TAMAULIPAS, MÉXICO.- La crisis que arrastra el campo tamaulipeco podría dejar más de 200 mil hectáreas sin sembrarse, una cifra que, de acuerdo con productores de distintas regiones del estado, refleja el punto más crítico de los últimos años.
Dicha cifra, fue dicha por la diputada Marina Edith Ramírez Andrade detallando que ese es el estimado que le han hecho llegar organizaciones agrícolas.
Pero en Tamaulipas, el deterioro del sector no es nuevo, y es que durante los últimos seis ciclos, los agricultores han enfrentado precios a la baja en maíz y sorgo, incrementos constantes en insumos como fertilizantes y diésel, y una sequía prolongada que sigue afectando las cuencas del norte del Estado, donde se ubican las extensiones de siembra más grandes de Tamaulipas.
A ello se suma la eliminación de mecanismos que antes aseguraban la comercialización, lo que dejó a los productores sin herramientas para amortiguar pérdidas.
Ante este escenario, cientos de agricultores han tenido que endeudarse para poder sembrar, mientras que otros optaron por vender maquinaria o abandonar temporalmente sus parcelas.
Las asociaciones de San Fernando, Burgos, Jiménez y zonas productoras del norte advierten que la superficie sin cultivar ya supera las 200 mil hectáreas y podría crecer en el siguiente ciclo.
Otro factor que presiona al campo estatal es la creciente entrada de grano extranjero.
Este año, más del 50 por ciento del maíz consumido en México provino de importaciones, lo que deprimió los precios nacionales y redujo aún más la rentabilidad de los productores locales.
Y el sorgo enfrenta una situación similar, con más de la mitad de la oferta procedente del exterior y precios muy por debajo de lo que ocupan sus productos para reponer inversión y algo e ganancia.
Sin un precio de referencia ni apoyos directos, los agricultores advierten que la próxima temporada podría ser una de las más reducidas en décadas, con impactos económicos en toda la cadena agrícola de Tamaulipas.
Por. Antonio H. Mandujano




