CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.- Florentina, una madre originaria de Burgos, Tamaulipas, enfrenta la batalla más dura de su vida: salvar a su hijo Pablo Alejandro, de 30 años, quien lucha contra un cáncer de pulmón en el Hospital Regional de Alta Especialidad.
Sin recursos, sin empleo y sin más familia que él, hoy pide ayuda para adquirir los medicamentos que su tratamiento requiere con urgencia.
La historia comenzó hace un año, cuando Pablo sufrió un golpe en la espalda tras caer de un caballo.
Días después, apareció una tos persistente que jamás cedió.
El diagnóstico fue devastador: cáncer de pulmón en etapa avanzada.
Desde entonces, madre e hijo viven en el albergue Villas Amor, un espacio humilde desde donde han enfrentado la enfermedad con fortaleza.
Pablo ha perdido más de 50 kilos a causa del tratamiento, pero continúa luchando. Su madre tampoco se rinde. Todos los días recorre kilómetros para buscar medicamentos que con frecuencia no están disponibles en el hospital. Uno de ellos, la ifosfamida, cuesta mil 500 pesos por caja y Pablo necesita 10 cada 21 días: más de 15 mil pesos por ciclo.
La situación se complica aún más porque debe realizarse un estudio PET en Monterrey, indispensable para continuar con su tratamiento. El costo asciende a 30 mil pesos, una cifra imposible de cubrir para Florentina.
Desesperada pero firme, organizó una rifa con valor total de 2 mil pesos para reunir fondos.
“Le pido de favor que me ayude a publicarlo, a ver si alguien me apoya con un numerito”, expresó con humildad.
Su amor por Pablo es tan grande que incluso llegó a ofrecer uno de sus pulmones a los médicos. Aunque no era viable, ese gesto mostró hasta dónde está dispuesta a llegar por su hijo.
¿CÓMO AYUDAR?
Quienes deseen apoyar pueden hacerlo a través de:Depósito a la tarjeta 4152 3139 5643 4257 (Libretón Chip).
Llamando a la señora Florentina al 841 132 9088.
Visitando el albergue Villas Amor, donde ambos permanecen.
Cada aporte suma. Cada gesto cuenta.
Florentina lo expresa con fe:
“Mientras mi hijo luche, yo también lucharé. Confío en que Dios moverá corazones.”
Hoy, Pablo necesita de esa solidaridad que siempre ha caracterizado a Tamaulipas.
Con el apoyo de la comunidad, puede seguir luchando por su vida.
Por Raúl López García
EXPRESO-LA RAZON
