Fue en 1988, ante el inminente colapso de la URSS y el bloque de países socialistas y la terminación de la guerra fría, Francis Fukuyama publicó un ensayo denominado ¿El fin de la historia? en el que se preguntaba, si de acuerdo con la teoría marxista de la historia, cuyas etapas serían el comunismo primitivo, el esclavismo, el feudalismo, el capitalismo, el socialismo y el comunismo científico, se preguntaba si la historia había llegado a su fin. En esa época el capitalismo triunfante estableció nuevas reglas para apoyar el desarrollo de sus aliados menos favorecidos, el FMI el Banco Mundial, los bancos de desarrollo y las calificadoras de riesgo, establecieron las reglas económicas y los principios ideológicos del neoliberalismo.
37 años después y ante la derrota de los gobiernos neoliberales en países de todos los continentes, es pertinente preguntarnos ¿ha llegado a su fin el neoliberalismo? En México el PRI abrió la puerta al establecimiento del neoliberalismo y sus reglas para la conducción del gobierno mexicano a partir de 1982. En el año 2000 el PRI le cedió el paso al PAN que mantuvo la misma línea ideológico política con el apoyo de una oposición simulada por el PRI y el PRD, con quienes compartía los beneficios del poder mediante la concesión de posiciones políticas, la creación de entidades autónomas y la asignación directa de recursos económicos.
En 1994 Ernesto Zedillo, electo Presidente después del asesinato del candidato del PRI, dió el siguiente paso, promovió la modificación total del Poder Judicial de la Federación y designó a todos los ministros de la Suprema Corte de Justicia, por lo que fue acusado de invadir la esfera del poder judicial y de haber dado un golpe de estado. A partir de ahí, los gobiernos del PAN llenaron las nóminas de las secretarías de estado, las entidades autónomas, el Poder Legislativo y el Poder Judicial de militantes del PRI y del PAN como una forma de garantizar la vigencia de las reglas del neoliberalismo en el Gobierno de la República.
En 2015, siguiendo las reglas electorales constitucionales y legales, el Movimiento de Regeneración Nacional MORENA, se separó del PRD y obtuvo su registro como partido y sus primeras victorias políticas ocupando un amplio número posiciones en el poder legislativo y en el poder ejecutivo de entidades federativas y alcaldías de la ciudad de México, en el 2018 obtuvo la cantidad más grande de votos para llevar a la presidencia al líder de Morena, Andrés Manuel López Obrador. La alianza PRI-PAN-PRD fue derrotada con contundencia y se inició una forma de gobierno de izquierda, democrático y popular que abandonó las reglas del neoliberalismo para iniciar un camino propio.
La resistencia de la oposición fue mayúscula y se expresó no sólo en el discurso político a través de los medios y las redes sociales, sino en acciones de resistencia al cambio al interior en las instituciones gubernamentales y a través del uso frívolo del derecho y de los órganos jurisdiccionales que integran el Poder Judicial desde los juzgados y tribunales, hasta la Suprema Corte de Justicia, que fueron utilizados para obstruir el trabajo del gobierno que se ha opuesto a seguir los dictados neoliberales que provocaron durante 40 años la mayor concentración de capital en unas cuantas manos y el empobrecimiento de las grandes mayorías en México y en el mundo.
En el 2024 el pueblo de México eligió a Claudia Sheinbaum primera Presidenta de México con la mayor cantidad de votos en la historia electoral de nuestro país. El primero de junio pasado, millones de mexicanos fueron a las urnas a elegir por primera vez a los ministros de la Suprema Corte de Justicia, a los magistrados y a los jueces que van a integrar el nuevo poder judicial a partir del primero de septiembre. Dice la oposición que ha muerto la república, otros que ha muerto la democracia y que México a retornado a la época del partido único y régimen autoritario. Sin embargo parece muy difícil probar esa hipótesis, cuando después más de 6 años de gobierno no hay presos políticos, ni víctimas del ejercicio de la libre expresión, la disidencia o la oposición abierta al régimen.
Los voceros de la derecha se siguen expresando de todas las maneras posibles en medios y redes sociales sin límite, aún cuando estas manifestaciones lleguen a la difamación y al insulto soez. La pérdida de implantación en la sociedad del PAN, el PRI, o el PRD que perdió su registro como partido político, no son atribuibles a una acción autoritaria y sí a la falta de apoyo popular, a su corrupción, su incongruencia y sus posicionamientos racistas y clasistas.
Sin embargo, la ultima palabra para saber si México encontrado el camino hacia una democracia popular y socialmente justa dependerá del desempeño y los resultados de Claudia Sheinbaum, primera Presidenta de México y Jefa del Poder Ejecutivo, la mayoría de los diputados y los senadores del Poder Legislativo y los juzgadores del nuevo Poder Judicial, esa será la respuesta a esa pregunta fundamental ¿ha llegado el fin del neoliberalismo?.
Por. Jesús Collado Martínez
Expreso Press/Tamaulipas
9 de junio de 2025