos que enfrentaron severas pérdidas en 2023 y 2024 debido al déficit de lluvias.
Expertos señalan, sin embargo, que aún es necesario mantener estrategias de gestión hídrica y monitoreo constante, para evitar una recaída en caso de un nuevo periodo seco.
El panorama actual ofrece esperanza, pero también exige planificación responsable ante la vulnerabilidad climática que sigue latente.
Por. Antonio H. Mandujano