Especialista en políticas públicas, migración y remesas.
Esta semana el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) publicó el Informe «Las remesas a América Latina y el Caribe en 2025. Adaptaciones en un contexto de incertidumbre». Este año muestra variaciones trimestrales marcadas, contrastes entre subregiones y señales mixtas sobre el crecimiento futuro.
Las remesas a América Latina y el Caribe alcanzaron un récord histórico en 2025, pero México, pese a ser el mayor receptor regional, enfrenta una caída inédita debido a cambios y amenazas en las corrientes migratorias, así como por el contexto de migración insegura, desordenada e indigna que afecta a derechos humanos.
Tendencias actuales de las remesas
En 2025, América Latina y el Caribe verán un aumento interanual de 7.2% en remesas, con máximos históricos en Centroamérica, mientras que México enfrentará una disminución anual estimada entre 4.5% y 5.8%, rompiendo la tendencia positiva de los últimos años.
Factores explicativos para México incluyen la política migratoria restrictiva de Estados Unidos, el fortalecimiento del peso frente al dólar y el temor de los migrantes a la deportación, lo que les lleva a modificar patrones de envío y trabajo.
El nuevo contexto migratorio de México
México se ha convertido simultáneamente en país de origen, tránsito, destino y retorno debido al cierre de la frontera estadounidense para solicitantes de asilo, abriendo así rutas migratorias más largas, riesgosas e inestables desde Sudamérica y Centroamérica.
El endurecimiento de la política migratoria estadounidense y el miedo en comunidades migrantes limita la generación de ingresos, restringiendo el potencial de remesas.
Impactos sociales y económicos
La caída de las remesas afecta significativamente el ingreso de millones de hogares mexicanos, en especial en regiones con alta dependencia de estos flujos, como Michoacán, Guerrero y Zacatecas; el impacto estimado puede disminuir el PIB local hasta en 16% en las zonas de alta recepción.
La incertidumbre migratoria incrementa la precarización y expone a migrantes —y a México como país receptor, de tránsito y retorno— a escenarios de inseguridad y vulneración de derechos humanos.
Perspectivas futuras
Las señales para el crecimiento futuro de las remesas son mixtas: mientras Centroamérica mantiene crecimientos de dos dígitos, México podría estabilizarse solo si cambian los factores monetarios, migratorios y del mercado laboral de Estados Unidos.
El informe del BID enfatiza la necesidad de adaptaciones institucionales en los países receptores, mejoras en la protección de derechos humanos de migrantes y diversificación de estrategias económicas ante el contexto incierto y cambiante.
En síntesis, la nueva realidad de las remesas está profundamente condicionada por el endurecimiento de las políticas migratorias en EE.UU., los riesgos de rutas inseguras y la vulnerabilidad de los migrantes, lo que obliga a una reflexión sobre el futuro del modelo económico y de protección social en México.
Por. Dr. Jorge A. Lera Mejía.




