23 diciembre, 2025

23 diciembre, 2025

Iniciará ducto a Tamaulipas el próximo año

La Presidenta Claudia Sheinbaum anunció que en 2026 comenzará la construcción del ducto para enviar agua tratada de Nuevo León a Tamaulipas para riego agrícola

TAMAULIPAS, MÉXICO.- La Presidenta Claudia Sheinbaum afirmó que el próximo año iniciará la obra del ducto para enviar agua tratada de Nuevo León a Tamaulipas para su uso en el riego.

Ayer confirmó el pago de agua a Estados Unidos a través de la cesión de líquido de las presas de estados fronterizos, pero advirtió que no se ve en riesgo la actividad agrícola.

«Tamaulipas es el estado que más se ve afectado por todo el uso del río Bravo. Hay un proyecto de hace mucho tiempo, para poder hacer una línea de conducción de las aguas, del agua tratada de Nuevo León a Tamaulipas, para utilizarse para riego», añadió.

«Estamos recuperando este proyecto para que Tamaulipas pueda tener suficiente agua para riego. Entonces, la idea es iniciarlo el próximo año, tal manera de que, más allá si hay agua de lluvia o no, este este convenio que se firmó hace muchos años, pues, se haga realidad y que se pueda hacer la infraestructura que se requiere para Tamaulipas. Pero se trabajó con todos los gobernadores y fue un buen acuerdo».

La Presidenta Claudia Sheinbaum dijo que todos los Gobernadores estuvieron de acuerdo en resarcir con aguas de otras cuencas el adeudo de agua de México con Estados Unidos.

En su conferencia mañanera, Sheinbaum aseguró que prácticamente no habrá afectación a los agricultores de México con el envío de agua.

La Presa El Cuchillo empezó en los primeros minutos de ayer a liberar agua a través de su cortina, en lo que sería su tercer desfogue en el año para abonar a la deuda hídrica de México con Estados Unidos.

Entre hermetismo por parte de la Conagua, las compuertas se abrieron a las 00:15 horas del lunes, según fuentes.

Previamente, el municipio de General Bravo alertó a la población de la apertura de al menos una de las compuertas de ese embalse, el más grande de Nuevo León y la principal fuente de abasto de la Ciudad.

El sábado, productores agrícolas de Tamaulipas aseguraron que la Administración de la Presidenta Claudia Sheinbaum extraerá 150 millones de metros cúbicos de El Cuchillo -un 16.4 por ciento de su almacenamiento- para abonar a la deuda del agua.

Ese volumen equivale a 225 días del abasto que hoy surte El Cuchillo a la Ciudad, que es de aproximadamente 7 mil 500 litros por segundo.

La alerta de ayer de desfogue tuvo lugar luego de que General Bravo y China, donde se ubica la presa, fueron avisados por la Conagua.

«Se hace del conocimiento que a partir de las 12:00 a.m. (primera hora del lunes 22 de diciembre), se tiene programada la apertura de una compuerta de la Presa El Cuchillo», advirtió General Bravo.

«Se recomienda permanecer alejados del Río San Juan».

El envío de agua tiene lugar luego de que, el 12 de diciembre pasado, el Gobierno de México informó que entregará 249 millones de metros cúbicos a Texas entre el 15 de diciembre del 2025 y el 31 de enero del 2026 ante presiones del Presidente Donald Trump para cubrir el adeudo pendiente.

Al salir de El Cuchillo, el agua iría a Texas vía la presa tamaulipeca Marte R. Gómez, que está en la misma cuenca.

Aunque el Río San Juan no es parte del Tratado de Aguas binacional de 1944, el Gobierno de Sheinbaum firmó en noviembre del 2024 la Minuta 331 de la Comisión Internacional de Aguas y Límites (CILA) para usar esa cuenca, donde se ubican El Cuchillo y la Marte R. Gómez, que es de uso agrícola.

El embalse tamaulipeco tenía ayer 687.9 millones de metros cúbicos, para un llenado del 88 por ciento, mientras que El Cuchillo tenía 913 millones, con un nivel del 81.2 por ciento.

El Gobierno federal también aceleró el desfogue de la Marte R. Gómez, que será compensada con El Cuchillo.

A la presa tamaulipeca se le sacaron ayer 42 mil litros por segundo, más de cuatro veces que los 10 mil que se le desfogaban a diario hasta el pasado 13 de diciembre.1.2 por ciento.

Liberan agua para Estados Unidos

Estados Unidos recibe el agua del adeudo cuando los volúmenes liberados por México ingresan al cauce del río Bravo y quedan registrados oficialmente como parte del sistema internacional de distribución establecido en el Tratado de Aguas de 1944.

El pago no se realiza mediante envíos físicos ni traslados especiales. México cumple liberando agua desde afluentes del río Bravo ubicados en su territorio, principalmente Conchos, San Diego, San Rodrigo, Escondido y Salado, conforme a lo establecido en el acuerdo binacional.

Una vez abiertas las compuertas, el agua fluye por gravedad siguiendo el curso natural de los ríos. No se bombea ni se conduce por infraestructura adicional hacia la frontera. El traslado ocurre de manera continua hasta integrarse al cauce principal.

Cuando el agua llega al río Bravo deja de ser considerada de uso exclusivo mexicano. En ese punto pasa a formar parte del caudal internacional y queda sujeta a las reglas técnicas y jurídicas del tratado vigente entre ambos países.

La medición y validación de los volúmenes se realiza en estaciones hidrométricas binacionales operadas por la Comisión Internacional de Límites y Aguas, conocida como CILA en México y IBWC en Estados Unidos, con registros compartidos y verificables.

Cada metro cúbico entregado debe ser medido y acreditado. Si el volumen no queda registrado en las estaciones oficiales, no se considera parte del pago. La contabilidad es estricta y se mantiene durante todo el ciclo quinquenal.

Una parte relevante del agua entregada ingresa a las presas internacionales La Amistad y Falcón. Aunque son presas compartidas, el almacenamiento se divide contablemente y el volumen acreditado queda bajo control de Estados Unidos.

Desde ese momento, México ya no tiene capacidad de decisión sobre ese recurso. Estados Unidos determina si libera el agua de inmediato para riego o abasto urbano, o si la conserva como reserva estratégica según su demanda.

El destino principal del agua es el riego agrícola en el Valle del Río Grande, además del suministro a ciudades fronterizas y el control de caudales. Para Texas representa certidumbre hídrica y planeación agrícola.

En el lado mexicano, el impacto se siente aguas abajo del río Bravo. En Tamaulipas, cuando las entregas se aceleran en periodos de baja lluvia, se reduce el margen operativo de presas, distritos de riego y sistemas municipales.

El Tratado de 1944 no prevé suspensiones automáticas por sequía. México debe cumplir el promedio del ciclo de cinco años, lo que obliga a realizar entregas aun en contextos de estrés hídrico, salvo acuerdos extraordinarios.

Así, la entrega del agua ocurre sin actos públicos ni traslados visibles. Estados Unidos la recibe cuando el agua cruza el cauce internacional, se mide oficialmente y queda registrada a su favor, con efectos directos en la región fronteriza.

Por. Agencias

Expreso-La Razón

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