4 diciembre, 2025

4 diciembre, 2025

Familia de Altamira pide ayuda para despedir dignamente a su bebé

Después de medio año de tratamientos, cirugías, desvelos y una batalla diaria librada entre pasillos fríos y noches enteras a la intemperie, Samuel dejó este mundo

CIUDAD VICTORIA, TAM.- En medio de una tristeza que ninguna palabra alcanza a describir, la familia de Altamira que por seis meses luchó sin descanso por la vida del pequeño Samuel Ezequiel enfrenta hoy el dolor más profundo: su bebé falleció en el Hospital Regional de Alta Especialidad.

Después de medio año de tratamientos, cirugías, desvelos y una batalla diaria librada entre pasillos fríos y noches enteras a la intemperie, Samuel dejó este mundo. Su madre, Yesenia, encuentra un pequeño consuelo al saber que su hijo “ya está en un lugar mejor, donde no sufre más”.

Pero ahora, el duelo viene acompañado de otra angustia: no tienen recursos para darle una despedida digna ni para trasladarlo a Altamira, donde será sepultado. “Perdimos todo en esta lucha. No tenemos ni para una cajita para mi bebé, mucho menos para llevarlo a casa y darle cristiana sepultura”, expresa Yesenia con la voz rota por el dolor.

La tragedia no llega sola. Mientras Samuel seguía internado, un árbol cayó con los fuertes vientos y destruyó por completo el pequeño puesto con el que esta familia trabajaba para sobrevivir. Sus herramientas quedaron inservibles. “Solo queremos volver a trabajar… pero el destino nos sigue tirando al piso”, lamenta la madre.

Hoy piden ayuda. No para lujos, no para comodidad, sino para despedir a su bebé como merece y para recuperar un medio de trabajo que les permita salir adelante en medio de tanta adversidad.

Quienes deseen apoyar con gastos funerarios, el traslado a Altamira, o incluso con un toldo o parrilla para que la familia pueda retomar su sustento, pueden hacerlo a través de los siguientes datos proporcionados por ellos mismos:

Número de tarjeta BanCoppel: 4169 1614 9265 2002
Número de celular: 833 204 7263

“Espero en Dios fortaleza, porque esto duele mucho… pero sé que mi hijo ya no sufre”, expresa Yesenia, aferrándose a la fe que la ha sostenido durante meses de lucha incansable.

Hoy, más que nunca, esta familia necesita de la solidaridad de quienes puedan tender una mano. Porque incluso en medio del dolor, el amor por Samuel sigue iluminando su camino.

Por Raúl López García

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