Es una organización radical y violenta. Durante 21 días la CNTE mantuvo a la capital del país atrapada en el caos y la impotencia. No exageramos al decir que sembraron el terror en forma cobarde y delictiva. Quienes hemos vivido en la gran ciudad sabemos lo que ello significa. Imaginemos la indignación de las familias que sufrieron debido a circunstancias solo explicables por la tolerancia excesiva de las autoridades que no movieron un dedo para garantizar el derecho a la libre movilidad y desde luego al desempeño de las tareas cotidianas de millones.
Es indignante de verdad lo sucedido por eso repudiamos esta clase de actitudes incivilizadas que remontan a experiencias que creímos superadas. De verdad os digo que la CNTE aplica crueldad innecesaria a una ciudadanía ajena a la metodología de la barbarie. Los reclamos podrán ser aceptables en algunos aspectos, aun así, no justifican este atentado contra la población.
Las escenas transmitidas por los medios impactan por su ferocidad: dañar inmuebles públicos y gremiales, como Gobernación, Bienestar y el SNTE, no tiene nombre, como no lo tiene la impunidad con la que paralizaron el aeropuerto internacional, golpearon a periodistas, el intento de “tomar” Palacio Nacional o la interrupción del tráfico vehicular en las principales avenidas, además del perjuicio al sector comercial cuyos voceros calculan en 25 mil millones de pesos. Ni como negar que los abusos fueron múltiples.
La dirigencia de la CNTE califica como “repliegue táctico” levantar el “plantón” en el zócalo capitalino, el regreso a sus lugares de origen, así como el presunto reinicio de clases. En este sentido es de creer que más bien el enojo popular obligó el retiro de los paristas cuando la situación se volvió insoportable al grado que poco faltó para una confrontación de consecuencias inesperadas.
¿Quién patrocina a la CNTE?. Podría ser pregunta ociosa, pero necesaria toda vez que no resulta fácil el traslado y alimentación de miles de maestros en cuyas filas sin duda se filtraron agitadores profesionales bajo el objetivo de provocar represión oficial. Son los mismos que buscan que haya sangre para desprestigiar y condenar al gobierno de la 4T ante el mundo-mundial. Ya sabéis que las autoridades no cayeron en la trampa, aunque con alto costo político que podría reflejarse cuando la ocasión electoral lo amerite.
El viernes y el sábado los paristas abandonaron la Plaza de la Constitución no sin antes amenazar con “hacer la vida de cuadritos” a doña Claudia en cualquier punto del país donde aparezca. Ya veremos hasta donde llega la falta de respeto hacia la institución presidencial. Parecen olvidar que La Jefa obtuvo 36 millones de votos, muchos más que cualquier candidato en la historia del país. Ni siquiera por AMLO. Y que ahora mismo el 74 por ciento de la población reconoce y respalda la gestión transformadora que tiene como eje central la reivindicación de los marginados.
“Por el bien de todos, primero los pobres”, esto no gusta a la minoría rapaz mucho menos a la derecha fascista. Lo extraordinario es que la CNTE, organización de izquierda en sus orígenes, coincidan con los conservadores. Los extremos se tocan, ¡qué mala onda que sea en el afán de destruir a México y a sus instituciones!. He dicho.
SUCEDE QUE
El pasado 7 de junio una vez más hubo celebraciones por el Día de la Libertad de Expresión. “pos” qué bueno, ¿no?.
Y hasta la próxima.
Por. Max Ávila
