4 diciembre, 2025

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Cendi y su directora: se caen a pedazos

EL RESBALÓN/ MARIO PRIETO

No es posible que el único Centro de Desarrollo Infantil (CENDI) de PEMEX que hay en Ciudad Madero se encuentre en quiebra.
Hay muchos reclamos que muestran un lugar completamente abandonado por parte de Petróleos Mexicanos y no hay fecha para cuando pueda estar solucionándose todo esto.
Bianca González Calderón es el nombre de la directora que está a cargo de esta unidad y no soluciona nada.

Los reclamos y las anomalías aumentan todos los días: hay personal laborando sin la ropa ni el calzado que se requiere para el cuidado de los pequeños; no hay capacitación para que el personal pueda actuar en el cuidado y en una emergencia, lo que enciende aún más los focos rojos.
No hay dinero para que se cumpla con las tareas de mantenimiento del CENDI, y el sistema de contraincendios está obsoleto y representa un riesgo para los menores. Y eso no es un juego, es un peligro latente.

Además, hay plazas bloqueadas sin explicación y, lo más preocupante, es que la directora no “mueve ni un dedo” para gestionar y tocar puertas. Piensa que las soluciones le van a caer del cielo, y eso no va a suceder.

Las trabajadoras del CENDI están desesperadas, y pese a que están unidas y organizadas para denunciar de manera formal esta situación, en lugar de recibir el respaldo de la directora de este CENDI de Madero, Bianca González Calderón, han recibido hasta amenazas para que se queden calladas.
Las madres también han levantado la voz: la inconformidad es abierta, fuerte y creciente.
No entienden cómo PEMEX puede tolerar este nivel de abandono, ni cómo la dirección permite que los problemas se acumulen mientras el CENDI se desmorona frente a los ojos de todos.

Mientras tanto, los funcionarios sindicales suministran los insumos con recursos propios, mientras quienes deberían sostener la operación del CENDI continúan sin atender.
Porque cuando el personal denuncia, cuando las madres reclaman, cuando las fallas son evidentes y la dirección no actúa, el silencio institucional no es prudencia: es complicidad por omisión.

Lo que ocurre en el CENDI de Ciudad Madero ya no es un simple conflicto interno: es un grito colectivo que expone una gestión rebasada, señalada y completamente desconectada de la realidad.
Las carencias y necesidades ponen en riesgo la calidad del servicio de cuidado que se brinda a los hijos de las madres y padres petroleros, y eso no se vale.

Y, lamentablemente, la directora actúa como que simplemente no pasa nada.
La directora, Bianca González Calderón, está reprobada; su falta de capacidad y el ser ciega, sorda y muda ante cada una de las situaciones que imperan en el CENDI han generado que sea inminente su salida.
Las cosas no van a mejorar simplemente porque a ella no le interesa; prefiere solapar el abandono y el olvido que se vive.

PEMEX debe entender esta denuncia pública de madres y trabajadoras del CENDI para que doña Bianca se vaya de la dirección.
Y que lo haga antes de que sea demasiado tarde y que estas anomalías no vayan a costar vidas de las inocentes criaturas que acuden al cuidado de este lugar, porque Bianca González Calderón podría ir a parar hasta la cárcel.

¿Cuánto más va a permitir la Administración de Petróleos Mexicanos antes de intervenir?
Si la directora no puede, ¿que renuncie?

Recuerde: ¡¡¡No se vale chillar!!!

Por. Mario Prieto

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